בס'ד
Lej Lejá me-artzeja…
“Dijo
Ado-nai a Abram: Véte de tu país y de tu lugar natal y de la casa de tu padre,
a la tierra que habré de mostrarte” (Bereshit 12:1).
Rabí
Itzjak explicó a través del siguiente versículo de Tehilim-Salmos 45:11 “Escucha,
hija, mira y pon atento oído, olvida tu pueblo y la casa de tu padre” (Lo
relaciona a través de la palabra “avija”/tu padre). Dijo Rabí Itzjak: esto se
puede explicar a través de un “mashal” (parábola): Había una persona que
viajaba de lugar en lugar, y en un momento vio un hermoso castillo que se
prendía fuego. En ese momento se preguntó: ¿Este palacio no tiene alguien que
lo conduzca? ¿Acaso no hay un líder del lugar? En ese momento, el dueño del
castillo se le apareció y le dijo: yo soy el dueño de este palacio.
Así
pasaba con Abraham Avinu que decía: ¡¿Será posible que no haya quien conduzca y
dirija este mundo?! Se le apareció el Kadosh Baruj Hu y le dijo: Yo soy el que
conduce al mundo, Soy su dueño.
Cierra
el midrash con el versículo siguiente al que lo encabezaba, en Tehilim 45:12,
que dice “y el rey se prendará de tu belleza. El es tu Señor, ¡póstrate ante
él!”. La primera parte que dice “y el rey se prendará de tu belleza”
Para embellecer el mundo. Y luego dice “El es tu Señor, ¡póstrate ante él!”
por eso ocurre que Dios se le aparece a Abraham y le dice “Véte de tu país y
de tu lugar natal y de la casa de tu padre, a la tierra que habré de mostrarte”
(Midrash Bereshit Rabá 39:1).
Este
midrash nos trae una forma de ver como es elegido Abraham como nuestro primer
patriarca. Dios no lo busca directamente, sino que todo empieza con una
búsqueda de Abraham para entender que o quien gobierna el mundo. Un mundo que
se prende en llamas, por cierto. Ante la búsqueda y la pregunta de Abraham
Avinu, Dios se le aparece y le responde con la famosa orden de “Lej Lejá” Vete
para ti.
Cuando
mucha gente busca respuestas fáciles y rápidas, es hora de recuperar las
preguntas. Es hora de restablecer nuestras prioridades y saber donde mirar y
donde preguntar. Es hora de volver a lo que somos y, sobre todo, volver a
preguntarnos cada tanto, quienes somos y hacia donde queremos ir.
SHABAT SHALOM UMEVORAJ
Rab Meir Szames
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