22.9.14

ROSH HASHANA 5775 - “Una canción interesante”

                Rab Zushe pasó una vez por un prado donde un pastor, en medio de su rebaño de ovejas, tocaba una melodía con su flauta de sauce. Se acercó y escuchó hasta que la aprendió y pudo llevársela consigo. Así fue cómo la canción de David, el pastorcillo, fue liberada de su largo cautiverio.


                Hoy nos encontraremos todos en el Beit HaKneset, en la Sinagoga, dando inicio a un nuevo año.
                Y yo, por mi parte, llevo todo este año con una palabra dando vueltas en mi mente: INTERESANTE.
                Este pensamiento tiene que ver con los que a muchos de nosotros nos pasa, que la tradición del Pueblo Judío se nos escapa, o la dejamos escapar, ya que no nos resulta interesante.
                Pero si fuera así, ¿Qué hacemos todos nosotros hoy acá? Algo estamos buscando.

                Si revisamos el recorrido de nuestro pueblo, nos daremos cuenta que siempre hubo personas dispuestas a seguir adelante, a darle una vuelta de tuerca más a lo nuestro.
                Y si, si nos quedamos esperando que los demás lo hagan por nosotros, es probable que nos cansemos de quedarnos quietitos esperando, en lugar de salir a hacerle frente.

                ¿No se entiende aún lo que vengo a decir?

                Abraham Avinu siente que la forma de actuar de sus mayores no era adecuada, y se convirtió en un IVRÍ, un hebreo, una persona dispuesta a romper con los moldes de su época. Destruyó los ídolos del padre, y salió en búsqueda de su propio camino, guiado por la Voluntad Divina.
                Lo mismo pasa con Moshé Rabeinu, quien sale de la comodidad de ser príncipe en Egipto, y se decide a ser libre, libre de decidir en qué creer, cómo hacer. ¡Y vaya revolución que logra Moshé…! Hace más de 3000 años que venimos siguiendo su línea.

                Aun más, los judíos no vivimos en base a los cinco Libros de Moshé, sino que leemos esa Torá con los ojos del Talmud, nuestra Ley Oral. Hace poco menos de 2000 años, Nuestros Jajamim, de Bendita Memoria, quienes venían transmitiendo de modo oral la Ley entregada por Dios a Moshé en el Sinaí, se vieron obligados, por las persecuciones, a tener que escribirlas. Ya sin Beit HaMikdash - Templo de Ierushalaim -, sin korbanot (ofrendas), se vieron obligados por la situación e hicieron que el pueblo judío siga viviendo, haciendo interesante cada una de las leyes y costumbres, teniendo en cuenta las condiciones que inevitablemente nos traía aparejadas el exilio.
                Lo mismo que el famoso RaMBaM - Maimónides, Iosef Karo con su obra legal y cuantos más.
                En la misma línea, a través del movimiento sionista, tomamos una vez más nuestro destino en nuestras manos y vivimos una de las etapas de mayor florecimiento de nuestra vida como pueblo, y ya son más de 66 años de Medinat Israel.

                Esperemos un poco… ¿Qué tiene que ver todo esto con la fecha que nos reúne hoy?

                Hoy es IOM HADIN, el “Día del Juicio”, el mundo viene a ser juzgado. Todos los seres humanos nos presentamos ante Dios. Como pueblo judío venimos a revisar y rectificar nuestro andar, si hubiera necesidad, mediante la Teshuvá.

                ¿Qué es esto de que el mundo viene a ser juzgado?

                En el tercer día de la Creación del mundo según relata la Torá en Bereshit (Génesis) 1:11: “Dijo Elo-him: Germine la tierra césped / vegetación ... Y fue así”. En hebreo דשא הארץ תדשא tadshé ha-aretz deshe”.
                “DESHE דשא”, significa en hebreo césped, hierba, pasto. Como el que encontramos en un campo, en un prado. Como bien sabemos, Nuestros Patriarcas, el Rey David, y muchos otros dentro de nuestra tradición, eran pastores.
                Imagínense a aquél pastor del campo del cuento de Rab Zushe, רועה rohé, con su canción. Imaginemos, también, que cada persona tiene una melodía. Podrá ser una canción de nostalgia, quizás una canción de amor. Las hay tristes y alegres. Ensayadas e inéditas.

                Imagínate a ese pastor caminando por el verde prado.

                A nosotros mismos nos va a tocar ser “esebעשב pasto, y no un “etzעץ árbol. El árbol es firme, pero si viniera una tempestad, lo arrancaría.
                Nos toca ser עשב pasto, hierba, ya que el ser עשב “eseb” permite a la historia seguir. Viene el viento, nos despeina y nos volvemos a enderezar. Pero esta significación del DESHE, del pasto, tiene una significación simple y no visible a primera vista.
                El mundo viene a ser juzgado. A nosotros nos toca la tarea de hacer brotar el “DESHE דשא”, cuyas iniciales contienen tres palabras claves. DIN דין, SHALOM שלום, EMET אמת. Justicia, Paz y Verdad.

                Con esto respondemos hoy en Rosh HaShaná, con justicia, con paz y con la verdad. Sabiendo que no vamos a renunciar a nuestra tarea milenaria de continuar con la cadena de seguir proponiéndonos interesarnos y hacer interesante nuestra tradición como Pueblo de Israel.
                Nuestra respuesta será una canción del DESHE, siempre realizando acciones concretas: Buscando y persiguiendo justicia, anhelando y haciendo la paz y siempre respondiendo de corazón, con la verdad.
                Será una canción de amor por lo nuestro y los nuestros.

                Que este 5775 nos traiga JUSTICIA, PAZ y VERDAD, que nos traiga un año de cosas dulces y mucha alegría, y la posibilidad y concreción de seguir haciendo crecer a nuestra Kehilá.

שנה טובה ומתוקה
SHANÁ TOVA UMETUKA


Meir Szames

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