13.6.13

PARASHAT JUKAT “La pregunta”

                La Parashá de esta semana empieza con el ritual de la Pará Adumá, vaca bermeja / roja, (Bemidbar – Números, capítulo 19) que tenía por finalidad purificar ritualmente a los hijos de Israel y permitirles volver a acercarse a lo sacro. Este precepto es de difícil comprensión, y figura en Kohelet – Eclesiastés que ni siquiera el Rey Shlomó pudo explicarlo.

                A continuación nos encontramos con la muerte de Miriam, hermana de Moshé, y seguidamente el pueblo se queda sin agua para beber, hechos que el Midrash conecta, diciendo que con la desaparición física de Miriam se secan las fuentes que abrevan al pueblo de Israel.
                “Mas no había agua para la asamblea; y ellos se congregaron contra Moshé y contra Aharón. Contendió el pueblo contra Moshé y se manifestaron diciendo: ‘Y ojalá hubiésemos perecido al perecer nuestros hermanos ante Adonai!’ ” (Bemidbar 20:2-3)
                El sabio Ibn Ezra nos explica que estamos en el año cuarenta desde la salida de Egipto, y que se trata de una “asamblea” conformada por una nueva generación, ya que todos aquellos hombres que a la salida de Egipto eran de veinte años o más habían muerto en el desierto, a causa del evento de los “exploradores” (Parashat Shlaj – Bemidbar capítulo 14).
                Al encontrarse la nueva generación en esta situación de apremio, lo que hacen es reclamar por agua. Al ser un reclamo justo, ellos no reciben ningún tipo de castigo a pesar de sus fuertes protestas.
                Entonces, Dios da la solución para tan grave problema: “Habló Adonai a Moshé diciendo: ‘Toma la vara y congrega a la asamblea, tú y Aharón tu hermano, y hablaréis a la roca ante los ojos de ellos y dará sus aguas; y les sacarás a ellos aguas de la roca y darás de beber a la asamblea y a sus animales’ ”. (Bemidbar 20:7-8)
                ¿Qué situación tenemos? Hay un recambio de generación. Los mayores ya no están, y los jóvenes no saben de que modo conseguir el agua.
                Vemos airadas quejas de la nueva generación: “Y para qué habéis traído a la congregación de Adonai a este desierto, ¿para morir allí nosotros y nuestros animales? Y ¿para qué nos habéis hecho ascender de Egipto para traernos a este lugar malo? … ”. (Bemidbar 20:4-5)
                Ante la situación desfavorable, el pueblo ya no tiene nada que ver con el proyecto colectivo. Ya no hay recuerdo de las bondades pasadas. Me recuerda a la expresión “los amigos del campeón”. Pero sobre todo me hace pensar en el hijo malvado de la Hagadá de Pesaj que dice sobre el Seder “¿Qué significa este ritual para ustedes?” y de este modo se desliga de la suerte de su pueblo, por lo cual se le responde duramente. Y parece que algo de esto es lo que hace Moshé Rabeinu: “Congregaron Moshé y Aharón a la congregación al frente de la roca y les dijo a ellos: “Escuchad ahora los rebeldes, ¿acaso de esta roca os vamos a sacar agua?”. Elevó Moshé su mano y golpeó la roca con su vara dos veces; salieron aguas copiosas, bebió la asamblea y sus animales.” (Bemidbar 20:10-11)
                El pueblo se queja airadamente, y Moshé responde con dureza. Los trata mal injustamente.
                La sanción no se hace esperar, leemos en el versículo 12 “Dijo Adonai a Moshé y a Aharón: ‘Puesto que no habéis creído en Mi para consagrarme ante los ojos de los hijos de Israel, por lo tanto no habréis de traer a esta congregación a la tierra que Yo les he dado a ellos’ ”.
                Moshe trata mal al pueblo, golpea a la roca en lugar de hablarle. A él y a su pueblo les sucede lo mismo: no pueden dialogar. No pueden hablarse con respeto, poniendo atención a lo que el otro tiene para decir. Todo es tomado a título personal. Todo es usado para ofender al otro.

                De aquí podemos extraer una pregunta fundamental: ¿Por qué Moshé, habiendo sido el líder del pueblo durante su travesía por el desierto durante cuarenta años no podrá ver por un hecho momentáneo y arrebatado la tierra prometida que tanto anhelaba ver?

                Nuestra Tradición nos plantea varias posibilidades que comento sucintamente: a) no permite que el pueblo vea como Dios puede hacer que con palabras de una roca brote agua; b) no entrará por haber golpeado la piedra en vez de hablarle como Dios se lo había ordenado; c) el pecado de Moshé habría sido ofender al pueblo, al calificarlo de ‘rebelde’, cuando en realidad sólo pedían agua (Maimónides); d) era la segunda vez que ponía en duda la capacidad de Dios (según el Midrash Rabá la otra oportunidad fue en Bemidbar 11:22 cuando pone en duda que Dios pueda proveer de carne a todo el pueblo); y así podría seguir citando fuentes que den razones para todos los gustos para la pregunta que se nos plantea.

                En definitiva, si hoy me preguntaran a mí, podría llegar a pensar que el castigo recibido por Moshé es debido a los males que acarrea la falta de dialogo.
                La incapacidad que tenemos a veces de poder prestar atención al prójimo, a ese otro que quizás nos quiere decir algo y sin siquiera oírlo ya sabemos que respuesta certera le tenemos que dar.
                La imposibilidad que de vez en cuando nos aqueja de no poder expresarnos de buena manera, afables y calmos.
                Sobre todo, la falta de habilidad para poder validar los argumentos del otro, entregándonos al facilismo de soslayar y desdeñar a quien quizás piense distinto a nosotros.

                Así como no se entiende o es difícil de explicar el ritual de la Pará Adumá, también es difícil entender y explicar la incapacidad de diálogo que muchas veces nos aqueja.
                Preguntémonos que tenemos que mejorar, en que fallamos cuando nos comunicamos con nuestros semejantes. Lo cortés no quita lo valiente.
                Que podamos escuchar y ser escuchados, que podamos ver en el otro a un prójimo al que podamos amar.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ!!!!

 “Ben Zomá dice: … ¿Quién es valiente? Aquél que domina sus pasiones: pues así está dicho (Proverbios 16:32): ‘el paciente es mejor que el fuerte, y el que domina sus pasiones supera al conquistador de una ciudad’ …” (Pirkei Avot 4.1)

Meir Szames
Seminarista



Para mi primo Guillermo, quien ya hace años fuera el primero en plantearme esta pregunta, la cual no tiene una respuesta certera, pero la seguiremos buscando. Mientras tanto, tenemos la pregunta, que no es poco.