17.1.16

PARASHAT BESHALAJ. ¿Desierto o libertad eternas?

Shemot (Éxodo) 13:17 - 17:16

                Los preparativos para la salida de Mitzraim ya están listos. El Pueblo de Israel está iniciando su camino a la libertad.
                Y sorprende el tercer versículo de esta parashá “Y tomó Moshé los huesos de Iosef con él, porque él juramentar había juramentado a los hijos de Israel diciendo: Recordar habrá de recordar Elohim a ustedes y harán ascender mis huesos de aquí, con ustedes” (Shemot 13:19).
                En nuestro viaje a intentar de entender mejor este tramo de la Torá, nos acompañará el Midrash llamado ‘MEJILTA DERABI ISHMAEL’ (Parashat BeShalaj - edición de Horovitz-Rabin págs.. 78 y 79), que con la frase Va-ikaj Moshé et atzamot Iosef imó… empieza a delinear varias ideas de las razones que hacen que Moshé lleve consigo los huesos de Iosef, cumpliendo lo que éste había pedido a los hijos de Israel para cuando los redimiera el Eterno.
                Dice el Midrash: este versículo viene a reconocer la sabiduría y bondad de Moshé, ya que todos los de Israel estaban ocupados en recolectar elementos de oro y plata, y Moshé estaba ocupándose de Mitzvot.
                Y más adelante nos traerá un relato maravilloso:
                El “arón” de Iosef (arca que lleva sus restos) va junto al “Arón Jei HaOlamim” (el arca donde van las Tablas de la Torá, es llamado por el Midrash como el ‘arca del que vive por siempre’).
                Y los transeúntes que se cruzan por el camino con el Pueblo de Israel dicen: ¿cuál es la cualidad de estas dos arcas? Y los Bnei Israel responden: este es el arca de un muerto, y este es el arca del Jei HaOlamim (del que vive eternamente).
                Y entonces preguntan: ¿Cuál es la cualidad de este muerto para ir junto al arca del Jei HaOlamim? A lo que responden: el que va dentro de este cajón (Iosef), cumple y mantiene lo que está escrito dentro de este otro arca (La Torá).

                ¿Qué quiere enseñarnos este Midrash? ¿Se imaginaron alguna vez que el cajón de Iosef iba al lado del Arca del Pacto?
                Iosef HaTzadik, el Justo, una de las figuras centrales de la Torá, goza de un prestigio que trasciende su vida física. Una vez muerto, y pasados largos años de su partida, Moshé, el más grande los Maestros y Profetas, se ocupa de cumplir con la promesa que realizan los Bnei Israel. Promesa realizada por los hermanos de Iosef, y que es transmitida de generación en generación hasta que llega el momento en que Moshé se ocupa de cumplir la promesa. (Se dice que cuando uno hace una Mitzvá hacia un muerto, hace Jesed veEmet, bondad y verdad, basado en Bereshit 47:29, cuando Iaacov le pide a Iosef que lleve sus restos mortales a la Tierra Prometida).
                Que Moshé se ocupe personalmente de una Mitzvá, no nos sorprende.
                Pero ¿qué significa lo que nos trae el Midrash cuando dice que un arca está relacionada con el otro?

                Nuestra conducta está marcada por siglos de recorrido común como Pueblo de Israel. Moshé Rabeinu, Iosef, Nuestros Patriarcas en la Torá, los Profetas, los Jajamim (Sabios) desde la Mishná y el Talmud, pasando por la Edad Media con Rashi y Maimónides, llegando a los padres y constructores de Medinat Israel con Hertzl, Bialik, Ben Gurión, Itzjak Rabín, Ariel Sharón. Cito sólo algunos ejemplos porque la lista se hace enorme. Nos encanta compararnos con sus figuras históricas. Es hermoso pensar y sentir que somos sus herederos directos. Que encarnamos todo lo que ellos hubieran querido de nosotros.
                Después nos miramos un poco más íntimamente, y nos damos cuenta que esa es una linda aspiración, pero que muchas veces por ignorancia, y otras tantas veces a propósito, nos corremos de sus caminos.

                El Aron Jei HaOlamim del Midrash, viene a reflejar la palabra y la acción eternas para Am Israel. Y el de Iosef, nos simboliza que nos quedan muchas promesas por cumplir.

                Para la vida eterna del Pueblo de Israel, tendremos que seguir cumpliendo en palabras y, sobre todo, en acciones, nuestro legado.
                No tenemos que sentir que ese legado nos oprime. Ese legado milenario sin dudas, deberemos prometernos, nos liberará una vez más.
                Nos dará la posibilidad de pensar mejor, de sentir más y, si logramos abrevar de él, a accionar mejor.

                En momentos donde bocas y plumas inescrupulosas nos ponen de ejemplo de lo malo que sucede en el mundo, demostremos con nuestras acciones, y no sólo con broncas y palabras al viento, que somos aquellos mismos que se prometieron ser luz para las naciones.
                El camino para salir de Mitzraim nos llevará por situaciones como estas, juntos vamos a poder atravesar los desiertos modernos. Que sea difícil no significa ni que sea malo ni imposible, simplemente, es un gran desafío que tenemos frente.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ
Meir Szames