27.11.23

Juzgar generosamente a los demás

 Sobre el asunto de juzgar generosamente a los demás (Ladún Lekaf Zejut[1]).

 

Hay gente que cae en Rosh Hashana sin saber por qué le pasa eso, y esto es porque hay faltas encubiertas que pueden provocar que no recaiga sobre nosotros la misericordia (למנוע ממנו רחמים). Veamos un caso.

 

Está escrito en la Mishná (Avot 2:4): No juzgues a tu prójimo hasta que no llegues a estar en su lugar-situación[2] (למקומו). Su lugar, es decir su experiencia, su prueba, su desafío, su situación. Es decir, su misma situación de fuerzas espirituales e intelectuales, misma situación de tiempo y espacio, y en eso, cada persona difiere totalmente de la otra. Por esto, nunca va a llegar a estar en su mismo lugar, y nunca tiene que juzgar a su prójimo.

Dios mira el corazón, y la persona mira la apariencia exterior (parafrasea a Shemuel 1 - 16:7, en el pasuk está al revés[3]), solamente el Kadosh Baruj Hu es el Makom (Mekomó shel Olam) del mundo, y todas las combinaciones de las partes están en sus manos, Él es el juez-Daián. Y el ser humano, incluso Moshé Rabeinu, alav hashalom, miraría la apariencia exterior.

La obligación de la reprimenda (tojajá) es asimilable a la situación en la que el médico administra la medicina según lo que sus ojos ven/observan. Pero es imposible para una persona encontrar exactamente cuáles son los valores y sentimientos que le pertenecen a la otra persona.

Juzgar para bien, Lekaf zejut, es una mitzvá incluso en los casos y modos más alejados, raros y extraños posibles (ver Shabat 127b) porque la inclinación de ver la falla en la otra persona es tan habitual y sencilla, que la forma de reparar este error es concentrarse en el/irse al otro extremo (digo: pasar de mirar el error en el prójimo, a pensar absolutamente para bien), ver Rambam Hiljot Deot 2:2.

 

El que “se sienta en la silla del juez” para juzgar a los demás, en los Cielos se sentarán a juzgarlo a él, y le será imposible recibir el privilegio de la misericordia Divina (Rajamim).

Para que esto suceda, de tener el beneficio de los Rajamim, solamente puede ocurrir si la persona acostumbra a juzgar para bien a los demás, porque así también él será juzgado para bien. Y quien no pueda reparar esta falla personal, puede caer en el momento (de Rosh HaShaná) del juicio, y no va a saber por qué fue.


[1] Mijtav Mi-Eliahu - Tomo 5 - pág 87

[2] וְאַל תָּדִין אֶת חֲבֵרְךָ עַד שֶׁתַּגִּיעַ לִמְקוֹמוֹ

[3] כִּי הָאָדָם יִרְאֶה לַעֵינַיִם וַיהֹוָה יִרְאֶה לַלֵּבָב

No hay comentarios:

Publicar un comentario