24.11.16

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Jaiei Sara

                                                                                                                                               בס'ד
  
Ve-Abraham zaken ba ba-iamim…
            “Abraham era anciano, entrado en años…” (Bereshit – Génesis 24:1)

            Está escrito en Mishlei (Proverbios) 16:31 lo siguiente: "Corona de gloria es la cabeza cana, cuando se halla en el camino de la justicia (tzedaká)".

            Se cuenta que Rabi Meir fue de visita a una ciudad llamada Mamla. Allí, vio que todos sus habitantes tenían los cabellos negros (alusión a que eran todos muy jóvenes).
            Les preguntó a ellos: ¿Ustedes son todos de la familia de Eli?, cómo está escrito en Shmuel Alef 2:33 "…y todo el aumento de tu casa morirá en la flor de la edad/joven".
            Le respondieron: ¡Rabi, rece por nosotros (bendíganos)!
            Les dijo: vayan y ocúpense de hacer Tzedaká, y así van a ser meritorios de llegar a la vejez.
            ¿Cuál es el sentido de las palabras de Rabi Meir? Se basa en el versículo de Mishlei que estudiamos más arriba: "Corona de gloria es la cabeza cana" ¿Cómo se hace para llegar a tener la cabeza con canas? "cuando se halla en el camino de la tzedaká".
            ¿De quién se aprende esto? De Abraham, que está escrito sobre él en Bereshit 18:19 "… para que observen la senda de Ado-nai, al practicar la tzedaká.", y Abraham tuvo el mérito de llegar a la vejez, como dice el versículo que encabeza el midrash "Abraham era anciano, entrado en años…" (Midrash Bereshit Rabá 59:1).

            El midrash que estudiamos esta semana, nos viene a contar una anécdota del famoso Rabi Meir, sabio de la cuarta generación de los Tanaim (sabios de la Mishná).
            Rabi Meir llega a una ciudad, y se sorprende al no ver allí gente de edad avanzada, sino solamente jóvenes, de ‘cabellos negros, sin canas’.
            Luego de notar esto, les pregunta a los pobladores si ellos eran de la familia de Eli, haciendo referencia a un pasaje del Tanaj (Biblia), donde Dios anuncia al sacerdote Eli que debido a la transgresión de sus descendientes, ellos iban a morir a una edad muy joven.
            Los residentes de la ciudad de Mamla, que entienden a la perfección lo que les dice Rabi Meir, le piden que rece por ellos, que los bendiga, que les dé una solución práctica para evitar morir jóvenes, para solucionar su grave problema,
            Él va a responder con total pragmatismo y simpleza: Hagan Tzedaká. Practiquen la Tzedaká. Y esta respuesta la basa en su interpretación de que a Abraham y su descendencia les fue ordenado hacer Tzedaká, y que luego la Torá hace referencia a que Abraham vive una vida larga, llegando a la vejez, viviendo muchos días.

            Muchas veces, buscamos fórmulas que lo aseguren todo, que lo solucionen todo.
            Y en esa búsqueda de seguridad, nos podemos frustrar si nos damos cuenta que esa solución que nos dieron, no resolvía todos nuestros problemas.
            Se cita siempre el versículo de Mishlei 10:2 que dice “Tzedaká tatzil mi mavet / la tzedaká libra de la muerte”, e incluso quien hace tzedaká, un día va a partir.
            Hay que entender que hay cosas que, quizás no aseguren nuestra existencia, pero nos aseguran pasarla mejor, más plenos, más completos. A su vez que quizás la otra persona pueda seguir viviendo, pueda pasar un mejor rato.
            La tzedaká no nos salva ni asegura nada concreto, pero nos da la esperanza de un mundo mejor donde valga la pena vivir muchos días.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ


Rab Meir Szames

17.11.16

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Vaierá

                                                                                                                                      בס'ד

Va-ikaj be-iadó et ha-esh ve-et hamaajelet…
            “…tomó en su mano el fuego y el cuchillo y se encaminaron ambos, juntos” (Bereshit 22:6).
            Dijo Rabí Janina: ¿Por qué es llamado este cuchillo “maajelet”? Por cuanto que vuelve aptos para ser consumidos a los alimentos “maajalim”. Y nuestros Sabios dicen: Todas las “comidas” que el pueblo de Israel recibe y come en este mundo terrenal, las recibe por mérito de aquella maajelet (el cuchillo de Akedat Itzjak).
            Sobre el final del versículo se explica sobre Abraham e Itzjak que dice “y se encaminaron ambos, juntos”, este para atar y este para ser atado, este para sacrificar y este para ser sacrificado (Midrash Bereshit Rabá 56:3).

            Estamos hablando de Akedat Iztjak, el casi sacrificio de un hijo a manos de su padre. Es complejo, y altamente conocido el relato (ver Bereshit – Génesis capítulo 22). El final es un final relativamente feliz, ya que Abraham no sacrifica a su hijo, más allá de que, claramente, es de los relatos bíblicos que ‘más tela dan para cortar’.
            Ahora, yendo al midrash en sí, nos marca dos cosas: Primero, que la Torá no llama a este cuchillo con cualquier nombre (cuchillo en hebreo se dice “sakín” habitualmente); el cuchillo con el que iba a ser sacrificado Itzjak se llama “maajelet”, porque por el mérito de la fe de Abraham, dispuesto a sacrificar a su hijo, y de Itzjak, dispuesto a ser sacrificado, es que nosotros merecemos el favor de Dios. Esto último – que ambos estaban dispuestos al sacrificio, y que esto es considerado meritorio – es de lo más difícil del relato, pero forma parte de nuestra Tradición, y se ve reflejada en la forma en que hacemos Tefilá, ya que al rezar los judíos comenzamos diciendo “Bendito Eres Tú, Ado-nai, Dios Nuestro y de Nuestros Padres, Dios de Abraham, Dios de Itzjak y Dios de Iaacov” y según varias opiniones de nuestros sabios, Akedat Itzjak, la “atadura/no sacrificio de Itzjak” marca la última de las diez pruebas a las que fue sometido Abraham Avinu por parte de Dios para demostrar su fe y que realmente estaba preparado para ser el padre de nuestro pueblo.

            Por último, me gustaría enfocar el asunto desde otro lugar: Abraham e Itzjak, padre e hijo, son llamados a pasar la situación más fuerte de sus vidas en este pasaje de la Torá. Y deciden hacerlo juntos, se encaminan y se enfrentan a lo que a muchos les parece un destino implacable y sin chances de salir de esta situación.
            Muchas veces nos enfrentamos a situaciones que van más allá de lo que podemos imaginar y, a veces, aguantar. Creo que en esos momentos, está bueno ver quien está a nuestro lado, para poder vivir y pasar esos momentos de la mejor manera posible.
            Nada está definitivamente escrito ni sellado, sólo depende de la actitud que tengamos y de la buena compañía que elijamos.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ


Rab Meir Szames

10.11.16

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Lej Lejá

                                                                                                                                                בס'ד
Lej Lejá me-artzeja…
            “Dijo Ado-nai a Abram: Véte de tu país y de tu lugar natal y de la casa de tu padre, a la tierra que habré de mostrarte” (Bereshit 12:1).
            Rabí Itzjak explicó a través del siguiente versículo de Tehilim-Salmos 45:11 “Escucha, hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre” (Lo relaciona a través de la palabra “avija”/tu padre). Dijo Rabí Itzjak: esto se puede explicar a través de un “mashal” (parábola): Había una persona que viajaba de lugar en lugar, y en un momento vio un hermoso castillo que se prendía fuego. En ese momento se preguntó: ¿Este palacio no tiene alguien que lo conduzca? ¿Acaso no hay un líder del lugar? En ese momento, el dueño del castillo se le apareció y le dijo: yo soy el dueño de este palacio.
            Así pasaba con Abraham Avinu que decía: ¡¿Será posible que no haya quien conduzca y dirija este mundo?! Se le apareció el Kadosh Baruj Hu y le dijo: Yo soy el que conduce al mundo, Soy su dueño.
            Cierra el midrash con el versículo siguiente al que lo encabezaba, en Tehilim 45:12, que dice “y el rey se prendará de tu belleza. El es tu Señor, ¡póstrate ante él!”. La primera parte que dice “y el rey se prendará de tu belleza” Para embellecer el mundo. Y luego dice “El es tu Señor, ¡póstrate ante él!” por eso ocurre que Dios se le aparece a Abraham y le dice “Véte de tu país y de tu lugar natal y de la casa de tu padre, a la tierra que habré de mostrarte” (Midrash Bereshit Rabá 39:1).

            Este midrash nos trae una forma de ver como es elegido Abraham como nuestro primer patriarca. Dios no lo busca directamente, sino que todo empieza con una búsqueda de Abraham para entender que o quien gobierna el mundo. Un mundo que se prende en llamas, por cierto. Ante la búsqueda y la pregunta de Abraham Avinu, Dios se le aparece y le responde con la famosa orden de “Lej Lejá” Vete para ti.

            Cuando mucha gente busca respuestas fáciles y rápidas, es hora de recuperar las preguntas. Es hora de restablecer nuestras prioridades y saber donde mirar y donde preguntar. Es hora de volver a lo que somos y, sobre todo, volver a preguntarnos cada tanto, quienes somos y hacia donde queremos ir.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ


Rab Meir Szames

3.11.16

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Noaj

                                                                                                                                                         בס'ד

Et ha-Elo-him italej Noaj…
            “Con Dios se encaminó Noaj” (Bereshit – Génesis 6:9). Debatían Rabí Iehuda y Rabí Nejemia sobre el significado de este versículo.
            Explicaba Rabi Iehuda este versículo con la siguiente comparación: es el caso de un rey que tiene dos hijos, uno mayor y uno pequeño. Al pequeño le dice que vaya a su lado, y al mayor lo deja ir libremente delante de él. Así, Abraham, que poseía múltiples virtudes, podía ir delante de Dios. Noaj, que era un poco más limitado, marchaba junto a Dios.
            Dijo Rabí Nejemia: al amado del Rey, que estaba deambulando por pasillos oscuros, lo vio el rey y le dijo que viniera y se quedara al lado suyo. En el caso de Abraham, el Rey está yendo por pasillos oscuros, lo ve su preferido (del Rey) y lo alumbra desde la ventana. El Rey le dice: deja de alumbrarme desde la ventana, e ilumina el camino delante de mí. Así le dice el Kadosh Baruj Hu a Abraham: ¿Qué haces iluminándome desde la Mesopotamia y sus alrededores? Ven y alúmbrame el camino delante de mí, en la Tierra de Israel. Así está escrito (Bereshit 48:15) “y bendijo a Iosef diciendo: "El Di-s, el que ante su presencia se han encaminado mis padres Abraham e Itzjak, el Di-s que me conduce a mí desde mi existir hasta el día de hoy…” (BERESHIT RABA – Parashat Noaj – Sección 30:5)

            Este midrash, viene a preguntarse que significa la expresión que aparece en el primer versículo de esta parashá. ¿Qué implica que Noaj haya caminado junto a Dios? El midrash rápidamente nos pone un par de opciones y ejemplos, que tienden a responder a la pregunta de por qué, a pesar de que la Torá dice que Noaj fue un justo en su generación, luego, no tiene ningún tipo de relevancia como patriarca o antecesor del pueblo judío.
            La respuesta viene con una comparación nada sencilla para el bueno de Noaj, lo comparan con nuestro primer patriarca: Abraham Avinu (de quien la Torá dice en Bereshit 17:1 “Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando Ado-nai se le apareció a Abram y le dijo: Yo soy El-Shaddai, ¡encamínate delante de Mí y sé íntegro!”).

            Noaj, parece ser lo suficientemente bueno como para ir de la mano de Dios, pero no para ganarse la libertad y el honor de ir haciendo lo que corresponde sin el respectivo cuidado divino.
            Abraham, en cambio, quien marca el comienzo de nuestro pueblo, sale adelante, va al frente, no se queda esperando pasivamente ordenes, sino que busca iluminar el camino delante suyo, llevando a Dios como estandarte.
            Nosotros, como herederos de la tradición de Abraham Avinu, estamos llamados a buscar la luz, la cual debemos usar para iluminarnos el camino, y lograr seguir los pasos de nuestro pueblo y nuestra tradición.

MITZVAT ADO-NAI BARA MEIRAT EINAIM
Las mitzvot de Ado-nai con su pureza iluminan los ojos.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames