30.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Vaikra

                                                                                                         בס'ד
EL MIDRASH

Vaikrá el Moshé…
            “Llamó El a Moshé…” (Vaikrá - Levítico 1:1).

            Rabí Ieoshua de Sijnín en nombre de Rabí Levi explicó el siguiente versículo de Mishlei – Proverbios 25:7 “Porque mejor es que te digan: ‘Sube aquí’, antes que te pongan más abajo en la presencia del príncipe a quien han visto tus ojos”.
            Rabí Akiva enseñaba lo siguiente en nombre de Rabí Shimón Ben Azai: Aléjate de tu lugar a una distancia considerable, y asiéntate allí hasta que te digan ‘Sube’, y no vayas si te dicen ‘Desciende’. Hilel así mismo dice: mi humillación es mi elevación, y mi elevación es mi humillación, ¿Cuál es el sentido de esto? Como dice Tehilim – Salmos 113:5-6 “¿Quién iguala a Ado-nai nuestro Dios en su Altísima morada? Su providencia rige en los cielos y la tierra”.
            Así encontramos que en el momento que el Kadosh Baruj hú se reveló a Moshé desde la zarza ardiente, Moshé ocultaba su rostro ante Él, como dice en Shemot – Exodo 3:6 “…Empero ocultó Moshé su rostro porque temió mirar hacia Elo-him”, en ese momento le dijo Dios a él (Shemot 3:10): “Y ahora ve (leja לכה) y te enviaré a Paró y saca a Mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto” – Dijo Rabí Eleazar: La forma habitual de decir ‘ve’ es ‘lej’, la letra ‘hei ה’ de más en la orden de Dios tiene un significado específico: Si tú no vas y los liberas, ningún otro lo hará. Lo mismo pasó a orillas del Mar de los Juncos, donde Dios se puso a un lado y le dijo a Moshé (Shemot 14:16): “Empero tú, alza tu vara y extiende tu mano hacia el mar y pártelo y que entren los hijos de Israel en el medio del mar: por lo seco”, diciéndole: Si vos no partís el mar, nadie más lo hará. En el Sinaí, Dios se paró a un lado y le dijo a Moshé (Shemot 24:1): “…Asciende hacia Ado-nai…”, si vos no subís, no sube nadie más. Así también en el Ohel Moed (Tienda de Reunión), Dios se paró a un lado y le dijo a Moshé: ¡¿Hasta cuándo vas a seguir humillándote y despreciándote a ti mismo?! ¡Este es tu momento y no de otro! Tenes que saber que es así, ya que a nadie más llamé y hablé directamente como a vos, como dice el versículo que encabeza este midrash, Vaikrá el Moshé… “Llamó El a Moshé…” (Midrash Vaikrá Rabá 1:5).

EXPLICACION
            Comenzamos a transitar juntos el libro de Vaikrá, junto a su midrash Vaikrá Rabá, que fuera compilado en la tierra de Israel hacia el siglo 5 de la era común.
            El libro de Vaikrá, estará dedicado en una primera parte a las reglas de los korbanot (ofrendas y sacrificios), con muchas leyes que corresponden a los sacerdotes, por eso es llamado también “Torat Cohanim”, el libro de las leyes de los sacerdotes.

            Ya entrando a nuestro midrash de esta semana, Moshé, figura central del libro anterior, Sefer Shemot, entra una vez más en juego, teniendo que ser el que ordene a los sacerdotes todo lo que tendrá que ver con su función (incluso servirá de ‘instructor’ en el período de entrenamiento antes de la asunción de Aharón y sus hijos en el sacerdocio). Eso es lo que referencia el final del midrash, cuando relata la situación al lado del Ohel Moed, Tienda de reunión que funcionaba como centro de la actividad del Pueblo de Israel en el desierto. A pesar de la cantidad de nombres y versículos, me parece que el hilo del midrash es claro.

            Ya entrando al mensaje que nos deja lo que estudiamos esta semana, se ve algo hermoso. Como Dios le va diciendo a Moshé que se haga cargo de lo que le toca hacer, sin “vergüenza” alguna. Moshé, que como una de sus características principales figura la humildad, necesita un empujoncito para entrar en acción. Necesita que Dios le hable claro y firme, y le haga entender que la tarea es suya, que el momento es suyo, y que si él no lo hace, nadie más lo puede hacer. Con mucho amor lo va guiando en su camino. Dios no hace las cosas por él, pero le va mostrando lo que tiene que hacer, lo va alentando de algún modo en cada circunstancia para que Moshé actúe. Moshé logra sus cometidos, una vez que entiende que él es el encargado, él es el responsable, él es el que tiene que dar cada paso.
            En nuestro día a día, vivimos situaciones donde muchos se paralizan, otros simplemente prefieren hacerse los distraídos, y otros, gracias a Dios, intentan actuar. Actuar en consecuencia a nuestras creencias y valores. Cada día nos da una nueva posibilidad de actuar y crecer, de avanzar y ascender. Como dice Hilel en un pasaje del Pirkei Avot (1:14) muy famoso: “Si no estoy para mí, ¿quién estará? Si soy únicamente para mí ¿Qué soy?...Y si no es ahora ¿cuándo?”.


SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

23.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Vaiakhel - Pekudei

                                                                                                                                     בס'ד
  EL MIDRASH

Ele fekudei Ha-Mishkan…
            “Estos son los cómputos del Tabernáculo, el Tabernáculo del Testimonio, lo que fue computado por mandato de Moshé: - obra de los Levitas – a cargo de Itamar, hijo de Aharon, el sacerdote” (Shemot - Éxodo 38:21).

            Así abrió su explicación Rabi Tanjuma Bar Aba, con un versículo de Sefer Mishlei – Proverbios (28:20) “El hombre fiel (ish emunot) tendrá abundantes bendiciones…”. Así encuentras que todo aquel que es fiel, el Kadosh Baruj Hú le trae bendiciones a sus manos, y quien no es fiel continúa el versículo “…pero el que se apresura para ser rico no saldrá sin castigo”. Ish emunot, el hombre fiel, ese es Moshé, que él es fiel a Dios, como está dicho “No es así con Mi servidor Moshé, en todo Mi pueblo, fiel es” (Bemidvar-Números 12:7), esto quiere decir “El hombre fiel tendrá abundantes bendiciones…”, que todas las cosas de las cuales eran el encargado resultaban bendecidas, por cuanto que él era fiel. Y “…pero el que se apresura  para ser rico no saldrá sin castigo” se refiere a Koraj, que era levita y quería tomar sin fundamento el sumo sacerdocio, ¿Cuál fue su final? “Abrió la tierra su boca” (Bemidvar 16:32) –fue tragado por la tierra.
            Otro asunto: “El hombre fiel…”, este es Moshé, que era el encargado (y tesorero) sobre las labores de construcción del Mishkan (Tabernáculo). Sobre un tema similar enseñaron nuestros Maestros: ‘No se hacen recaudaciones de dinero público por menos de dos personas encargadas’, y aquí encontramos que Moshé era encargado ‘único’, ¿Y aquí vienen a decirnos que no se recauda con menos de dos personas encargadas? La explicación es que a pesar de que Moshé era encargado único, al momento de hacer los recuentos de los materiales y dinero, llamaba a otras personas que quedaban a cargo del recuento, cómo dice el versículo que encabeza el midrash “Estos son los cómputos del Tabernáculo…”, no dice que son los cómputos de Moshé, sino “lo que fue computado por mandato de Moshé”, por mano de Itamar (Midrash Shemot Rabá 51:1).

EXPLICACION
            Esta semana se leen dos secciones de la Torá juntas (parashiot mejuvarot). El midrash que estudiamos pertenece a Parashat Pekudei.
            Si fuera poco leer dos secciones de la Torá juntas, el Shabat de esta semana también:
                        *Es Shabat HaJodesh, por ser el Shabat previo al comienzo del mes de Nisan (Rosh Jodesh el lunes 27/3 a la noche hasta el martes 28 a la noche). Se lee un maftir especial.
                        *Es llamado Shabat Mebarjim, porque pedimos brajá frente al Sefer Torá para el mes que comienza la semana que viene.
                        *Es llamado Shabat Jazak –fuerte-, porque se termina la lectura de un nuevo libro de la Torá, Sefer Shemot, y esperamos comenzar con fuerzas renovadas la lectura y estudio del tercer libro de la Torá: Vaikrá – Levítico. Al finalizar la lectura del libro de Shemot que corresponde este shabat, se grita en la sinagoga: “¡Jazak jazak ve-nitzjazek”, deseándonos y pidiendo fuerza para continuar con esta tarea milenaria.
            Ahora sí, nuestro midrash.
            Cerramos este libro de Shemot con un midrash sobre Moshé, donde se lo describe como un ‘ish emunot’ un hombre fiel, fiel a Dios. Un hombre de fe, que recibe bendiciones sobre lo que realiza en mérito de esa fe en la primera parte del midrash. Se ve claro en el midrash como se contraponen el camino de la fe y de lo contrario a ella (una falsa fe, podríamos decir).
            Pero ya en la segunda parte del midrash, ish emunot, se refiere a manejarse con fe (buena fe) en los asuntos administrativos y económicos. Aquí encontramos una riqueza que tiene la Torá toda (con esto me refiero a todos los textos de la tradición judía, y no sólo a los cinco libros de Moshé) que es pedido a las personas que tienen fe, que sean fieles, y que esa fidelidad sea para con Dios y con las personas. En la tradicional división de la mitzvot en ‘bein adam la-Makom’ - entre el ser humano y Dios - y ‘bein adam la-javeró’ - entre el ser humano y su prójimo. En la visión de nuestra fe, uno no podría sentirse como un creyente, si sólo cumple con Dios, o si sólo cumple con las personas. Es una visión integral, donde el hacer el bien tendría que ser el ‘norte’ que dirija nuestra brújula. Habrás de hacer lo recto y lo bueno a ojos de Ado-nai…” (Debarim 6:18) dice la Torá, no sólo habrá que obrar con emuná/fidelidad a Dios, sino que habrá que hacer lo recto y lo bueno a ‘Sus ojos’ con nuestros congéneres. El Otro, ser humano que porta la imagen de Dios, también se merece que actuemos bien con él. Ese pareciera ser el mensaje.
            Sin querer extenderme más, ni citar ejemplos de la vida diaria, cada uno podrá sacar sus conclusiones y realizar sus evaluaciones sobre cada caso, lo que sí, nos deseo a todos la fortaleza para reflejar nuestra fe en nuestro diario vivir. Y que podamos disfrutar de lo que nos dice Sefer Mishlei “El hombre fiel (ish emunot) tendrá abundantes bendiciones…”.

SHABAT JAZAK SHALOM

Rab Meir Szames

16.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Ki Tisá

                                                                                                                                             בס'ד
EL MIDRASH

Va-itén el Moshé…
            “Le entregó a Moshé, al concluir El, de hablar con él, en la montaña de Sinai, las dos Tablas del Pacto. Tablas de piedra escritas por el Poder de Elo-him” (Shemot - Éxodo 31:18).

            Dijo Rabí Abahu: Los cuarenta días que pasó Moshé en lo alto del Monte Sinai, se los pasaba estudiando Torá, pero se olvidaba lo que estudiaba. Al ver que le ocurría esto, le dijo a Dios: ¡Señor del universo! Tengo cuarenta días para aprender esto, y no sé nada. ¿Qué hizo el Kadosh Baruj Hu? Cuándo se completaron los cuarenta días, Dios le regaló la Torá, cómo está escrito “Le entregó a Moshé…”…(Midrash Shemot Rabá 41:6).

EXPLICACION
            En esta parashá tan nutrida de eventos y mensajes, destaca la entrega de las Tablas de la Ley. Luego del evento en el Har Sinaí, donde las leyes de la Torá fueron entregadas de modo oral, Moshé se pasa dos veces 40 días y 40 noches en lo alto del monte, para luego bajar con las tablas.

            ¿Les parece que se puede aprender toda la Torá en 40 días? Pareciera ser una tarea difícil, ya que Moshé Rabeinu no lo logra. Dios entonces, le regala la Torá, para que baje con ella al pueblo. Así Dios le estaría diciendo: La Torá va a estar con ustedes toda la vida, hay tiempo para estudiarla y transmitirla.

            Este midrash parece hablarnos a aquellos ansiosos que queremos saber todo y vivir todo aceleradamente. La vida es un camino, que caminamos día a día, paso a paso. No hay que correr ni volar ni saltar precipicios arriesgados para vivirla.
            Día a día aprendemos lo que necesitamos, y aunque hay algo de cierto en lo que decía la frase atribuida al boxeador argentino Ringo Bonavena "la experiencia es un peine que nos llega cuando ya no tenemos pelo que peinar", también es cierto que la vida es un regalo, que hay que saber disfrutar lo que nos toca cada día. Parafraseando al Pirkei Avot (4:1) “Eizehu ashir... ¿Quién es rico? Aquel que es feliz con lo que posee…”, es rico el que se contenta con su parte, con lo que le toca ese día. Ese día, ya hizo todo lo que pudo, ya tiene todo lo que necesita ese día. Mañana, se seguirá trabajando e insistiendo, con nuevos y mejores desafíos y objetivos.
            En este Shabat, nos deseo que podamos darnos cuenta de lo que ya recorrimos, ser conscientes de lo que nos falta recorrer, y saber apreciar y disfrutar con la alegría cada día de lo que ya se va concretando.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

9.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Tetzave

                                                                                                                                    בס'ד
EL MIDRASH

Ve-ze ha-davar…
            “Y ésta es la cosa que habrás de hacerles, para consagrarlos, para servir ante Mí…” (Shemot - Éxodo 29:1).

            Así está escrito: “Kavod jajamim injalu - Los sabios heredarán el honor” (Mishlei-Proverbios 3:35), el kavod – honor se refiere a la Torá, así como dice al principio del libro de Divrei Ha-iamim (Crónicas): Adam, Shet, Enosh, y así todo el listado de los primeros personajes bíblicos, y no figura sobre ninguno de ellos el honor hasta que menciona a Yabetz, cómo figura en Divrei Ha-iamim Alef 4:9 “Y era Yabetz más honorable que sus hermanos…”, y el motivo de que figure sobre él que era honorable, es porque se dedicaba intensamente a la Torá, a eso se refiere el versículo “Kavod jajamim injalu”. Lo mismo ocurre con Aharón, que dice sobre él “Torat emet, Torá de verdad había en su boca” (Malají 2:6), así le dice Dios a Moshé “Habrás de hacer ropajes sacros para Aharón, tu hermano, para honor, gloria y esplendor” (Shemot 28:2), y todo esto es dado a Aharón por mérito de la Torá, a la cual se dedicaba a estudiar y difundir, este es el significado de “Kavod jajamim injalu” (Midrash Shemot Rabá 38:5).

EXPLICACION
            En esta parashá, se describe las condiciones para nombrar a los cohanim, sacerdotes. Aharon y su descendencia tienen una labor que, en la época bíblica y hasta la destrucción del Beit HaMikdash en el siglo I de la Era Común, será fundamental para el culto del Pueblo de Israel.
            Justamente, luego de la destrucción del Gran Templo de Ierushalaim, se empieza a formar la parte de la tradición del Pueblo Judío que desemboca en cómo somos hoy.
            Es interesante que nuestro midrash de esta semana, basado en versículos del Tanaj, nos describe a Aharon cómo un estudioso de la Torá, y no hace referencia a sus aptitudes y formas sacerdotales. Ya lo relacionado al altar pasa a un segundo plano, y el valor del estudio de la Torá es lo primero, es lo que da honor.
            Luego de un par de milenios, podemos dar fe que aquella destrucción del centro espiritual como lo era el Beit HaMikdash ha traído resultados inesperados. Sobre todo los enemigos de turno deben estar sorprendidos. No sólo el Pueblo de Israel no deja de apegarse al culto en su versión renovada de Tefilá y mitzvot, sino porque siempre crece la llama de la creación y recreación de nuestro pueblo (a eso le podemos llamar ‘midrash’ también). Además, creo que la gran mayoría del pueblo se siente cómodo con que las castas no tengan mayor importancia y que no se ofrezcan sacrificios de animales. Entiendo también, que hace 2000 años no era fácil entrever estos resultados (Necesitaría escribir miles de páginas para intentar explicar lo que significa el moderno Estado de Israel, principio de nuestro renacimiento y redención). Pero los sabios de cada época se las ingenian para mantener bullente el río de nuestra tradición milenaria. Teniendo en cuenta estos motivos y otros, se entiende la razón de que el midrash de esta semana haga referencia a las aptitudes como estudioso (y no como sacerdote) de Aharón.

            La importancia del estudio es simple: El estudio lleva a la práctica. Si no lleva a la práctica, al menos transforma espiritualmente. Y si ninguno de estos dos enunciados te convence, el estudio sincero y comprometido te permite encontrar la luz, para que no haga falta que otros iluminados te impongan ciegamente sus creencias.
            El honor de estudiar pasa por sentirse orgulloso de la tradición del pueblo judío, pueblo que a pesar de que está por muchos lugares, nunca abandona su fuente, su raíz, la sabiduría acumulada desde Moshé Rabeinu (quien no figura en esta parashá, que causalmente se lee siempre en la semana del 7 del mes de Adar, fecha de nacimiento y aniversario de fallecimiento de Moshé), a través de cada generación, y que llega a nosotros con todo ese recorrido, para enriquecernos la vida.
            Qué un poquito del honor de la Torá nos toque a cada uno de nosotros.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

2.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Terumá

                                                                                                                     בס'ד
Ve-ikjú li terumá…
            “Habla a los hijos de Israel y que separen (que tomen) en Mi Nombre ofrenda. De toda persona, a quien voluntariosamente mueva su corazón, habréis de tomar ofrenda para Mí” (Shemot - Éxodo 25:2).

            Así está escrito: “La Torá que nos ha prescripto Moshé…”. Explicó Rabí Simlai: 613 mitzvot (preceptos) fueron entregadas a Israel a través de Moshé, ese es el recuento que se hace de la misma Torá. Y si alguien viniera y dijera: ¿Acaso no son solamente 611? (ya que el valor numérico de las letras que componen la palabra ‘Torá’ suma 611= ‘Tav’: 400, ‘vav’: 6, ‘reish’: 200, ‘hei’: 5). ¿Las dos mitzvot que faltarían dónde las encontramos? Eso lo explican los Sabios del Talmud: Los dos primeros de los Diez Mandamientos “Yo soy Ado-nai, tu D's” y “No tendrás otros dioses ante Mí…” (Shemot 20:2-3) el Pueblo de Israel los escuchó de Dios directamente, y las otras 611 mitzvot, se las transmitió Moshé, como dice el versículo: “Torá Tziva Lanu Moshé, Morasha Kehilat Iaacov” “La Torá que nos ha prescripto Moshé es herencia para la congregación de Iaacov” (Devarim – Deuteronomio 33:4), hay que entender de esto que es una heredad eterna para el Pueblo de Israel. …
            “Morashá”, no leas “morashá=herencia” sino “meorasá=prometida”, así como el novio todo el tiempo que aún no está casado con su prometida, él debe esperar del lado de afuera en la casa del suegro, una vez que se casan, el padre de ella empieza a venir a la casa de ellos. Así mientras que la Torá no había sido entregada (esto ocurrió en parashat Itró), se dice “Y Moshé ascendió hacia Elo-him…” (Shemot 19:3), y una vez que la Torá ya fue entregada, en nuestra parashá Dios le dice a Moshé “Harán ellos, en Mi Nombre, un santuario –Mishkán- y Yo residiré entre ellos” (Shemot 25:8) (Midrash Shemot Rabá 33:7).

EXPLICACION
            Nuestro midrash nos trae esta semana dos técnicas de interpretación:
            En su primera parte, se pregunta ¿Por qué la palabra ‘Torá’ equivale al número 611, y se dice que Moshe entregó la Torá con 613 mitzvot? La respuesta es que de las 613 mitzvot, 611 fueron entregadas por Moshé, y dos de estos preceptos fueron dados directamente por Dios al Pueblo de Israel.
            En la segunda parte, cambia la forma de leer este versículo, pasando de ser una herencia a una doncella comprometida antes de casarse. La Torá una vez entregada, ya no pertenece exclusivamente al Cielo, sino que vive en medio del Pueblo, y Dios "baja" a residir entre su Pueblo, para estar cerca de su 'hija' amada, la Torá, dentro del Mishkan/Tabernáculo, templo móvil del desierto que acompañara 40 años al Pueblo de Israel.

            La entrega de las donaciones para la construcción del Mishkan, debía ser voluntaria, desinteresada, o más bien, con el único interés de servir mejor a los propósitos divinos, y darle un lugar físico dentro de la conformación del Pueblo.
            ¿Dios necesita un espacio físico? No, ciertamente no lo necesita. Nosotros necesitamos sentir a Dios cerca de nuestra vida diaria. Para esto, tenemos la opción de darle un lugar, o varios lugares...hay un sin fin de Mitzvot, y la inclusión de ellas en nuestro día a día nos da la posibilidad de sentir esos momentos de divinidad dentro lo cotidiano.
            Allí, en nuestras casas, escuelas, comunidades, está la posibilidad de estudiar nuestras fuentes, de rezar en comunidad, de hacer obras de bien. Un sin fin de opciones, esperando ser concretadas, entregándonos de plena voluntad, a disfrutar de nuestra herencia milenaria.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames