בס'ד
Va-ikaj be-iadó et ha-esh ve-et
hamaajelet…
“…tomó
en su mano el fuego y el cuchillo y se encaminaron ambos, juntos” (Bereshit
22:6).
Dijo
Rabí Janina: ¿Por qué es llamado este cuchillo “maajelet”? Por cuanto que
vuelve aptos para ser consumidos a los alimentos “maajalim”. Y nuestros Sabios
dicen: Todas las “comidas” que el pueblo de Israel recibe y come en este mundo
terrenal, las recibe por mérito de aquella maajelet (el cuchillo de Akedat
Itzjak).
Sobre
el final del versículo se explica sobre Abraham e Itzjak que dice “y se
encaminaron ambos, juntos”, este para atar y este para ser atado, este para
sacrificar y este para ser sacrificado (Midrash Bereshit Rabá 56:3).
Estamos
hablando de Akedat Iztjak, el casi sacrificio de un hijo a manos de su padre.
Es complejo, y altamente conocido el relato (ver Bereshit – Génesis capítulo
22). El final es un final relativamente feliz, ya que Abraham no sacrifica
a su hijo, más allá de que, claramente, es de los relatos bíblicos que ‘más
tela dan para cortar’.
Ahora, yendo al midrash en sí, nos
marca dos cosas: Primero, que
Por
último, me gustaría enfocar el asunto desde otro lugar: Abraham e Itzjak, padre
e hijo, son llamados a pasar la situación más fuerte de sus vidas en este
pasaje de la Torá. Y
deciden hacerlo juntos, se encaminan y se enfrentan a lo que a muchos les
parece un destino implacable y sin chances de salir de esta situación.
Muchas
veces nos enfrentamos a situaciones que van más allá de lo que podemos imaginar
y, a veces, aguantar. Creo que en esos momentos, está bueno ver quien está a
nuestro lado, para poder vivir y pasar esos momentos de la mejor manera
posible.
Nada
está definitivamente escrito ni sellado, sólo depende de la actitud que
tengamos y de la buena compañía que elijamos.
SHABAT SHALOM UMEVORAJ
Rab Meir Szames
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