3.5.13

SHAVUOT 5773 – “EL CAMINO”


כ״א לעמר – ס״ה למדינת ישראל


            SHEMOT - EXODO 13:17-18:. “Ocurrió que al expulsar Parhó al pueblo, no los condujo Elohim por el camino de la tierra de los pelishtim, porque cercano era, …E hizo girar Elohim al pueblo por el camino del desierto hacia el Mar de los Juncos.
            Transitamos días plenos de significado. Salimos de Mitzraim, y surge la primera pregunta ¿Cuáles son los motivos de la salida de los hebreos de su esclavitud? La Torá es clara al respecto: Para volvernos plenos debemos recibir la Ley y llegar a la Tierra.
            Ese es el camino, una senda que volvemos a transitar cada año: Nisan, Pesaj, Omer, duelos, la alegría de Iyar y Iom HaAtzmaut, y todo esto para contar y vivir siete semanas que deberían resignificarnos y prepararnos adecuadamente para, como Pueblo Libre que somos, recibir la Ley, una vez más en Sinaí, en Jag HaShavuot.
            Y sí, un camino lleno de postas, algunas que nos gusta visitar, otras con un gusto no tan agradable.
            Recordamos en Pesaj que fuimos (o quizás somos) esclavizados, porque para apreciar nuestra siempre difícil libertad, tendremos presente que no siempre fue así, que una vez fuimos esclavos del faraón en Egipto y, hoy en día, podemos caer esclavos de “modernos faraones”.
            Recomenzamos una cuenta, como aquella persona que sabe que a la suma de esos días viene algo muy esperado. Como figura en Vaikra - Levítico capítulo 23:15-16 “… y habréis de contar vosotros desde el día siguiente de la festividad: desde el día en que hayáis traído el Omer para mecerlo, siete semanas completas, habrán de ser. Hasta el día siguiente de la séptima semana, habréis de contar cincuenta días y ofreceréis una ofrenda nueva ante Adonai.
            En ese mismo momento empiezan días de Avelut (duelo) hasta Lag BaOmer. ¿Es raro, no? En medio e inmediatamente luego de Jag HaPesaj empieza un período de duelo que, quizás, nos venga a recordar que “nuestros logros”, de los cuales nos sentimos profundamente orgullosos, no son nuestros a título personal, sino que son una construcción colectiva del Pueblo Judío, al cual cada generación le aporta su singular mirada, su impronta y sus vidas. De este modo, desde antaño, venimos agregando escalones, bajadas y subidas a las tradiciones judías.
            Como si fuera poco, en medio de este período, nos encontramos con un evento que cambiaría la vida judía de modo rotundo, felizmente rotundo, el levantamiento del Estado Judío Moderno, Medinat Israel, el principio del brote de nuestra liberación, en la Tierra de Nuestros Antepasados. Nadie puede negar que este hecho milagroso y esforzado de hombres y mujeres de nuestro Pueblo cambia nuestro día a día, nuestra mentalidad. Dos milenios de espera, paciente, dan resultados maravillosos en nuestra tierra.
            Pero, seguramente vale la pena preguntarse ¿Para qué son todos estos esfuerzos, esperas y caminos atravesados? ¿Para qué dejar el poderoso y cómodo Egipto y adentrarnos en un “incierto” desierto?
            ¿Qué propósito tiene tanto milenario esfuerzo, sacrificio y esperanza?
            Contamos día a día, más bien noche a noche, días enteros, días que nos ponen en condiciones de llegar a Shavuot.
            ¿Condiciones? Sí, condiciones acordes para recibir una vez más la Torá, la Ley, la Tradición, las ricas y abundantes tradiciones judías. Está claro que no me refiero únicamente con “tradiciones” a knishes, boios, falafel y demás maravillas de nuestra cocina tradicional. Uso el término “Tradiciones” en el sentido del legado milenario de Nuestro Pueblo: sus libros, escritos y costumbres: La Torá (el “Libro Secreto”, como nos gusta llamarlo en mi Beit Midrash), el Talmud, Rashi, RaMBaM, Bialik, Levinas…la lista es interminable.
            Afrontamos un camino que tiene principio y final, pero que a su vez se regenera y recomienza a cada momento. El camino del estudio y de la práctica, el camino de nuestra Tradición, de muchas preguntas, de algunas respuestas, de idas y vueltas, de momentos dulces y otros no tanto. En fin, los caminos de la Torá son así, como me gusta citar  del Pirkei Avot (6:4): כך היא דרכה של תורה פת במלח תאכל ומים במשורה תשתה ועל הארץ תישן וחיי צער תחיה ובתורה אתה עמל ואם אתה עושה כן אשריך וטוב לך אשריך בעולם הזה וטוב לך לעולם הבא Este es el camino de la Torá: aunque sólo te alimentes de pan y sal, bebas agua con medida, y duermas sobre el suelo, y vivas una vida de privaciones, estudia intensamente la Torá. Si así lo hicieres, serás feliz y gozarás del bien (Tehilim 128). Serás feliz en este mundo, y gozarás del bien en el mundo venidero”. Esta cita es extrema, nuestra Tradición no nos pide tanto, es más, quiere que nos vaya bien en este mundo, que gocemos de bienes y placeres materiales, pero con medida, sabiendo que a toda esa materia hay que llenarla de espíritu, llenarla de Torá.
            Después de atravesar el recorrido de las siete semanas del Omer ¿Estamos preparados para lo que nos pide nuestra Tradición?

            Por judaísmos significativos y trascendentes, llenos de alegría, tradición, familia. Judaísmos repletos de Torá.
חג שבועות שמח!!!!
מאיר שמש
            JAG SHAVUOT SAMEAJ!!!!
Meir Szames
Seminarista

Hillel solía decir:  קנה לו דברי תורה קנה לו חיי העולם הבא…El que adquiere el conocimiento de la Torá, se asegura la inmortalidad y la vida eterna” Pirkei Avot 2:8