25.3.13

SEÑALES – PESAJ 5773



pero me escapé hacia otra ciudad
y no sirvió de nada,
porque todo el tiempo estaba yo en un mismo lugar,
y bajo una misma piel y en la misma ceremonia
Yo te pido un favor, que no me dejes caer
en las tumbas de la gloria.” (de la canción “Tumbas de la gloria” de Fito Páez)

            El relato bíblico de Pesaj, lo encontramos en Sefer Shemot, el Libro del Éxodo, el cual comienza recordando el final de Bereshit/Génesis, en donde se relata que el faraón de Egipto invita al Patriarca Iaacov y a su familia a vivir en Egipto, a darle buenas tierras. Mitzraim nos ofrece lo mejor de sus placeres y riquezas, e Israel acepta entrar en esa tierra prometedora.
             Al pasar el tiempo, un faraón que no conoció a Iosef, o quizás si lo conoció pero decidió olvidarlo, entendió que los hebreos éramos un problema a resolver, y nos tornamos de ilustres visitantes y compañeros de la tierra, en esclavos. Una esclavitud dura, la cual duraría largos años, e implicaría toda clase de vejámenes y sufrimientos.
            Y así, sin darnos cuenta, como el ejemplo del sapito, entramos a Egipto, zona de estrechez y esclavitud (un sapo que es arrojado a una olla de agua hirviendo salta automáticamente y se escapa, en cambio, si entra a la olla estando el agua agradable, cuando el agua se vaya calentando y rompiendo en hervor, el sapito no tendrá chance ya de escapar).
            Todos conocemos el relato, Di-s nos libera de Mitzraim con mano fuerte y brazo extendido. No un ángel, ni un mensajero, sino Él mismo. Saliendo Israel mediante maravillas y señales, como no se vieron antes, de modo patente. Todo esto es leído en Nuestra Torá y en cada Seder de Pesaj, ceremonia que alegremente repetimos año a año.
            Como decía, uno entra sin darse cuenta y al salir lo hace con ruidoso estruendo, tal como el Pueblo de Israel, saliendo con mano triunfante y recibiendo la Torá en Sinaí.
            Nuestra Tradición empieza a dejar señales (Señal = ‘Remez’ en hebreo) por todos lados para que no vuelva a ocurrir. Que ninguno de nosotros tenga que servir nuevamente a nadie fuera de Di-s. Como un semáforo (‘Ramzor’ en hebreo) nos va marcando en que sentidos avanzar y a que caminos no volver.
            Traje una canción muy famosa que describe una situación muy particular: Como a veces intentamos que lo mismo de resultados distintos. Como queremos escaparnos de nosotros mismos. Sin chance de lograrlo, y cayendo siempre en los mismos ciclos negativos.
            A veces cuando no tenemos respuestas, preferimos quedar atrapados en la ropa de otro.
            Las propuestas de la Tradición Judía son muchas, pero todas ellas deben llevarte a poder ser vos mismo, dudando de lo que quieras y teniendo las certezas que quieras. Entendiendo que hay un camino previo, marcado por miguitas de Matza - y no de pan leudado/jametz – que puede llevarte a la libertad, pero hay que saber ver las señales, de modo tal que ésta, Nuestra Tradición, y vos mismo, no caigan en las “tumbas de la gloria”.

Por un uso responsable de la libertad…
LESHANA HABÁ BIRUSHALAIM
JAG PESAJ KASHER VESAMEAJ
Meir Szames

חג פסח כשר ושמח לכלם