agradezco al Rab Ioshua Kullock este material
Introducción al Capítulo Jelek
Rabí Moshé Ben Maimón
(1135–1204)
Traducción y Notas: Rabinos Manes Kogan - Ioshua
Kullock
Introducción al Capítulo Jelek
Rabí Moshé Ben Maimón
Primera Parte
Me pareció importante hablar, en esta oportunidad,
sobre varios principios importantes en lo concerniente a la fe.
Debes saber que los conocedores de la Torá se
dividen en su opinión acerca de cuál es el beneficio de los preceptos que
HaShem nos dio, por medio de Moisés, nuestro maestro, la paz sea con él, como
así también acerca de cuál es el mal que le sobrevendrá al que transgreda
dichos preceptos. Sobre este tema hay variadas opiniones de acuerdo a la
capacidad de los que opinan, y las ideas se han confundido tanto que casi no
encontramos a ningún hombre que le sea claro este tema y que tenga una idea
definida sobre el mismo, sino que todo es muy confuso.
- Un primer grupo piensa que el beneficio [último]
es el “Jardín del Edén”, un lugar donde la gente come y toma sin tener que
trabajar, sin cansancio, donde hay casas hechas de piedras preciosas, y camas
recubiertas de seda, y ríos de vino y aceites perfumados. Y que el mal es el “Gehinom”, un lugar
ardiente donde se queman los cuerpos, y donde los hombres sufren todo tipo de
sufrimientos indescriptibles. Este grupo
fundamenta sus ideas en las palabras de Nuestros Sabios de bendita memoria y en
versículos que concuerdan, en su totalidad o en parte, con lo que ellos
piensan.
- Un segundo grupo opina y piensa que el bien
esperado son los días del Mesías - que pronto se revele - y que en esa época
todos los hombres van a ser reyes, y van a vivir eternamente, y se elevará su
porte, y van a ser muchos hasta que todo el mundo se llene de ellos. Y el Mesías
- según su opinión - va a vivir para siempre, con la ayuda de HaShem. Y en esos
días la tierra va a sacar la ropa ya tejida, el pan listo para comer, y muchas
cosas de este estilo que pertenecen a la categoría de imposibles. Y que el mal [que le espera al hombre que no
cumpla los preceptos] es que no va a estar presente en esos días y no va a
tener el privilegio de disfrutarlos. Y
fundamentan sus ideas en muchas palabras de Nuestros Sabios y en versículos que
concuerdan, en su totalidad o en parte, con lo que ellos piensan.
- Un tercer grupo piensa, que la recompensa
esperada es la resurrección de los muertos, o sea, que el hombre viva después
de su muerte con sus allegados y familiares, y que coma, y que tome, y que no
muera nunca más. Y que el mal estaría en
no estar a su muerte con aquellos que van a vivir. Y fundamentan sus ideas en muchas palabras de
Nuestros Sabios y en versículos que concuerdan, en su totalidad o en parte, con
lo que ellos piensan.
- Un cuarto grupo piensa que el bien que vamos a
recibir por el cumplimiento de los preceptos es el descanso del cuerpo y la
obtención de placeres en este mundo, como ser abundancia en la cosecha, y
muchos bienes, y muchos hijos, y larga vida y salud, y paz, y seguridad, y que
haya un rey en Israel y que podamos gobernar sobre aquellos que nos hicieron
sufrir. Y que el mal que recibiremos al
negar la Torá y no cumplir con sus preceptos es todo lo contrario, tal como
estamos ahora, en nuestros días, en el exilio.
Y fundamentan su opinión con versículos de la Torá, de las bendiciones y
las maldiciones, y de todos los relatos de las escrituras.
- Un quinto grupo - y son muchos - juntan todos
estos asuntos y dicen que el provecho va a ser que va a venir el Mesías, y que
va a revivir a los muertos, y que van a entrar al Jardín del Edén, y que van a
comer ahí, y que van a tomar, y que van a estar sanos para siempre.
Sin embargo, sobre este punto maravilloso, me
refiero al Mundo Venidero, pocos vas a encontrar que de alguna manera mediten,
o piensen, o se dediquen a investigar este principio; o que pregunten a qué se
refiere este nombre. Si es el fin último de todo provecho, o si alguna de las
otras opiniones es el fin último. O que diferencie entre el fin y los medios
que llevan a ese fin.
Sin embargo, lo que pregunta la gente, tanto el
vulgo como los entendidos, es cómo van a levantarse los muertos, si desnudos o
vestidos, y si van a levantarse con las mismas mortajas bordadas con las que
fueron enterrados o vestidos con simples túnicas. Y si cuando venga el Mesías
van a ser todos iguales, ricos y pobres, o si seguirá habiendo fuertes y
débiles, y muchas preguntas de este estilo.
Y tú que estás leyendo este libro, entiende bien
esta parábola que voy a contar, y entonces podrás preparar tu corazón[1] para entender mis palabras acerca de este tema.
Imagínate a un niño pequeño a quien lo llevan a
estudiar Torá con un maestro. Y el estudio de la Torá es el bien más grande por
medio del cual va a conseguir todas las excelencias. Sin embargo, el niño, por su corta edad y su
intelecto débil, no entiende lo bueno que es el estudio ni tampoco las
excelencias que va a recibir por medio de él; y por esto es necesario que el
maestro - quien es más íntegro que él - lo incentive para que estudie, con
cosas que son apreciadas por él. El
maestro le dirá: lee y te daré nueces, o higos, o un poco de miel. Y así el
niño lee y se esfuerza, no por amor a la lectura en sí - ya que no aprecia aún
sus virtudes - sino para que le den esa comida [que le prometieron]. El comer
esas cosas ricas es - sin duda alguna - más importante a sus ojos que la
lectura, y mucho mejor; y por eso piensa que el estudio es un trabajo duro, y
se esfuerza para alcanzar el objetivo querido a saber: una nuez, o un poco de
miel.
Y cuando crezca, y se fortalezca su intelecto, y
sea ya poco valorado lo que antes era apreciado por él, va a desear cosas
distintas a las primeras, se incentivará su deseo en concordancia con aquello
que es apreciado por él. El maestro
entonces le dirá: lee y te compraré zapatos lindos, o esta ropa linda. Y entonces se esforzará en la lectura, no por
el estudio mismo sino por esa ropa. Y la
ropa es más preciada a sus ojos que la Torá, y de hecho, es el fin de su
lectura.
Y cuando sea más completo en su intelecto, y le
parezca de poco valor lo anterior, va a pensar en algo más importante. Su maestro le dirá entonces: estudia esta
porción, o este capítulo, y te daré una moneda de oro, o dos monedas, y el
dinero es más importante para él que el estudio en sí, ya que el fin del
estudio es conseguir ese oro que prometieron darle.
Y cuando crezca su intelecto y le parezca algo de
poco valor lo anterior[2] va a querer entonces algo más importante. Entonces su maestro le dirá,
estudia para ser Rabino, y para ser juez, y te respetarán, y los hombres se
pondrán de pie ante tu presencia, y cumplirán tus órdenes, y tu nombre será
conocido en tu vida y aún después de tu muerte como Fulano y Mengano. Y él lee
para llegar a ese grado. Y su finalidad es el honor con el que lo van a honrar
los hombres, y lo que lo van a elevar y alabar; y todo eso[3] es algo despreciable.
Y si bien se hace necesario - por lo corto que es
el entendimiento del hombre - poner como fin de la sabiduría, algo distinto que
la sabiduría misma, diciendo el hombre: “¿Con qué finalidad vamos a estudiar
sino es para recibir este honor?”; todo esto es despreciable, y una burla a la
verdad.
Y a este tipo de estudio lo llamaron los sabios
"no por sí mismo", es decir, que [el hombre] cumpla los preceptos, y
estudie, y se esfuerce en la Torá, no por la Torá y los preceptos mismos, sino
por otro fin. Y Nuestros Sabios ya nos
advirtieron al respecto y dijeron[4]: "No conviertas a la Torá en una corona para enorgullecerte, ni en
un instrumento para servir tus intereses", y ellos nos indican aquello que
ya dije: que no hay que buscar ningún objetivo adicional en la sabiduría; ni
ser honrados por los hombres, ni ganar dinero, ni sustentarse por medio de
ella; y no debe haber otra finalidad en el estudio de la sabiduría[5] que el conocimiento de la sabiduría misma. Asimismo la verdad no tiene
ninguna finalidad que no sea el conocimiento de la verdad misma[6]. Y la Torá es verdad, y la finalidad de su conocimiento es su
cumplimiento.
Y el hombre íntegro tiene prohibido decir: “cuando
cumpla estos preceptos, que son las virtudes, y me aleje de las transgresiones,
que son los vicios, que me ordenó HaShem, bendito sea, no hacer, ¿qué recibiré
a cambio?”. Ya que esto es lo mismo que
dice el niño: “cuando lea, ¿qué me van a dar?”.
Y [sus maestros] le contestan: “te daremos esta cosa”; ya que al ver que
- por lo corto de su entendimiento - no conoce el valor del estudio, y que a
cambio de llegar al fin mismo, pide otro fin distinto, se le contesta de
acuerdo a su necedad, como esta escrito: "Contesta al necio de acuerdo a
su necedad" (Proverbios 26:5).
Y los sabios ya advirtieron sobre este tema, es
decir, que el hombre no busque ningún fin en el servicio a HaShem y en el
cumplimiento de los preceptos. Y esto es lo que dijo el hombre íntegro, el que
comprendió la verdad del asunto, Antigonos de Sojó[7]: "No imitéis a los esclavos que sirven a sus amos con la esperanza
de ser recompensados; mas servid a HaShem como aquellos servidores que lo hacen
desinteresadamente...". Y con esto
quiso decir que crea en la verdad por la verdad misma, y a esto se lo llama,
"el que sirve [a HaShem] por amor". Y dijeron [Nuestros Sabios] de
bendita memoria[8]: "Feliz es el hombre que honra a HaShem y se complace en sus
preceptos. Dijo Rabí Eleazar [al respecto]: en sus preceptos, y no en la
recompensa de sus preceptos". ¡Y cuán grande es esta enseñanza, y cuanto nos aclara! Y de hecho,
refuerza lo dicho anteriormente en este escrito. Y más grande aún es lo que
dijeron en Sifrei[9]: "¿Tal vez digas: estudiaré Torá para ser rico, para ser llamado
maestro, para recibir mi recompensa en el mundo venidero? Al respecto
aprendemos: ‘para amar a HaShem, Tu D’s...’ (Deuteronomio 19:9): todo lo que
hagas, no lo hagas sino por amor".
Y ahora, se te ha aclarado este asunto[10], y se te ha aclarado la intención de la Torá y el fundamento de la
intención de los Sabios – la paz sea con ellos; y no ignoran este punto sino
aquellos que enloquecieron, y que se confundieron con pensamientos necios y
pobres ideas.
Y esta era la virtud de Abraham, que servia a HaShem
por amor y en esa misma dirección debe dirigirse cada ser humano.
Y como saben los Sabios - de bendita memoria - que
este asunto[11] es muy difícil, y no todos los hombres lo pueden comprender, y si
llegan a comprenderlo no lo comparten desde el principio, y no creen que sea
una creencia correcta; ya que el hombre [generalmente] no hace ninguna acción
si no sabe si va a obtener algún beneficio, o si va a evitar una pérdida, y si
no es así, considera esa acción como carente de sentido: ¿cómo le iban a decir
a un judío: “¡haz estas acciones, y no hagas estas otras!”
sin el temor de un castigo divino, y sin esperar ninguna recompensa? Y este es
un asunto muy difícil, ya que los hombres no comprenden la verdad hasta que no
llegan a ser como Abraham nuestro patriarca – la paz sea con él -. Y por eso le permitieron al vulgo, para
reforzar su fe, cumplir los preceptos con la esperanza de una recompensa y
alejarse de las transgresiones por miedo al castigo. Y se los alienta en este camino[12] hasta que lleguen a comprender la verdad[13].
¿Y cómo es el camino completo? Tal como se hace con
el niño, como lo explique en la parábola.
Y lo acusaron a Antígonos de Sojó de haberle
aclarado al vulgo lo que aclaró[14] y dijeron[15]: "Vosotros - los sabios - sed cautelosos en vuestras enseñanzas”,
tal como será aclarado en Avot[16]. Ya que el vulgo, no pierde nada
cumpliendo los preceptos por temor al castigo y por la esperanza de una
recompensa, sino que [simplemente] no alcanzan la integridad.
Y esto[17] es bueno hasta que se fortalezcan y se acostumbren en el cumplimiento
de la Torá, y entonces se despertará en ellos el deseo de conocer la verdad y
volverán a servir [a HaShem] por amor. Y
esto es lo que dijeron [Nuestros Sabios] de bendita memoria[18]: "Que el hombre se ocupe de la Torá aún no por ella misma, ya que
de ocuparse no por ella misma, pasará a ocuparse por ella misma".
Introducción al Capítulo Jelek
Rabí Moshé Ben Maimón
Segunda Parte
Y debes saber, que en lo que a las palabras de
Nuestros Sabios, de bendita memoria, se refiere, se dividen los hombres en tres
grupos.
El primer grupo - y es la mayoría con quienes me
encontré, y leí sus escritos y escuché acerca de ellos - cree en ellas[19] en su sentido literal y no encuentran en ellas ninguna interpretación
oculta; y lo imposible[20] es a sus ojos no sólo posible sino necesariamente cierto. Y ellos creen
ésto porque no entienden las ciencias, y se hallan lejos de todo camino de
razonamiento lógico, y no tienen siquiera la integridad para que se despierte
por él mismo[21], y no han encontrado a alguien que lo despierte en ellos. Y
piensan que no se refirieron Nuestros
Sabios, de bendita memoria, en todas sus palabras rectas y perfectas sino a lo
que ellos mismos entienden de acuerdo con su corto entendimiento, en el sentido
literal [de las palabras]. Y a pesar de que en lo visto en parte de sus
palabras, existe una desacreditación de Nuestros Sabios y una falta de
raciocinio a tal punto que si le contáramos su creencia en la literalidad de
los relatos a los ignorantes, y ni que hablar a los sabios, se sorprenderían al
pensar en estas cosas y dirían: ¡¿Cómo puede ser que haya en el mundo alguien que piense así, o
que crea cierta esta creencia, más aún, que sea agradable a sus ojos?!, este
grupo pobre en conocimiento merece que nos lamentemos por su ignorancia, ya que
honran y consideran a los sabios de acuerdo a sus "conocimientos" y
así los denigran en el grado más bajo de denigración sin ser conscientes de
ello. ¡Y viva el loado Nombre! que este grupo causa la pérdida del esplendor de
la Torá y opaca su luz, y sus miembros colocan a la Torá de HaShem justo en su
sentido contrario. Ya que HaShem –
bendito sea - dijo en su perfecta Torá: "Cuando oigan todos los fueros
estos, habrán de decir: empero es un pueblo sabio e inteligente, esta gran
nación" (Deuteronomio 4:6); y este grupo relata en el sentido literal las
palabras de los Sabios de bendita memoria de manera tal que al oírlas, el resto
de las naciones dicen: "Sólo puede ser un pueblo ignorante y despreciable
este pequeño pueblo".
Y esto es lo que hacen estos "exégetas"
al explicar e informar al pueblo lo que ellos mismos no saben. Y quién diera -
ya que no saben y no entienden - que se callaran, como está dicho: "Quién
diera que os callarais por completo, pues así demostraríais sabiduría"
(Job 13:5), o que dijeran: Nosotros no entendemos la intención de los sabios en
estas palabras y no sabemos interpretarlas.
Pero ellos creen que entienden y tratan de explicar al pueblo lo que
ellos mismos entendieron con su corta inteligencia; no lo que dijeron los
Sabios, y explican a las multitudes las interpretaciones alegóricas del Tratado
de Berajot y del capítulo Jelek[22] y otras como éstas en forma literal, palabra por palabra.
Y el segundo grupo, también son muchos. Y son los
que vieron las palabras de los Sabios o las escucharon y las entendieron
literalmente; y pensaron que los Sabios no se refirieron sino a lo que el
significado literal expresa. Y ellos vienen a ridiculizar y a burlarse de ellas[23], y se burlan y desprecian aquello que no debe despreciarse, en cada
oportunidad que pueden. Y piensan que son más inteligentes que ellos[24] y que su intelecto es más refinado que el de ellos, y que ellos, de
bendita memoria, son ingenuos, dueños de una inteligencia atrofiada, ignorantes
en los usos y costumbres del mundo, a tal punto que es imposible que entiendan
palabras de sabiduría de ninguna forma. Y la mayoría de los que tropiezan en
esta confusión pertenecen a las ciencias médicas y a la astrología, y a sus
propios ojos, son inteligentes, y sabios, y agudos de pensamiento, y filósofos.
¡Pero cuán lejos están de aquellos que son sabios y filósofos de verdad!
Y en verdad, son más necios que los del primer grupo, y muchas de sus palabras
están llenas de ingenuidad. Y se trata de un grupo maldito, ya que critican a
grandes personalidades, líderes del Pueblo de Israel; cuya sabiduría ya fue
reconocida por hombres sabios. Y estos ingenuos, si se hubieran esforzado en
las ciencias[25] hasta que hubieran comprendido cómo es conveniente ordenar y escribir
los asuntos en lo que a las ciencias teológicas y similares se refiere,
diferenciando entre el vulgo y los sabios, y hubieran entendido la parte
práctica[26] de la filosofía, entonces podrían comprender si los Sabios de bendita
memoria son sabios o no, y se les aclararía el sentido verdadero de sus
palabras.
Y el tercer grupo, y son - ¡Viva HaShem! - muy pocos,
tan pocos que no merecen llamarse grupo, sino al igual que llamamos al sol
"clase" [de estrella] a pesar de tratarse de una sola unidad. Y son
éstos, seres humanos que tienen clara la grandeza y la bondad de intelecto de
Nuestros Sabios, de bendita memoria, tal como se desprende de sus palabras que
dan cuenta de cuestiones muy ciertas. Y a pesar de ser pocas y de estar
esparcidas en diferentes escritos, estas palabras dan cuenta de la grandeza [de
sus autores] y de que han alcanzado la verdad. También tienen claro la
imposibilidad de lo imposible y la realidad de lo que debe ser hallado, y saben
que ellos[27] - la paz sea con ellos - no hablan cosas sin sentido. Y han comprobado
fehacientemente que sus palabras tienen un lado visible y un lado encubierto; y
que ellos, en todo lo que dicen acerca de cosas imposibles, hablaron en forma
de alegoría[28] y proverbio, ya que éste es el camino de los grandes sabios. Y por lo
tanto comenzó su libro el más grande de los sabios, y dijo[29]: "Para hacer entender el proverbio y la parábola, las palabras de
los Sabios y sus alegorías" (Proverbios 1:6).
Y saben los lingüistas que una alegoría se refiere
a aquello cuyo verdadero sentido se halla encubierto y no manifiesto. Como está dicho: "Permitidme que os
proponga un enigma[30]..." (Jueces 14:12). Ya que las palabras de los sabios se refieren
todas a asuntos elevados que son su finalidad, no obstante están en forma de
alegorías y proverbios ¿Y cómo los podemos culpar [a Nuestros Sabios] por haber
transmitido la sabiduría en forma de proverbios y por haberla representado por
medio de asuntos más sencillos y vulgares, si vemos que el más sabio de todos
los hombres hizo lo mismo, imbuido por el espíritu divino, me refiero a
Salomón, en Proverbios, el Cantar de los Cantares, y Eclesiastés?
¿Y cómo vamos a dudar en interpretar sus palabras y
en sacarlas de su contexto literal, a fin de que sean agradables al intelecto y
concuerden con la verdad y con las Sagradas Escrituras, si ellos mismos,
Nuestros Sabios, interpretan los versículos de la Biblia y los sacan de su
contexto literal, poniéndolos como proverbios? Y así es la verdad[31].
Y así como encontramos que dijeron acerca de la
interpretación del versículo "...El mató a los dos hijos de Ariel de
Moav..." (I Crónicas 11:22), que es un proverbio. Y así mismo lo que está dicho: "También
bajó y mató a un león en medio de un pozo" (I Crónicas 11:22). Y así mismo: "...Quién me diere a beber
de las aguas del pozo de Beit Lejem que está junto a la puerta" (I
Crónicas 11:17). Y el resto del relato es todo una metáfora. Y así mismo sobre
el libro de Job en su totalidad, dijeron algunos: "es una metáfora" y
no explicaron de qué es una metáfora. Y también [acerca de] los muertos [en el
Libro] de Ezequiel (Ezequiel 37) dijeron algunos[32] "es una metáfora" y así muchos como estos.
Y si tú, que lees ahora estas palabras, perteneces
a uno de los dos primeros grupos, no prestes atención a mis palabras ni a nada
de todo este asunto ya que no te va a agradar nada de todo esto, y más aún, te
hará mal y lo odiarás. Ya que, ¿Cómo pueden agradar los alimentos livianos, y
pocos en cantidad, y buenos en calidad, a un hombre acostumbrado a comer
alimentos malos y pesados? Más aún: estos [alimentos] lo dañan y él finalmente
los odia. Y si no, fíjate lo que dijeron aquellos hombres acostumbrados a comer
cebollas, ajos y pescados: "Nuestro ser está harto de este pan
liviano"[33] (Números 21:5).
Y si tú perteneces al tercer grupo, cuando veas
estas palabras que contradicen al sentido común, haz un alto y préstales
atención, y verás que se trata de un proverbio o de una alegoría. Y
diligentemente tu corazón y tu mente se dedicarán a la comprensión de lo
escrito y su intención, y meditarás hasta encontrar el sabio propósito y la
recta creencia[34]. Como está dicho: "Trató de hallar palabras agradables y escribir
correctamente palabras de verdad" (Eclesiastés 12:10), y entonces vas a
leer detenidamente este libro mío y te va ser de ayuda, con la ayuda de HaShem.
Introducción al Capítulo Jelek
Rabí Moshé Ben Maimón
Tercera Parte
Y ahora comenzaré a
hablar del tema al cual hice referencia anteriormente[35]. Debes saber que al igual que un ciego nunca
alcanzará a comprender la esencia de los colores, un sordo nunca podrá
comprender la esencia del sonido de las voces, y un eunuco la esencia de las
relaciones conyugales, de la misma manera no podrán nunca los cuerpos alcanzar
a comprender los placeres del alma. Y
así como los peces no conocen el elemento “fuego”, ya que el medio en donde
viven es el elemento opuesto, así no podrá ser conocido en este mundo material
el placer espiritual. En realidad, no
tenemos, bajo ningún punto de vista, un placer que se le parezca. Solo conocemos el placer del cuerpo, el cual
percibimos gracias a los sentidos, a través de la comida, la bebida y las
relaciones conyugales. Otro tipo de
placeres diferentes a estos nos son difíciles de encontrar, y no los comprendemos
ni podremos captarlos con el simple razonamiento, sino sólo a través de una
gran búsqueda. Y así debe ser, debido a
que nosotros vivimos en el mundo material, y por lo tanto no podemos comprender
más que los placeres momentáneos y finitos.
Sin embargo, los placeres del alma son infinitos, eternos e
ininterrumpidos. Y no existe entre
aquellos[36] y estos
placeres relación o cercanía alguna sin lugar a duda.
Por lo tanto, no podemos
nosotros, hombres de Torá, así como tampoco los teólogos no judíos decir que
los ángeles, estrellas y constelaciones no experimentan placer alguno, porque
en realidad sí lo experimentan, y es un gran placer ya que pueden entender y
comprender la verdadera existencia del Creador – bendito sea - y además, este
es un placer eterno e ininterrumpido.
Ellos no tienen placeres corporales y no los pueden comprender, debido a
que no están dotados de sentidos al igual que nosotros para poder percibirlos
de la manera en que nosotros lo hacemos.
Lo mismo ocurrirá con
nosotros, con quien lo merezca y pueda acceder a este nivel[37] luego de su
muerte, ya que no percibirá los placeres materiales e incluso no los deseará,
de la misma manera en que un rey, cuando está a la cabeza del Estado, no quiere
abandonar su reinado y su gobierno y volver a jugar con jóvenes a la pelota en
las calles de la ciudad, aún cuando en tiempos pasados sin duda alguna hubiera
preferido el jugar con una pelota antes que el reinar. Sin embargo esto solo ocurría[38] cuando el rey
era un niño y no podía diferenciar entre los diferentes niveles de ambas
opciones. Lo mismo nos ocurre a
nosotros, quienes ensalzamos y glorificamos los placeres corporales por sobre
los placeres del alma.
Porque cuando alcances a
discernir en este tema, correspondiente a los dos tipos de placeres,
encontrarás la bajeza del primero[39] y la grandeza
del segundo[40], incluso en
este mundo. Y esto es posible puesto que
podemos encontrar que la mayoría de los hombres se esfuerza tanto espiritual
como físicamente con trabajos duros y pesados en orden de alcanzar un cierto
nivel y honor, y para ser elogiado por sus compañeros; y este placer no es
similar al placer producto de la comida y la bebida. Así también, muchos hombres eligen vengarse
de sus enemigos antes que disfrutar muchos placeres corporales, y muchos
prefieren alejarse del más grande de los placeres materiales debido al miedo
que les genera el pensar que éste puede generarles humillación y vergüenza
frente a los demás seres humanos, o porque están en búsqueda de un buen
nombre. Y si esto ocurre aquí en el
mundo material, con más razón en el mundo espiritual. Ese, es el Mundo por Venir, en donde nuestras
almas pueden llegar a conocer al Creador – bendito sea - de la manera que Lo
conocen los cuerpos celestes[41], o más aún
todavía.
Y este placer no puede
ser separado en partes, no puede ser descripto, ni puede encontrarse una
analogía para que le sirva de ejemplo; sino que, como dijo el Profeta[42], la paz sea
con él, cuando se dio cuenta de la grandeza y magnificencia de éste[43]: “Que grande
es tu bondad, la cual has reservado para los que te temen” (Salmos 31:20). Y así dijeron[44] [Nuestros
Sabios] la paz sea con ellos: “En el Mundo Venidero no hay comida, y no hay
bebida, y no hay lavado, y no hay unción, y no hay relaciones conyugales, sino
que los Justos están sentados con
coronas en sus cabezas, y se regocijan con el brillo de la Presencia
Divina”. El significado de la expresión
“con coronas en sus cabezas” hace referencia a la continuidad del alma[45], la cual vive
ligada al objeto de su conocimiento, o sea el Creador – bendito sea -. Y esto es así, me refiero, a que el objeto de
su conocimiento y ella (el alma) son una misma cosa, como ya lo mencionaron los
grandes filósofos y no es este el lugar adecuado para extendernos en el
tema. Ellos explicaron: “Y disfrutan del
esplendor de la Presencia Divina” - se refiere a que las almas disfrutan y
gozan de aquello que perciben y conocen de la verdad misma del Creador –
bendito sea –, al igual que disfrutan y gozan los seres sagrados y el resto de
los ángeles. Es así que el bien y el fin
último son: poder alcanzar este nivel y tener el honor y la estatura a la cual
nos hemos referido. Y la existencia del
alma, tal como hemos explicado, es eterna al igual que la existencia del
Creador – bendito sea - Quien es la razón de su existencia, porque Lo ha
percibido[46], como ya fue
explicado en la primera filosofía[47].
Y esta es la mayor
bondad, aquella que no tiene comparación alguna, y no tiene placer que se le
asemeje, ya que ¿cómo puede ser comparado lo eterno, aquello que no tiene fin,
con lo perecedero? Ese es el significado
de: “Así tendrás bondad y larga vida” (Deuteronomio 22:7). De acuerdo con la Kabalá, aprendemos del
comentario [a este versículo]: “Así tendrás bondad” – en el mundo en que todo
es bondad[48]; “larga vida”
– en el mundo en que todo es largo.
Y el Mal absoluto y la
Venganza mayor son que [el alma] sea exterminada y perdida, y que no viva y
continúe su existencia, y esto es lo que se denominó “Karet” y que aparece en
la Torá. Y la cuestión del “Karet” significa:
que sea perdida el alma, como explicaron y dijeron: “Exterminar será
exterminado tal individuo” (Números 15:31).
Y dijeron [Nuestros Sabios] de bendita memoria[49]: “Exterminar”
– se refiere a este mundo; “será exterminado” – se refiere al Mundo
Venidero. Y está escrito: “La vida de mi
señor está atada a los lazos de la vida”[50] (I Samuel
25:29).
Por lo tanto, todo aquel
que eligió y se acostumbró a los placeres corporales, se alejó de la verdad y
fue detrás de la mentira, será exterminado de aquel nivel[51], y quedará
como materia exterminada. Y ya explicó
el profeta - la paz sea con él – que el Mundo Venidero no puede ser aprehendido
a través de los sentidos del cuerpo, con el versículo: “nunca un ojo vio HaShem
fuera de ti, otro que hiciera algo por aquel que en él confía” (Isaías 64:3). Y comentaron [Nuestros Sabios][52]: “Todos los profetas no profetizaron sino
acerca de la venida del Mesías; pero con respecto al Mundo Venidero ‘nunca un
ojo vio HaShem fuera de ti’”.
El verdadero significado
de las promesas de bien y los castigos malignos que aparecen escritos en la
Torá es a lo que ahora me voy a dedicar a contarles: [a través de ellos] Él te
dice: si cumples con todos los preceptos, Yo te voy a ayudar en lo relativo a
su cumplimiento y concreción, y voy a apartar de tu lado todo tipo de
dificultades y obstáculos[53]. Ya que le es imposible al hombre por sí solo
cumplir con los preceptos cuando está enfermo y hambriento, o sediento, o en
época de guerra o estado de sitio. Por
lo tanto [HaShem] aseguró que removería todos aquellos asuntos, para que los
hombres gocen de salud y calma hasta que puedan alcanzar la integridad
espiritual, y puedan poseer una parte en la vida del Mundo Venidero[54]. Sin embargo, [el hombre] debe comprender que
el objetivo del cumplimiento de la Torá no tiene relación alguna con dicha
recompensa, como por ejemplo que la tierra goce de abundancia, o que los
hombres vivan largos años con buena salud, sino que [el objetivo es] que los
hombres se comprometan con el cumplimiento de la Torá[55]. De la misma manera, si transgreden la Torá,
recibirán su castigo: se les repetirán todas estas maldades, hasta que no
puedan cumplir con ningún precepto. Y
como fuera dicho: “Por no haber servido a HaShem tu D’s en la alegría y la
dicha de corazón cuando abundabas en todo, servirás a los enemigos...”
(Deuteronomio 28:47-48).
Y cuando alcances a
comprender con una comprensión completa, encontrarás como si Él te estuviera
diciendo: “Si cumples con algunos preceptos con amor y esfuerzo, te ayudaré a
cumplir con todos, y alejaré de ti todo obstáculo y dificultad. Y si abandonares alguno de ellos por
desprecio, traeré sobre ti impedimentos que te obstaculizarán en tu tarea,
hasta que no tengas integridad y tampoco continuidad en el mundo venidero. Y este es el significado del dicho [de Nuestros
Sabios] de bendita memoria[56]: “La
recompensa del precepto es el precepto, y de la transgresión la transgresión”.
Introducción al Capítulo Jelek
Rabí Moshé Ben Maimón
Cuarta Parte
En cuanto al “Jardín del
Edén”, este es un lugar fértil y abundante, único en la tierra. Hay en él vastos ríos y árboles que dan su
fruto, y será revelado por Hashem – bendito sea – a los hombres en el futuro, y
Él les mostrará el camino que allí conduce para que puedan deleitarse en
él. Y será posible que se encuentren
allí plantas increíbles los cuales producen un gran bienestar, con gran
variedad de aromas y sabores, incomparables a los que hoy nos son
conocidos. Y todo esto no es parte de lo
inconcebible y lo lejano sino que su realización es posible, aún si no estuviera
escrito en la Torá. Por lo tanto, cuánto
más debemos estar seguros de su existencia ya que aparece escrito y explicado
en la Torá.
Con respecto al [término]
“Gehinom”, éste hace referencia al dolor y castigos que recibirán los
malvados. Y no hay especificación alguna
en el Talmud[57] acerca de la
clase de castigo, sino que solo dijeron [Nuestros Sabios]: “El sol se acercará
a ellos (los malvados) y los quemará”, basándose en lo que está escrito: “Pues
he aquí que viene el Día, abrasador como un horno” (Malaquías 3:19). Y otros [Sabios] dijeron[58]: “Un calor
extraño se renovará en sus cuerpos y los quemará”, basándose en lo que está
escrito: “Mi soplo como fuego los devorará” (Isaías 33:11).
Y la “Resurrección de los Muertos” es uno de los
fundamentos principales que aparecen en la Torá de nuestro maestro Moisés, la
paz sea con él. Y no hay fe o apego a la
fe judía para aquel que no cree en esto.
Y [la resurrección] será solo para los Justos. Este es el significado de las palabras en
Génesis Rabah[59]: “La caída de la lluvia será tanto para los Justos como para los
malvados; pero la resurrección de los muertos será solo para los Justos”. Puesto que ¿cómo podrían revivir los malvados
cuando están ‘muertos’ aún en vida? Y
así dijeron [Nuestros Sabios][60]: “Los malvados aún en vida son llamados ‘muertos’, en tanto que los
Justos aún después de la muerte son llamados ‘vivos’”. Pero debes saber que todo hombre está
destinado a morir y se descompondrá y volverá a su fuente[61].
Con respecto a los “Días del Mesías”, esta será la
época en que volverá el reinado a Israel, y [los judíos] retornarán a la Tierra
de Israel. Y el Rey que gobernará [en
estos tiempos] será un gran soberano y la Casa Real estará en Sión, y su nombre
crecerá hasta llegar su honor hasta los confines de la tierra, siendo su
renombre mayor al del Rey Salomón. Todas
las naciones vivirán en paz con él y lo servirán todos los pueblos, debido a su
gran justicia y a los portentos que se sucederán gracias a él. Y todo aquel que se levante en su contra,
será destruido y entregado en sus manos por gracia de HaShem. Todos los versículos de las Escrituras
testifican acerca de su victoria, y la nuestra junto a él. Pero nada cambiará en la realidad cotidiana,
y nada será distinto de cómo es ahora[62], salvo el hecho de que el Israel volverá a reinar[63]. Estas son las palabras de los
Sabios[64]: “No hay entre nuestro mundo y los días del Mesías diferencia alguna,
salvo que será abolida la opresión de las naciones [para con Israel]”. Y será que en esos días[65] existirán tanto ricos como pobres, fuertes y débiles al igual que en
nuestros días. Sin embargo, en aquellos
días será muy fácil para los hombres encontrar sustento, hasta el punto en que
será con muy poco esfuerzo que el hombre logrará un gran beneficio [económico]. Y así dijeron [Nuestros Sabios][66]: “En un futuro la Tierra de Israel rebozará de pasteles y hermosas
prendas de lino”. Y es de esta forma
como los seres humanos declaran cuando un hombre encuentra algo que ya está
listo y preparado: ”Fulano encontró pan horneado y comida cocinada”. Y una muestra de esto[67] se halla en lo que está escrito: “Hijos de extraños serán vuestros
labradores y viñadores” (Isaías 61:5).
Esto es para que sepas que allí[68] habrá [también] siembra y cosecha.
Y por esto se enfadó el Sabio[69] quien dijo aquella frase[70] con su alumno, debido a que [este último] no entendió sus palabras y
creyó que se estaba refiriendo al sentido literal[71], y por ello le contestó de acuerdo a sus posibilidades [de
entendimiento]. Pero la respuesta que le
dio no fue la respuesta verdadera[72]. Y la prueba de que no le
contestó la verdad, se encuentra en lo que está escrito: “Responde al necio
según su necedad”[73] (Proverbios 26:5).
El gran beneficio del cual gozaremos en aquellos
días será que descansaremos de la opresión de las naciones, que es uno de los
obstáculos que tenemos para cumplir con todos los preceptos [de la Torá], y
además se incrementará el entendimiento [en el mundo], como está escrito: “La
tierra estará llena de conocimiento de HaShem” (Isaías 11:9). Y finalizarán las guerras, como está escrito:
“No blandirá más la espada nación contra nación” (Miqueas 4:3). Y podrá ser alcanzada en estos días una gran integridad[74], y por ello [los hombres] seremos merecedores de la vida en el Mundo
Venidero.
Y el Mesías morirá, y reinará su hijo, y luego el
hijo de su hijo[75]. Y ya el profeta anunció su
muerte[76] cuando dijo: “No se desmayará ni quebrará hasta implantar en la tierra
el derecho” (Isaías 42:4). Y serán los
días de su reinado muchos, y también la vida de los hombres se alargará, ya que
cuando desaparezcan las preocupaciones y los problemas, los días de los hombres
se extenderán. Por lo tanto, no hay
razón para asombrarse de que el reino del Mesías durará miles de años[77], ya que como dijeron Nuestros Sabios: “Cuando todo el Bien sea reunido,
no será separado rápidamente”.
Pero nosotros no esperamos ni ansiamos los días del
Mesías por la abundancia en las cosechas y la riqueza, y no con el fin de
montar a caballo, o beber vino al son de instrumentos musicales, como piensan
aquellos cuyo conocimiento está distorsionado.
Tanto los Profetas como los piadosos ansiaron los días del Mesías y lo
desearon con mucho anhelo porque [en esta época] serán reunidos todos los
Justos, y el Bien, la Sabiduría, la Justicia del Rey y la mayoría
prevalecerán. Y porque la sabiduría [del
Rey] no tendrá precedentes y estará cercano a HaShem, como está escrito:
“HaShem me ha dicho: ‘Tú eres mi hijo; yo te he concebido hoy” (Salmos 2:7). Y [en esta época] se podrán cumplir todos los
preceptos de la Torá que nos dio Moisés, nuestro maestro, la paz sea con él,
sin inercia, apatía o compulsión, como dijeron: “Ya no tendrán que adoctrinar
más el uno a su prójimo y el otro a su hermano diciendo: ‘Conoced a HaShem’,
pues todos ellos me conocerán desde el más chico al más grande” (Jeremías
31:33). También dijeron: “Pondré mi Ley
en su interior” (Jeremías 31:32). Y
además agregaron: “Quitaré de vuestra carne el corazón de piedra” (Ezequiel
36:26). Y existen muchos otros versículos
acerca de este mismo asunto.
Y el objetivo [final] es el Mundo Venidero, y hacia
él debemos dirigir todos nuestros esfuerzos.
Y por lo tanto, aquel Sabio[78] que poseía un profundo conocimiento de la Verdad[79], pudo ver el objetivo último[80] y dejó a un lado los otros[81], y afirmó: “Todo Israel tiene parte en el Mundo Venidero”[82].
No obstante, aún cuando conforma el objetivo
buscado, no es apropiado para aquel que quiere servir a HaShem con amor, que Lo
sirva a fin de alcanzar el Mundo Venidero, como ya lo hemos explicado
anteriormente, sino que Lo debe servir por el camino en que diga que cree que
hay Sabiduría, y que ésta es la Torá que nos llegó a través de los Profetas del
Creador – exaltado sea -. Y en ella, nos
prescribió que las virtudes son los preceptos, y son así y así[83]; y que los vicios son las transgresiones, y son así y así[84]. Y conforme a que es un hombre
decente, debe cumplir con las virtudes y alejarse de los vicios[85]. Y cuando así obre, se
perfeccionará su naturaleza humana, y se diferenciará de los animales. Ya que cuando perfeccione su naturaleza
humana, será parte de los hombres íntegros quienes no tienen obstáculos para
lograr que viva su alma y continúe su existencia de la manera que le es propia[86], y esto es: el Mundo Venidero, como ya hemos dicho. Y a esto se refiere lo que está escrito: “No
sean como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser
sujetados con correa y con freno” (Salmos 32:9). Lo que impide a los animales el desenfreno
son las correcciones externas, como ser la correa y el freno, pero no debe ser
así con el hombre[87]. Sus rectificaciones deben ser
internas. Es mi intención expresar que
cuando el Ser Humano logra la integridad, éste se deshace de todo obstáculo que
lo aleja de ella, y estos son los llamados: vicios. Y se dirige raudo a todo aquello que lo lleva
[a alcanzar] la perfección, y estas son las virtudes. Esto es lo que yo he entendido de sus dichos[88] en lo referente a este tema tan distinguido y elevado.
Y escribiré oportunamente un libro[89], en el cual reuniré todas las enseñanzas que se encuentran en el Talmud
y en [libros] semejantes[90], y en él aclararé y explicaré interpretaciones puntuales acerca de la
verdad de estos temas. Y también traeré
los basamentos de cada uno de sus dichos[91]. Mostraré cuales de estas
enseñanzas deben ser entendidas literalmente, cuales a través de alegorías y
cuales de ellas fueron sueños recordados a través de dichos simples, como si
hubiera ocurrido cuando estaban despiertos.
Y en ese libro aclararé muchos principios de fe, y todos aquellos temas
los cuales también he tratado aquí, que pueden servirte como un paralelo de lo
que haré. Pero no me sea criticado
acerca de éste, mi libro, por haber hablado con pocas palabras de un tema sobre
el cual se aconseja callar, y que puede irritar a los estudiosos, ya que lo he
hecho en esta medida para ayudar a comprender a aquellos que no poseían
conocimientos previos sobre este tema tan distinguido, el cual no puede ser
entendido por todos los hombres.
Con respecto a
la palabra “Apikoros” es aramea y significa ‘aquel que abandona y menosprecia a
la Torá o a aquellos que la estudian’.
Por eso se denomina con este nombre a todo aquel que no cree en los
fundamentos de la Torá, a quien menosprecia a los Sabios, estudiosos, o a su propio
Maestro.
Y acerca de los “Libros Apócrifos”, está escrito
que son libros de Minim[92]. Lo mismo ocurre con el “Libro
de Ben Sira”[93], hombre que escribió libros los cuales poseen estudios poco serios
acerca de fisionomía[94]. Estos libros no tienen sentido
ni provecho. Son una pérdida de tiempo
en vanidades, como también lo son los libros que se encuentran entre las
poblaciones árabes que hablan acerca de las cronologías, de la historia y las
hazañas de los reyes, y los libros de música, y todo tipo de libro que no tiene
palabras sabias ni provecho físico, sino que son sólo una perdida de tiempo.
Y “el que susurra sobre la herida” se refiere a los
que lo hacen salivando[95], ya que esto significa un menosprecio al nombre de Hashem, bendito
sea. Lo mismo ocurre con aquel que
pronuncia el nombre [de HaShem] con sus letras Yud Hei Vav Hei, que constituyen
el nombre inefable[96].
Y ya recordamos otras cosas similares, que
quienquiera que las haga no tendrá parte en el Mundo Venidero. Dijeron: “Aquel que hace palidecer el rostro
de su semejante en público (ofende a su prójimo) no tendrá parte en el Mundo
Venidero”[97]. Y aquel que llama a su prójimo
con un apodo [ofensivo] y aquel que se beneficia con la humillación de su
prójimo[98]. No debe hacerse ninguna de
estas acciones, y aun cuando son transgresiones menores a los ojos de los que
razonan, sin embargo son hechas por alguien que tiene un espíritu bajo, en el
cual no hay integridad, y por lo tanto no merece una parte en el Mundo
Venidero.
Introducción al Capítulo Jelek
Rabí Moshé Ben Maimón
Quinta Parte
Y es aquí en donde
debemos recordar, ya que este es el lugar más indicado para hacerlo, que los
principios de nuestra fe y sus fundamentos son trece. Y estos son:
Primer Fundamento
Creer en la existencia
del Creador – bendito sea -, y esto significa que hay un Ser perfecto en todas
las maneras posibles. Él es la Causa de
la existencia de todo, y todo lo creado depende y deriva de Él. Y es inconcebible Su inexistencia, debido a
que si no existiera, sería extinguida la existencia de todo y no habría una
Causa que pueda persistir en su ser. Por
el contrario, si concebimos la ausencia de todo lo creado, de todas maneras no
sería extinguida la existencia de HaShem – bendito sea – ni disminuida. (Ya que no hay unidad o superioridad como la
de Él – sea Su nombre bendito)[99]. Porque Él es suficiente para sí mismo y Su
propia existencia le basta, y no necesita de la existencia de otros. Y todos los otros, desde los intelectos,
quiero decir: los ángeles[100], así como los
cuerpos celestes, y lo que hay dentro de ellos[101], y lo que se
encuentra por debajo de ellos[102], todos
necesitan de Su existencia[103]. Y este primer fundamento ha sido enseñado en
el versículo: “Yo soy HaShem, Tu D’s” (Éxodo 20:2).
Segundo
Fundamento
La unicidad de HaShem –
bendito sea -, lo que significa: que debemos creer que Él, que es la Causa de
todo, es Uno. Pero [esta unicidad] no es
como la de una pareja[104], y no como
una especie, ni como un hombre, quien es complejo[105] y está
dividido en muchas partes[106], y no es
[HaShem] Uno como el más simple de los cuerpos, ya que éste también puede ser
dividido y separado en infinitas partes.
Sino que Él – exaltado sea – es único en su unicidad, y no hay como ésta
otra que se le asemeje, sin duda alguna. Y este segundo fundamento ha sido
enseñado en lo que fuera dicho: “Oye Israel, HaShem es nuestro D’s, HaShem es
uno” (Deuteronomio 6:4).
Tercer
Fundamento
La negación de toda
corporeidad en Él, lo que significa: que debemos creer que la unidad que antes
mencionamos no es corpórea ni posee fuerza en [otro] cuerpo, y no lo afectan el
accionar de los cuerpos, como ser: el movimiento, el reposo y el asentamiento,
ya sea en Su esencia misma o en un caso aislado. Por ello negaron Nuestros Sabios de bendita
memoria, la composición [en partes] o la división [de HaShem], diciendo[107]: “No existe
en las alturas el sentarse o el pararse, ni espalda ni frente”. Lo que significa: no hay división - esto es
la “espalda”[108], y no hay
composición [en partes] - esto es la “frente”, conforme a lo que está escrito:
“Y volverán sobre el hombro a los filisteos” (Isaías 11:14), es decir: los
empujarán con el hombro para anexarlos[109].
Y dijo el profeta: “¿A
quién, pues, harán semejante a HaShem? [...] ¿a qué, pues, Me harán semejante y
Me pareceré? Dice el Santo” (Isaías 40:18-25).
Ya que si [HaShem] fuera corpóreo, sería semejante a los cuerpos. Y todo lo que aparece en las Santas
Escrituras describiéndolo por medio de atributos físicos, como ser: caminando,
estando de pie, o sentado, hablando y expresiones similares, son todas
metáforas. Y así dijeron [Nuestros
Sabios] de bendita memoria[110]: “la Torá se
expresó en el lenguaje de los hombres”.
Y ya se han referido extensamente los Sabios acerca de este tema. Y este tercer fundamento ha sido enseñado en
lo que fuera dicho: “Pues ninguna figura han visto” (Deuteronomio 4:15), lo que
significa: no se puede concebir a [HaShem] como si tuviera figura alguna, ya
que – como antes mencionamos – no es corpóreo ni posee fuerza en [otro] cuerpo.
Cuarto
Fundamento
La eternidad [de HaShem],
lo que significa: que debemos creer que la unidad que antes mencionamos es
eterna y Su primacía es absoluta[111]. Todo lo que existe no es anterior a Él. Y muchas pruebas de ello podemos encontrar en
las Santas Escrituras. Y este cuarto
fundamento ha sido enseñado en lo que fuera dicho: “El D’s eterno es tu
refugio” (Deuteronomio 33:27).
Quinto
Fundamento
Sólo a Él – bendito sea –
corresponde servir, engrandecer, divulgar Su grandeza, y cumplir con Sus
preceptos, y no obrar de esta manera para con los que se encuentran por debajo
de Su existencia: los ángeles, las estrellas, y las esferas celestes, los
elementos [básicos][112] y todo lo
compuesto por ellos[113], ya que su
accionar es natural[114] y no tienen
juicio o capacidad de elección, sino que estas [capacidades] le pertenecen sólo
a HaShem – bendito sea -. Y por ello no
es correcto servirles para que sirvan de intermediarios para acercarse a Él,
sino que sólo a Él debemos dirigir nuestros pensamientos y dejar a un lado todo
lo demás. Y este quinto fundamento se
encuentra [expresado] en la advertencia sobre la idolatría[115], y la mayoría
de la Torá advierte acerca de esto.
Sexto
Fundamento
La Profecía; y esto
significa que debe saber el hombre, que dentro de la especie humana se podrán
encontrar individuos con capacidades sobresalientes y extremadamente puras,
poseedores de una gran integridad y almas sabias, llegando a alcanzar un nivel
[puramente] intelectual. Luego [de
alcanzado este nivel] se adherirá la mente humana al “Intelecto Activo”, siendo
iluminada por una emanación gloriosa[116]. Y estos [hombres] son los Profetas, y esta
[emanación] es la Profecía, siendo ésta su naturaleza. La aclaración de este fundamento se
extendería mucho, y no es nuestra intención traer pruebas sobre cada uno de
estos principios[117], y una
explicación acerca de como percibirla[118], ya que esto
abarca todas las [ramas de la] sabiduría.
Por lo tanto solo la mencionaremos [a la profecía] someramente[119]. Y sobre las profecías de los profetas la Torá
atestigua en extrema medida.
Séptimo
Fundamento
La Profecía de Moisés,
nuestro maestro, la paz sea con él. Y
esto significa que debemos creer que él es el padre de todos los profetas que
lo precedieron así como también de los que vinieron después de él. Todos ellos están por debajo de su estatura,
y él fue el elegido de entre todos los seres humanos, y quien alcanzó a
percibir del conocimiento de [HaShem] – bendito sea - más que cualquiera que
haya podido llegar a percibir o percibirá [en un futuro]. Porque él, la paz sea con él, llegó a un
nivel en donde supero su estado humano y alcanzó el nivel angelical, llegando a
la misma altura que los ángeles. No
quedó velo[120] que no rasgó
y traspasó, ni ningún tipo de obstáculo material se le interpuso[121], ni tuvo
falta alguna, grande o pequeña. En él
fueron anulados la imaginación y los sentidos que posibilitan la percepción, y
desaparecieron los deseos y apetitos, quedando solo la razón[122]. Sobre este tema fue dicho que él hablaba con
HaShem – bendito sea – sin ningún ángel como mediador.
Mi intención era aclarar
aquí este tema tan maravilloso[123] y descubrir
lo oculto en los fragmentos de la Torá, aclarando la expresión “boca a boca” y
todo ese versículo[124], y todos los
versículos del estilo, empero he visto que estos asuntos son muy delicados y
sería necesario hacer uso de muchas pruebas, debiendo recurrir a muchas
presentaciones, introducciones y ejemplos, teniendo que explicar en un
principio [lo referente a] la existencia de los ángeles y los cambios en sus
niveles con respecto al Creador – exaltado sea[125]. Además deberíamos explicar el alma y todas
sus fuerzas, extendiendo el tema hasta hablar de las formas en que describieron
los profetas [a HaShem], dignas de ser aplicados al Creador y los ángeles,
entrando de esta manera en [el libro] “Shiur Komá”[126] y los temas
que trata, y aún con esto no sería suficiente; incluso si pudiera resumir [el
libro] al máximo, me llevaría cien páginas.
Por lo tanto lo dejaremos [para desarrollarlo] en un lugar [más
apropiado], ya sea en el [libro] de la explicación a las enseñanzas [de los
Sabios] el cual ya me he propuesto escribir, o en el “Libro de la Profecía”,
del cual me estoy encargando [en estos momentos][127], o en un
libro que compondré con las explicaciones de estos fundamentos.
Volviendo al séptimo
fundamento diremos que la profecía de Moisés nuestro maestro, la paz sea con
él, se diferenció de la profecía de los demás profetas en cuatro aspectos:
El primero: todo profeta
que existió no habló con HaShem – bendito sea – sino por medio de un mediador[128], mientras que
Moisés [lo hizo] sin ningún intermediario; como está dicho: “boca a boca
hablaré con él” (Números 12:8).
Y el segundo aspecto:
todo profeta no recibió la profecía sino cuando dormía, como aparece escrito en
las fuentes: “Aquella noche vino HaShem en sueños”[129], “Por sueños,
en visión nocturna”[130] y otros
ejemplos del mismo estilo. O [también]
durante el día, luego de que haya caído el sopor sobre el hombre y se
neutralicen todos sus sentidos, y solo quede su pensar[131] disponible,
como ocurre con los sueños. Y esto se
llama “Visión” o “Percepción”, y sobre ellos está escrito: “en visiones de
HaShem”[132]. Pero con Moisés, se manifestaba [la profecía]
con palabras [de HaShem] y en pleno día.
Y él se paraba entre los dos querubines, como le hizo saber HaShem –
bendito sea: “Allí me manifestaré a ti, y hablaré contigo de encima del
propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el Arca del
testimonio” (Éxodo 25:22). Y dijo
[HaShem] – exaltado sea: “Cuando haya entre ustedes un profeta de HaShem, me
apareceré a él en visión, en sueños le hablaré.
No así con mi siervo Moisés [...] boca a boca hablaré con él” (Números
12:6-8).
Y el tercer aspecto: todo
profeta al recibir la profecía, ya sea por medio de una “Visión” y a través de
un ángel, se debilitarán sus fuerzas, se extenuará su cuerpo y le sobrevendrá
un gran pánico, al punto de que su espíritu estará a punto de desprenderse [de
su cuerpo], como ocurrió con Daniel, quien cuando Gabriel habló con él por
medio de una visión, exclamó: “No
quedaron fuerzas en mí, antes bien, mis fuerzas me cambiaron en
desfallecimiento, pues me abandonaron totalmente” (Daniel 10:8); y [también]
dijo: “Caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en tierra”
(Daniel 10:9); y dijo: “Con la visión me han sobrevenido dolores y no me quedan
fuerzas” (Daniel 10:16). Pero con
Moisés, la paz sea con él, no ocurría así, sino que venía a él la palabra [de
HaShem] sin causarle estremecimiento o temblor alguno, como esta escrito:
“HaShem hablaba con Moisés cara a cara, como habla cualquiera con su compañero”
(Éxodo 33:11), es decir: así como no le sobreviene pánico a un hombre por
hablar con su prójimo, de la misma manera ocurría con Moisés, la paz sea con él: la palabra [de
HaShem] no le causaba pánico, aún cuando era “cara a cara”. Y esto hace alusión al apego [de Moisés] con
el Intelecto[133], como ya
hemos mencionado anteriormente[134].
Y el cuarto aspecto:
ninguno de los profetas era capaz de recibir la profecía de acuerdo a su
voluntad, sino que dependía de la voluntad de HaShem, bendito sea; y podía
pasar el profeta días o años sin que la profecía se le aparezca, o pidiendo del
Creador que le diera a conocer algún asunto a través de la profecía pudiendo
pasar días o meses para que [la profecía] se suceda; y a veces ni siquiera
después de este tiempo le era revelada [la profecía]. Y ya existieron de ellos[135] sectas que se
preparaban y purificaban sus mentes, como hizo Eliseo, como está escrito:
"Y ahora tráiganme un músico” (II Reyes 3:15), y luego recibió la profecía. Pero no necesariamente la profecía sobrevenía
tras la preparación [del profeta] para ello.
Y Moisés, nuestro maestro, la paz sea con él, en todo momento que
deseaba [la profecía], decía: “Esperen, y oiré lo que ordena HaShem acerca de
ustedes” (Números 9:8). Y está escrito:
“Dí a Aarón, tu hermano, que no entre en todo tiempo en el santuario” (Levítico
16:2). Dijeron nuestros Sabios de
bendita memoria[136]: “Aarón está
[en el nivel de] ‘que no entre’ y Moisés en cambio no está [en el nivel de]
‘que no entre’”.
Octavo
Fundamento
El origen de la Torá es
divino, lo que significa que debemos creer que toda la Torá que se encuentra en
nuestras manos hoy, ha sido entregada de manos de Moisés, nuestro maestro, la
paz sea con él, y toda ella [ha salido] de boca de HaShem, es decir: que nos ha
llegado íntegra de HaShem – bendito sea -, siendo utilizada para este cometido
una metáfora[137]: “el
habla”. No sabemos como ha llegado [a
nosotros], solo que nos ha llegado a través de Moisés, la paz sea con él. Y debido a que él era como un escriba al cual
le leían y él redactaba todos los sucesos, las historias y los preceptos, se lo
llamó: “Legislador”. Y no hay diferencia
entre: “Los hijos de Cam: Cush, Mitzraim, Fut y Canaán” (Génesis 10:6), “Y el
nombre de su mujer, Mehetabel, hija de Matred” (Génesis 36:39), y entre: “Yo
soy HaShem, tu D’s” (Deuteronomio 5:6), y: “Oye Israel, HaShem es nuestro D’s,
HaShem es uno” (Deuteronomio 6:4), ya que todos [los versículos] han partido de
la boca de HaShem, y todos son parte de la Torá que es completa, pura, sagrada
y verdadera. Y todo aquel que dice que
los versículos y las historias [de la Torá] fueron contados por Moisés por
iniciativa propia, Nuestros Sabios y Profetas lo denominaron apóstata, ya que
avergüenza a la Torá más allá que cualquier otro renegado, pues cree que la
Torá puede ser dividida en “corazón” y “cáscara”, y que todas las crónicas y
las historias [escritas en la Torá] no tienen beneficio alguno, y que han sido
escritas por Moisés. Y ese es el
significado de la frase: “que la Torá no viene del cielo”[138]. Y dijeron Nuestros Sabios, de bendita memoria[139]: “Todo aquel
que cree que la Torá ha salido de la boca de HaShem excepto por un solo
versículo que no dijo el Santo bendito sea Él, sino Moisés por propia iniciativa,
sobre él está escrito: “Ya que la palabra de HaShem despreció”[140]”. Y sea HaShem - bendito y exaltado – por sobre
los dichos de los apóstatas[141].
Ya que todas las palabras
de la Torá contienen sabiduría y maravillas para quien puede entenderlas, aún
cuando ella no puede ser entendida en la totalidad de su sabiduría. “En longitud sobrepasa la tierra, y es más
ancha que el mar”[142] y el hombre
no tiene más que encaminarse por las sendas de David, ungido del HaShem de
Jacob, quien rezó: “Abre mis ojos y contemplaré las maravillas de Tu Torá”
(Salmos 119:18).
Así también ocurre con la
Torá Oral, que fue dicha por boca de HaShem.
Y es así como hacemos hoy: desde la construcción de la Sucá, el Lulav,
el Shofar, los Tzitzit, los Tefilín y otros [preceptos] similares. Todos estos [preceptos] han sido ordenados y
dichos por HaShem – bendito sea – a Moisés, y él nos los transmitió. Y él, que nos trajo el mensaje, es digno de
confianza. Y este octavo fundamento ha
sido enseñado en lo que fuera dicho: “Moisés dijo: en esto conocerán que HaShem
me ha enviado para que hiciera todas estas cosas, y que no las hice de mi
propia voluntad” (Números 16:28).
Noveno
Fundamento
La Tradición, y esto
significa que la Torá que nos entregó Moisés ha sido dada por el Creador –
bendito sea – y no por otro. Y sobre
ella no se puede agregar o quitar, tanto con respecto a la Torá Escrita como a
la Torá Oral[143], como está
escrito: “No añadirás a ello, ni de ello quitarás” (Deuteronomio 13:1). Y ya hemos explicado lo necesario acerca de
este fundamento en la introducción de este escrito.
Décimo
Fundamento
Él – exaltado sea –
conoce los actos de cada ser humano y nunca aleja Sus ojos de ellos. No es como el que dijo: “HaShem ha abandonado
la tierra”[144], sino que es
como se ha dicho: “Grande eres en consejo y magnífico en hechos; tus ojos están
abiertos sobre todos los caminos de los hijos de los hombres”[145]; y se ha
dicho: “Vio HaShem que la maldad de los hombres era mucha en la tierra”[146]; y [también]
se ha dicho: “el clamor de Sodoma y Gomorra aumenta más y más”[147]. Todos estos versículos nos enseñan acerca de
este décimo fundamento.
Decimoprimer
Fundamento
Él – exaltado sea –
recompensa a quien cumple con los preceptos de la Torá y castiga a quien
transgrede sus admoniciones. La recompensa
mayor es el Mundo Venidero, y el castigo mayor, el exterminio [del alma][148]. Y ya nos hemos extendido en este tema lo
suficiente. Y en las Escrituras se
enseña acerca de este principio, como está escrito: “Te ruego que perdones
ahora su pecado, y si no, bórrame del libro que has escrito” (Éxodo
32:32). Y le contestó HaShem – bendito
sea: “Al que peque contra mí, lo borraré de mi libro” (Éxodo 32:33). Esto es una prueba de que [HaShem] conoce al
que cumple y al que transgrede, a fin de recompensar al primero y castigar al
segundo.
Decimosegundo
Fundamento
Los días del Mesías, lo
que significa que debemos creer y afirmar que él vendrá, y no pensar que se
atrasará. “Si se demora, espéralo”[149]. No se le asignará un tiempo[150], ni se
especulará con el objetivo de averiguar cuando vendrá. Y los Sabios dijeron[151]: “Sea
corrompido el espíritu de aquellos que especulan con las fechas”.
Debemos creer en él, que
tendrá honra, estatura y honor por sobre todos los reyes que hayan
existido. [Debemos] engrandecerlo, amarlo
y rezar por él, conforme a lo que ya profetizaron sobre él todos los profetas
desde Moisés, nuestro maestro, la paz sea con él, hasta Malaquías[152], la paz sea
con él. Y cualquiera que dude del
[Mesías], o lo minimice a él o a su estatura, reniega de la Torá, pues ella
prometió [su venida] en el comentario a la Sección de “Bilaam”[153] y a la
Sección de “Nitzavim”[154].
Y parte de este
fundamento es el saber que los Reyes de Israel no son sino de la Casa de David,
y de la descendencia de Salomón solamente.
Y todo aquel que objeta este linaje, reniega de HaShem – bendito sea – y
de las palabras de Sus profetas.
Decimotercer
fundamento
La Resurrección de los
Muertos, fundamento que ya hemos explicado anteriormente.
Cuando el hombre crea en
todos estos fundamentos, y se fortalezca su fe en ellos, recién allí entrará a
[formar parte de la] Congregación de Israel, y es un precepto amarlo y
apiadarse de él, y tratarlo de acuerdo a todo lo que nos prescribió HaShem –
bendito sea – [con respecto] al hombre y su prójimo, con amor y
fraternidad. Y aunque haya cometido
cualquiera de las transgresiones al haberse sobrepuesto a su voluntad su bajo
instinto natural, es castigado de acuerdo a sus transgresiones; sin embargo
tiene una parte en el mundo venidero, aunque sea un transgresor dentro de
Israel.
Y cuando un hombre deja
de creer uno de estos principios, es excluido de la Congregación [de Israel], y
niega lo fundamental, y es llamado “Min” y “Apikoros” y “aquel quien corta con
los retoños”[155], y es una
obligación odiarlo y destruirlo. Y sobre
él está escrito: “¿No odiaré acaso, HaShem, a los que te aborrecen?” (Salmos
139:21).
Y he aquí que me he
extendido en muchos temas y me he desviado del objetivo de mi composición. Pero lo he hecho debido a que he visto en
[escribir] esto un gran beneficio en [lo relativo a] la fe, ya que he reunido
aquí temas útiles que se encuentran dispersos en libros importantes. Por lo tanto conócelos, esfuérzate en
aprenderlos, vuelve sobre ellos muchas veces, e inquiere sobre ellos a conciencia. Y si tu corazón te sedujere y llegaras a
pensar que los has comprendido bien, solo por haberlos estudiado una vez, o
diez [veces], sabe HaShem – bendito sea – que has sido seducido falsamente. Por consiguiente, no te apures en su lectura,
puesto que no lo compuse [a este trabajo] en forma superficial, sino luego de
gran estudio y comprensión. Y luego de
haber distinguido entre creencias verdaderas y falsas, y de haber sabido en
cuales de ellas es digno creer; y me he sustentado en pruebas acerca de cada
uno de estos asuntos.
Y de HaShem – bendito sea
– pido que me sea concedido el deseo de mi alma, y que me conduzca por el buen
camino. Y ahora volveré a [ocuparme de]
este capítulo[156].
[1] El “Corazón” en este texto, al
igual que en otros similares, hace referencia al entendimiento del hombre
[2] El dinero
en sí
[5] La sabiduría es la Torá y su mensaje
trascendente
[12] Diciéndoles que hay una
recompensa para sus buenas acciones y un castigo para sus malas acciones
[19] En las
palabras de Nuestros Sabios de bendita memoria, en sus relatos y en sus
interpretaciones
[20] Las cosas
imposibles que contradicen el sentido común y las leyes de la naturaleza
[21] El
razonamiento lógico, a fin de entender el lenguaje de los Sabios quienes hallan
frecuentemente en formas simbólicas en las cuales lo manifiesto no es lo
esencial sino lo oculto y hace falta entendimiento para poder descender hasta
lo profundo de sus intenciones.
[22] El Capítulo Jelek es el décimo
capítulo del Tratado de Sanhedrin, y son las palabras de la Mishná las que Rambam
intenta explicar mediante esta Introducción
[24] Más inteligentes que Nuestros
Sabios, de bendita memoria
[26] En
contraposición a la parte teórica cuyo fundamento se encuentra en el
razonamiento especulativo, nos enseña la parte práctica de la filosofía llamada
"filosofía práctica", o filosofía humana (Cuzari 4:13)
[27] Nuestros Sabios, de bendita
memoria
[28] La palabra
“Jidá” puede también ser traducida como enigma, comparación, parábola; mientras
que la palabra “Mashal” puede ser traducida como proverbio, refrán, parábola,
metáfora
[29] El Rey Salomón
[30] En este
caso, la palabra enigma interpreta mejor el sentido del versículo
[31] Este es el
camino correcto en cuanto a la interpretación de los versículos oscuros y
contradictorios en las escrituras
[32] Rabí
Yehudá en Sanhedrín 92b
[33] Este versículo hace referencia
al Maná, el pan celestial
[34] Que
subyacen del proverbio y la alegoría, o sea, tratarás de encontrar una solución
al proverbio de tal forma que concuerde con el sentido común y con la creencia
recta
[35] El Mundo Venidero
[36] Los placeres materiales
[37] Conocer la verdadera existencia
del Creador, bendito sea
[38] Que el rey veía con buenos ojos
el jugar con la pelota antes que el reinar
[39] Los Placeres corporales
[40] Los Placeres del alma
[41] Los ángeles y las esferas
celestes
[42] El Rey David (Según 2 Samuel
23:3)
[43] Del Mundo por Venir
[44] Berajot 17a
[45] Ya que tras la muerte del hombre,
el alma sigue existiendo en lo que Nuestros Sabios llamaron: “Los Lazos de la Vida ”
[46] Y a través de dicha percepción
el alma alcanza la eternidad
[47] El gran escritor y filósofo
Shlomó Ibn Gavirol escribe en su poema intitulado “Keter Maljut” (“Corona Real”):
“Y el que alcance tus secretos encontrará eterno placer, y comerá y vivirá para
siempre”
[48] Un mundo en donde no hay ni
daños ni tormentos (Rashi en Kidushín 39b)
[49] Sanhedrín 64b
[50] Nivel opuesto a “Será
exterminado por completo”
[51] El nivel en el que el alma está
atada a Los Lazos de la Vida
[52] Berajot 34b; Shabat 63a
[53] Trastornos e inconvenientes que
le dificultan al hombre el cumplir y concretar las Mitzvot
[54] De acuerdo con este
razonamiento, todas aquellas promesas de bien que aparecen escritos en la Torá no son la meta última,
sino tan solo los medios por los cuales el hombre puede llegar al objetivo
final. A este objetivo se referirá
Rambam a continuación
[55] Ya que el estudio y cumplimento
de la Torá son
un objetivo en sí mismos y las causas por las cuales podemos acceder al Mundo
Venidero
[56] Tratado Abot 4:2
[57] Nedarim 8b; Sanhedrin 110b;
Abodá Zará 4a
[58] Sanhedrin 108a
[59] Parashá 13
[60] Berajot
18b
[61] Sobre esta
corta pero compleja frase, Beer Heitev explica que aparentemente para Rambam la Resurrección de los
Muertos no es el fin último, sino que luego de los días del Mesías en los
cuales los hombres vivirán una vida muy larga, éstos morirán, y recién ahí las
personas alcanzarán el objetivo final, que es la vida en el Mundo Venidero
[62] Rambam
quiere dejar en claro que en los Días del Mesías no habrá ningún cambio en el
orden natural, y todo se desarrollará de forma habitual, sin ninguna clase de
alteración
[63] Israel
será una nación libre, y tendrá su propio gobernante
[64] Berajot
34b
[65] Los días
del Mesías
[66] Shabat 30b
[67] De que no
habrá cambio alguno en la naturaleza en los días del Mesías
[68] En los días del Mesías
[69] Rabán Gamliel
[71] Pasteles ya cocinados
[72] Sino que se sirvió de una
alegoría
[73] “Necedad” se refiere a la
capacidad de entendimiento del necio, y debes contestarle de esta manera para
que “no vaya a creerse que es un sabio” (Proverbios 26:5)
[74] Integridad espiritual: tanto en
inteligencia como en conducta
[75] Serán tres generaciones, de acuerdo
a la opinión de Rabí Iehudá HaNasí, quien dijo: “Los días del Mesías durarán
tres generaciones” (Sanhedrín 99a)
[76] La muerte del Mesías
[77] De acuerdo a algunos Sabios, los
días del Mesías se extenderán por 7.000 años, mientras que de acuerdo con otros,
su reinado durará 365.000 años (Sanhedrín 99a)
[78] El Tanaíta que afirmó en la Mishná : “Todo Israel tiene
parte en el Mundo Venidero...” (Sanhedrin 10:1)
[79] Este Sabio podía diferenciar
entre lo importante y lo banal, y entre lo primordial y lo realmente trascendente
[80] El Mundo Venidero
[81] Como por ejemplo: el Jardín del
Edén, los días del Mesías y la resurrección de los muertos
[82] Sanhedrin 10:1
[83] Así y así son todos los
preceptos positivos, sumando un total de 248
[84] Así y así son todas las
transgresiones que los preceptos negativos neutralizan, sumando un total de 365
[85] Pero no con el objetivo de
recibir recompensa alguna, sino por su profundo conocimiento y su amor a HaShem
[86] Rambam hace referencia a la
continuidad intelectual del alma, que como dijo anteriormente, vive ligada al
objeto de su conocimiento, o sea, el Creador
[87] La idea del autor es: “No sea tu
accionar como el de un animal, el cual debe ser conducido a través de
correcciones externas; el hombre tiene la capacidad de poder corregirse sin
rectificaciones foráneas”
[88] Los dichos de Nuestros Sabios
[89] El libro del cual está hablando
aquí el Rambam nunca fue escrito
[90] Por ejemplo: Libros de Midrash
[91] Los dichos de Nuestros Sabios
[92] Secta conocida que se separó del
Judaísmo y sus libros están llenos de herejías.
[93] Al parecer Maimónides tenía en
sus manos una versión distinta del “Libro Ben Sira” que hoy conocemos, ya que
el “Libro Ben Sira” que ha llegado hasta nuestros días posee palabras
sabias. Aparentemente, en épocas del
Talmud los Sabios utilizaban este libro de manera similar a como usaban los
Hagiógrafos.
[94] Ciencia destinada a conocer la
naturaleza del hombre a través de su rostro
[95] Sanhedrin 101a
[96] Ioma 66a
[97] Baba Metzía 58b
[98] Ierushalmi Jaguigá 2:5
[99] Esta frase no aparece en la
versión original del texto (escrito en árabe)
[100] Son llamados “intelectos” porque
son creaciones separadas de todo cuerpo y materia
[101] Como ser las diferentes clases
de estrellas existentes
[102] Todo lo que se encuentra por
debajo de la esfera de la luna es lo que constituye nuestro mundo
[104] La pareja está compuesta por
dos. Pero tal vez se debería leer aquí
Sug (con Samach) en lugar de Zug (con Zain); la referencia en este caso sería a
un género, el cual incluye muchas especies
[105] A nivel orgánico
[106] El hombre posee muchos órganos
diferentes, y cada uno de ellos tiene su nombre particular
[107] Jaguigá 15a
[108] La espalda simboliza la
división, como está escrito: “Me volvieron la espalda pero no los rostros”
(Jeremías 2:27)
[109] Ya que los filisteos se
encontraban en la frontera con Israel
[110] Berajot 31b
[111] Su eternidad no tiene parangón,
y Su existencia antecede todo lo creado, como afirmamos en la oración matutina:
“Tú precedes a la creación, y Tú eres quien creó el mundo”
[112] Fuego, Viento, Agua y Polvo
[113] Los elementos básicos son los
que componen todo lo creado en este mundo, y todo lo que se encuentra por
debajo de la esfera lunar
[114] Su accionar no está regido por
propia voluntad, sino que dependen de la tarea que eligió para ellos el Creador
[115] “No tendrás dioses ajenos
delante de mí” (Éxodo 20:3)
[116] Es decir: HaShem ilumina estas
mentes sublimes a través del “Intelecto Activo”, quien otorga a los hombres
gran cantidad de sabiduría y espíritu divino
[117] De estos 13 Fundamentos
[118] A la profecía
[119] Sin detenernos en detalles y
explicaciones que nos llevarían mucho tiempo
[120] Se refiere a cualquier tipo de
separación existente entre él y HaShem
[121] Que impida su permanencia en el
nivel angelical
[122] Las fueras del alma son cinco:
(1) nutritiva; (2) sensitiva; (3) imaginativa; (4) concerniente a los apetitos
(deseos); y (5) racional (Ver los “Ocho Capítulos” de Rambam – Primer
Capítulo). En su ascenso al nivel de los
ángeles, Moisés solo retuvo la fuerza racional, dejando a un lado las demás, y
consiguiendo de esta manera deshacerse de todo obstáculo corporal
[123] La profecía de Moisés
[124] “Boca a boca hablaré con él,
claramente y no con enigmas, y verá la apariencia de HaShem” (Números 12:8)
[125] Los diferentes niveles están
relacionados a la cercanía o lejanía con respecto a HaShem
[126] Libro de mística judía muy
famoso, escrito con indicios y secretos, de manera que no tiene un
entendimiento simple y literal sino profundo y alegórico. Hay quienes atribuyen este libro a Simón el
Justo, y otros que opinan que fue el mismo Moisés quien lo escribió (de esta
manera los kabalistas atribuían libros de mística a personajes bíblicos,
llegando hasta el mismo Adán). En
tiempos de Rab Saadia Gaón (882-942) este libro ya era conocido
[127] Tanto el libro de las enseñanzas
de los Sabios, como este libro referido a la Profecía nunca fueron
escritos. Sin embargo, parecería ser que
aún cuando no se conformaron como libros separados, Rambam desarrolló ambos
temas en su “Guía de los Descarriados”
[128] A través de un ángel
[129] Génesis 31:24
[130] Job 33:15
[131] La parte racional del alma
[132] Ezequiel 8:3
[133] Con el Intelecto Activo
[134] En el Sexto Fundamento
[135] De los profetas
[136] Sifra - Parashat Ajarei Mot
[137] De la misma manera que en el
Tercer Fundamento
[138] Sanhedrin 10:1 – Rambam vuelve a
retomar el tema de la primer Mishná del Capítulo Jelek, que se encuentra en el
tratado de Sanhedrin, explicando de esta manera por qué todo el que afirma “que
la Torá no viene
del cielo” no tiene parte en el Mundo Venidero
[139] Sanhedrin 99a
[140] Números 15:31
[141] Esta última oración viene a
contraponerse a la frase anterior “ya que la palabra de HaShem despreció”. Su significado es oscuro y no muy entendible,
pero la idea central de este enunciado sería el de glorificar a HaShem en un
intento por demostrar que Él está más allá que lo que los apóstatas y renegados
puedan afirmar
[142] Job 11:9
[143] Estas palabras hacen alusión
directa al Nuevo Testamento, el Corán y la secta de los Caraítas
[144] Ezequiel 8:12
[145] Jeremías 32:19
[146] Génesis 6:5
[147] Génesis 18:20
[148] “Karet”, como ya lo explicó
anteriormente
[149] Habacuc 2:3
[150] Está prohibido fijar un tiempo
determinado con respecto a la venida del Mesías
[151] Sanhedrin 97b
[152] Malaquías fue el último de los
profetas
[153] Números 23-24
[154] Deuteronomio 30:3-5
[155] Expresión metafórica que designa
a todo aquel que abandona la Torá
y niega los principios de la religión, como está escrito: “Ajer cortó con los
retoños” (Jagiga 15a)
[156] Rambam, luego de esta
introducción, que aquí finaliza, retomará su explicación al capítulo Jelek en
orden de continuar con su comentario general a toda la Mishná
[140] Números 15:31
[141] Esta última oración viene a
contraponerse a la frase anterior “ya que la palabra de HaShem despreció”. Su significado es oscuro y no muy entendible,
pero la idea central de este enunciado sería el de glorificar a HaShem en un
intento por demostrar que Él está más allá que lo que los apóstatas y renegados
puedan afirmar
[142] Job 11:9
[143] Estas palabras hacen alusión
directa al Nuevo Testamento, el Corán y la secta de los Caraítas
[144] Ezequiel 8:12
[145] Jeremías 32:19
[146] Génesis 6:5
[147] Génesis 18:20
[148] “Karet”, como ya lo explicó
anteriormente
[149] Habacuc 2:3
[150] Está prohibido fijar un tiempo
determinado con respecto a la venida del Mesías
[151] Sanhedrin 97b
[152] Malaquías fue el último de los
profetas
[153] Números 23-24
[154] Deuteronomio 30:3-5
[155] Expresión metafórica que designa
a todo aquel que abandona la Torá
y niega los principios de la religión, como está escrito: “Ajer cortó con los
retoños” (Jagiga 15a)
[156] Rambam, luego de esta
introducción, que aquí finaliza, retomará su explicación al capítulo Jelek en
orden de continuar con su comentario general a toda la Mishná