(Bemidbar-Números 8-12)
Nuestra
parashá nos invita a tratar un tema que llama nuestra atención: ‘PESAJ SHENÍ’,
el Segundo Pesaj ¿De qué se trata esto?
Dice
la Torá que, al
segundo año de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, Ado-nai
habla a Moshé y le recuerda que en el mes primero (Nisán), en el día catorce de
ese mes, deberá realizarse el Korbán –ofrenda- de Pesaj. El relato sigue
contándonos que los Bnei Israel realizan el korbán tal cual lo ordenado, y de
repente en el versículo 6 la Torá
nos sorprende: “Pero hubo personas que estaban impuros por cadáver de
persona, y no pudieron hacer la ofrenda de Pesaj en el día aquél. Se acercaron
ellos delante de Moshé y delante de Aarón en aquel día. Dijeron aquellas
personas a él: ‘Nosotros estamos impuros por cadáver de persona, ¿por qué
habremos de ser impedidos, al no poder ofrecer la ofrenda de Ado-nai en su
plazo, dentro de los hijos de Israel?’ (Bemidbar 9:6-7)”.
Moshé
consulta a Dios y este le responde: “‘Habla a los hijos de Israel diciendo:
Cualquier persona cuando estuviere impuro por cadáver de persona, o que
estuviere en camino lejano; ustedes o alguien de sus generaciones habrá de
hacer la ofrenda de Pesaj ante Ado-nai. En el mes segundo (Iyar), en el
día catorce al atardecer, lo habrán de hacer, con panes ázimos (Matzot)
y hierbas amargas (Maror) habrán de comerlo.’ (Bemidbar 9:10-11)”. Y
se advierte en el versículo 13: “Sin embargo, la persona que está pura y que
en camino no ha estado y se abstuviere de hacer el Pesaj, será truncada la
persona aquella de su pueblo, ya que la ofrenda de Ado-nai no ha ofrecido en su
plazo. Su pecado habrá de cargar la persona aquélla.”
Recapitulemos:
-Dios pide la realización del
Korbán Pesaj.
-El Pueblo escucha la Mitzvá y la cumple.
-Hay una parte del Pueblo que no
se encuentra en el estado necesario para ofrecer el Korbán Pesaj.
-Esta parte del Pueblo que no
puede realizar el Korbán, pide vehementemente tener una nueva oportunidad de
celebrar su libertad y Dios les concede esta oportunidad.
Muchas
veces escuchamos la frase hecha “el tren pasa una sola vez”. Y, como todo dicho
popular, algo de cierto puede tener.
Pero,
no necesariamente siempre es así.
Replantearnos
las cuestiones, volver a pensar algunos temas, barajar y dar de nuevo, es parte
inseparable de nuestra identidad judía.
Siempre
se puede tener una nueva oportunidad, sobre todo, en acercarse a celebrar la
libertad, la felicidad y el encuentro al que te invita la Torá y el Pueblo de Israel.
Tu
identidad te dice que pidas con vehemencia formar parte, no quedarte afuera, y
así, estudiando, trabajando, aportando, participando, hacer que “el tren
pase dos veces”.
La
posibilidad de volver siempre está.
SHABAT SHALOM UMEVORAJ
Meir Szames
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