PARASHAT BO (Shemot 10:1 –
13:16) – Reseñas a la luz de los comentarios Kedushat Levi y Noam Elimelej
KEDUSHAT LEVI: Comentario
jasídico a la Torá
escrito por Reb Levi Itzjak de Berditchev (1740 – 1810)
NOAM ELIMELEJ: Comentario
jasídico a la Torá
escrito por Reb Elimelej de Lizhensk (1717 – 1787)
Humildemente,
me propongo tomar parte de los comentarios exegéticos de estos dos Rebes, ambos
discípulos del Reb Dov Ber de Mezritch, “el Maguid”, y luego de haber estudiado
estos textos con mi Rab Damián Karo, poder presentarlos a ustedes.
שמות פרק י
פסוק א
ויאמר
יקוק אל משה בא אל פרעה כי אני הכבדתי את לבו ואת לב עבדיו למען שתי אתתי אלה
בקרבו
“Dijo Adonai a Moshé: Allégate
a Paró porque Yo he hecho pesado su corazón y el corazón de sus servidores,
para operar Yo Mis signos, éstos, en medio de él”
Shemot (Éxodo) 10:1
KEDUSHAT LEVI
Dos
cuestiones:
a)
Hay que especificar el por qué dice el versículo “Allégate (בא) a Paró” mientras que en otros lugares del
texto aparecerá “Anda (לך) a Paró”.
b)
¿Por qué en la plaga de langosta (ארבה)
está escrito “porque Yo he hecho pesado su corazón…”?
Y
se explica, que hay dos tipos de milagros que le son realizados a Israel: Que
Dios castiga a los que le hacen el mal a Israel y les trae el mal; y un segundo
caso, es que Dios cambia los sentimientos (su corazón) de los ministros y
consejeros para bien acerca de Israel. Y de este último caso, encontramos,
en el relato de Meguilat Esther, que el rey Ajashverosh no fue castigado, sólo
Haman el malvado recibe castigo, pero sobre Ajashverosh, Dios hizo tornar su
corazón para bien sobre Su pueblo, la casa de Israel. Y a esto se debe que en
nuestra Torá aparezca una alusión (Remez רמז ),
ya que cada una de las plagas dura un mes (tres semanas de advertencia y una
semana de plaga -מכה- propiamente dicha),y
a mitad del mes de Nisan ocurre la décima plaga, muerte de los primogénitos (מכת בכורות), y la plaga de langosta ocurre a mediados
del mes de Shvat, treinta días antes de Purim. Y este es el “remez” que
contiene la frase ‘porque Yo he hecho pesado su corazón’, ya que su
corazón Me pertenece, y ya que Me pertenece, dice Dios, yo lo endurezco y
también tengo la posibilidad de ablandarlo, y tornar para bien los corazones de
los mandatarios hacia Su Pueblo Israel. Por eso, esto es una alusión al caso de
Ajashverosh, que treinta días antes de Purim cambia sus sentimientos para bien.
Con
esto tendría resuelto el autor la cuestión “b)”.
Ahora,
sobre la cuestión “a)”, la porción del versículo que dice “Allégate a Paró”,
surge un planteo, ya que ¿cómo podría acercarse Moshé mismo a Paró el malvado -הרשע-? Y así le dice Dios a Moshé: ve hacia
Paró, es decir, acercate vos mismo a él. Y si dijeras ‘¿cómo sería posible que
me acerque a un hombre malvado?’, te diré “porque Yo he hecho pesado su
corazón”, y está entregado en mis manos, y sería un gran mérito si pudiera
cambiar su favor hacia Mi pueblo, la casa de Israel.
Es
decir, ante el pedido de que el Tzadik (justo) se acerque al rashá (malvado),
el mensaje divino sería en nuestro lenguaje, que Moshé, el tzadik, se acerque
al rashá, el faraón, a ver si puede acercarlo a los caminos de la Teshuvá (arrepentimiento)
y finalmente Dios decide ablandar el corazón del malvado.
Otra
breve explicación, relacionada con el orden de las letras del alfabeto hebreo,
sobre la expresión בא “Allégate”, es
que el orden inverso del abecedario es tomado como portador del atributo divino
de דין ‘Din’ “justicia”, y empieza en esta parashá
el final del juicio planteado por Dios hacia Egipto, que es donde Él demuestra
lo que el final del versículo dice “para operar Yo Mis signos, éstos, en
medio de él”.
Una
última exégesis sobre la misma porción, con una tonalidad diferente, es la que
trae Reb Itzjak, sobre la base del libro Tana deBei Eliahu (תנא דבי אליהו), buscando el origen de esta kbedut lev
‘pesadez de corazón –כבדות לב-’ del faraón y su
pueblo, entendiendo que todas las plagas son una devolución pareja “midá
kenegued midá- מדה כנגד מדה-”, de los
sufrimientos que hacen padecer a Israel.
Alguien
podría pensar que esta kbedut lev sería una excusa absolutoria para el faraón y
los suyos, haciendo injustificadas las plagas, a lo que el autor responde
diciendo que no hay chance de “abrir la boca” para los egipcios para excusarse
y salvarse diciendo que cumplieron los decretos divinos, por cuanto Dios envió
a Moshé a decirle al faraón “…Libera a Mi pueblo para que me sirva a Mí.”
(Shemot 8:16), y no quiso el faraón liberarlo, queda demostrado que Paró no
quiso cumplir con los decretos y mandamientos divinos, por cuanto todo lo que
le hizo a los Bnei Israel, lo hizo con malicia -בזדון-,
deseando oprimir a Israel, y por ello se hace pasible de las plagas. Y esto es
lo que está escrito en el versículo “porque Yo he hecho pesado su corazón…
para operar Yo Mis signos, éstos, en medio de él”, para que no tuvieran
chance de “abrir la boca” los egipcios y decir que ellos quisieron obedecer los
decretos divinos, por cuanto Paró se reveló contra Dios y dijo “¿Quién es
Adonai…?” (Shemot 5:2), y no quiso liberarlos y cumplir con el mandato
divino.
Y
continúa otra explicación, basada en un enunciado de la Guemará en el tratado de
Ketubot 111A, donde aparece la expresión “tres semanas juramentó que no esclavizarían
a ellos -בהן-, a Israel, en
demasía”. El autor anticipa que será cómodo para él explicar la aparente
redundancia en la aparición de la palabra a ellos (בהן).
Vale decir, que no deberían oprimir a los hebreos más de la cuenta, sólo para
cumplir con el mandamiento divino que ordenó que Israel esté en Galut/diáspora,
y que no sea demasiado duro para el pueblo. El ejemplo sería el siguiente: el
Rey (Dios) contrata un maestro/instructor (Egipto) para educar a su hijo
(Israel). Cuando para corregirlo debe reprenderlo, este instructor sufre, y no
lo reprende demasiado fuerte, sólo lo necesario para lograr su cometido. Es
decir, no debe pasarse de la raya. Israel debía estar en el exilio, pero no
sufrir tormentos y trabajos forzados. Los egipcios debían tratar con respeto a Israel.
Hacer pasar vergüenza a los hebreos, no era el propósito de su paso por la
tierra de Egipto. Y concuerda aparentemente esta opinión con la de Najmánides,
ya que en Parashat Lej Lejá Dios le dice a Abraham: “porque extranjera será tu
descendencia…” (Bereshit / Génesis 16:13), esto no incluía que le hagan el mal
a la descendencia de Abraham, ni que arrojen a los niños varones al Nilo, ni
que amarguen sus vidas. Entonces, ¿se debería castigar sólo por los excesos de
los egipcios hacia los hebreos? De ninguna manera, ya que esos excesos ponen de
manifiesto que la intención no fue en ningún momento cumplir con la voluntad
divina, sino que, sólo actuaron con malicia y alevosía hacia Dios, odiando al
Creador como enemigos, y por esto ellos sufren el castigo.
NOAM ELIMELEJ
Al
igual que a Reb Levi Itzjak, la expresión Allégate בא
será el eje de sus planteos.
¿Por
qué se ordena ‘en vano’ a Moshé que se acerque al faraón, si obviamente, al
Dios haber cerrado su corazón, no lo escuchará? Explica Reb Elimelej que,
cuando el Tzadik escucha o presencia las maravillas y santidades del Creador,
él se enciende y se sigue elevando constantemente. En cuanto al Rashá, no es
así. Ya que cuando él presencia uno de estos hechos maravillosos, retornará a
la buena senda, pero sólo temporalmente, se ‘prenderá un ratito’, será algo
pasajero y momentáneo. Pero al poco rato, será otra vez como un perro husmeando
en sus propios desechos.
Sería
necesario que el Tzadik le hable todos los días al Rashá, que torne esa tarea
en algo diario y constante, que haga fija la tarea de encender la velita, empeñando
gran parte de su tiempo. Ofrezco el ejemplo empleado por mi Rab, de que
podría haber dos clases de empleados en un negocio: Uno, al que una vez que se
le dan las indicaciones, ya empieza a hacer todo solo, sin necesidad de
repetirle nada luego. Otro, al que el encargado debe repetirle constantemente
sus tareas y corregirlas día a día. Ese es el sentido de que se use el término בא ve / allégate,
que implica constancia y persistencia, ya que el otro término sugerido, לך anda devendría en ser algo aleatorio y
no fijo.
Sobre
la base de lo que venimos hablando, sigue el autor diciendo que, en el sentido
de lo anterior, lo que reza el versículo porque Yo he hecho pesado su
corazón…, para operar Yo Mis signos “ototai” ‘אתתי’,
en realidad quiere decir “otiotai” אותיותי הקדושים,
mis letras santas, mis enseñanzas sagradas. O sea, que el Tzadik debe acercarle
día tras día las enseñanzas sagradas al Rashá, de modo tal que persistan en su
interior por largo tiempo y no que luego de prestarte atención una vez, al poco
rato vuelva a su anterior camino, como vimos antes. Esta labor, recae
totalmente sobre el Tzadik, no así sobre el Rashá. Esto también se ve reflejado
en la Hagadá
de Pesaj, donde el hijo malvado se sienta junto al hijo justo, para que pueda
aprender de él.
Siguiendo
el mismo hilo conductor, se pregunta el autor por qué no se utiliza en este
caso la palabra מופתי –muftai-, mis
maravillas, y si אתתי
–ototai- mis signos. Esto se explica porque encontramos dos significados para
‘ototai’, por un lado, signos, y por el otro lado, letras -אותיות-, como se explicara. Esto implica que el Tzadik presencia una
vez maravillas y le es suficiente. Y entonces, ¿Por qué Moshé/Tzadik tiene que
ir varias veces a hablar con el faraón? Para darle la posibilidad a Israel de
subir otro escalón, y eternizar de este modo el mensaje para las generaciones.
Una
vez más sobre el término Bó בא Allégate, se toma
en cuenta el comentario de Rashi, que dice Allégate a Paró y
adviértele. ¿Para que necesita Rashi decir esto? Es porque Dios le dice al
Tzadik ‘toma el asunto divino en tus manos y que se eleve Mi memoria por
siempre’. Ya que este es el “disfrute תענוג
divino” mejorar e influir todos los mundos y todas las criaturas. Y ya que su
influencia es mucha, no podemos recibirla sino a través de un intermediario (ממצא), y ese es el Tzadik. Respecto a estas
influencias, dice que a través del Tzadik se influye a todos incluso a aquellos
que no están capacitados de recibirla directamente. Vendría a ser algo así como
que el Tzadik no tiene nada propio ni que le pertenezca, el recibe de arriba y
distribuye lo que viene de “casa central”, él de por sí no tiene nada. El
Tzadik hace Guemilut Jasadim, actos de bondad, y a través de ellos, reparte las
influencias que recibe de arriba.
Haciendo
una interpretación del versículo 4 del Salmo 136 לעשה
נפלאות גדלות לבדו כי לעולם חסדו “Al único Hacedor de grandes
maravillas, pues Su merced es infinita”. לעשה
נפלאות גדלות לבדו implica que todo
el bien que Él hace para con Su pueblo, lo hace directamente, mientras que כי לעולם חסדו
significa que a través del Tzadik Le hace el bien a todos los seres humanos.
El
Tzadik para dar tiene que empequeñecerse/achicarse a sí mismo para recibir y de
este modo luego ensancharse para dar: si no crece no da, como si de un fuelle
se tratara. Esto lo vemos también de la letra צ,
primera de la palabra Tzadik, que recepta a través de la י
que la encabeza, pequeña letra, para recibir de Dios, y debajo está la נ, que es ancha para dar a los demás.
Para cerrar, dejo un puñado de
cuentos jasídicos “al azar” sobre estos dos rabinos.
NOCHE DE PESAJ
Poco
después de ser recibido Rabí Levi Itzjak como rab por la comunidad de
Berditchev, rogó con gran ardor en la primera noche de la Fiesta de Pesaj y tantas
horas duraron sus plegarias que la congregación se cansó de esperar, concluyó
sus oraciones y se retiró cada uno a su casa para preparar la comida del seder.
Sólo un hombre quedó, uno de esos pobres vagabundos que van de un sitio a otro,
quien, según la costumbre, debía tomar la comida festiva en casa de uno de los
vecinos. Le habían dicho que el judío que estaba leyendo la plegaria sería su
anfitrión y, fatigado por el viaje diurno, se reclinó sobre un banco y pronto
se quedó dormido. Entretanto, el rabí había concluido la silenciosa Oración de
las Bendiciones (Amidá). Al ver que todos se habían ido a sus casas, exclamó: “¡Oh
ángeles, ángeles de lo alto! ¡Bajad en este día sagrado en alabanza del Señor,
bendito sea!” A lo cual el forastero despertó a medias de su profundo sueño. Aún
soñoliento y deslumbrado, oyó alzarse en la casa un sonido atronador y se
aterró hasta lo más íntimo de su ser. Pero el rabí recitaba los himnos con
profundo regocijo. Entonces vio al forastero y le preguntó por qué sólo él
había permanecido. El hombre, ahora despierto del todo, le dijo cómo había
sucedido, y el rabí le pidió que compartiera con él la comida del Seder. Pero
el forastero, tímido, no osaba aceptar. Parecía temeroso de que – en vez de
comida – se le sirvieran palabras secretas de efectos mágicos. “Tranquilízate”,
dijo el rabí, “comerás en mi casa lo mismo que comerías a la mesa de cualquier
vecino”. Entonces el hombre decidió ir con él. (Cuentos Jasídicos. Los primeros
maestros II. Martín Buber. Página 51/52).-
SU RELOJ
Cuando
Rabí Elimelej decía la Oración
de Santificación del Shabat, de vez en cuando sacaba su reloj y lo miraba. Pues
en esa hora su alma amenazaba con disolverse en bienaventuranza, de modo que él
miraba su reloj para afirmarse en el tiempo y en el mundo.
EN SINAÍ
Dijo
Rabí Elimelej: “No sólo recuerdo cómo todas las almas de Israel permanecieron
junto a la ardiente montaña de Sinaí; incluso recuerdo qué almas estaban a mi
lado.”
(Cuentos Jasídicos. Los primeros
maestros II. Martín Buber. Página 102/103).-