29.6.12

PARASHAT BALAK



            “Percibió el asna al Emisario de Adon-i apostado en el camino, y su espada desenvainada en su mano; se desvió el asna del camino… empero golpeó Bilhám al asna…” (Bemidbar 22:23)
            La Parashá de esta semana se torna riquísima en relatos y posibles interpretaciones, de las cuales tomaré para desarrollar el episodio de Bilhám.
            Este personaje se dispone a maldecir al Pueblo de Israel, pero dice que no va a transgredir lo que le ordene Adon-i.
            Nuestros Sabios de bendita memoria, en Pirkei Avot 5:23, comparan la conducta de Abraham Avinu (nuestro patriarca) y Bilhám harashá (impío / malvado). Se señalan como virtudes de Abraham la benevolencia, la humildad y la sobriedad. Y como defectos de Bilhám, la envidia, la altivez y la ambición. En breve retomaré este tema.

            “Abrió Adon-i la boca del asna y le dijo a Bilhám: ¿Qué te he hecho?…” (Bemidbar 22:28)
            El hecho de que un animal hable nos saca de nuestra cotidianeidad. Nos vemos sorprendidos por una burra que tiene la capacidad de ver lo que un hombre no puede (profeta, poderoso, que pretende destruir a un pueblo entero con sus palabras). Un animal que rebate y se podría decir que termina reprendiendo a su amo.
           
            Ahora me voy a extender en los dos temas que intento traer.
            En su introducción al Perek (capítulo) Jelek de la Mishná, segunda parte, RaMBaM hace notar que la interpretación sobre las palabras de los Sabios, y lo hago extensivo a la Torá, debe apuntar a tener en claro la imposibilidad de lo que es imposible y la realidad de lo que debe ser hallado. Las palabras tienen un lado visible y un lado encubierto; ante relatos de cosas imposibles, hay que entender que se dicen en forma de alegoría.
            Y ya que cité al Maestro, voy a traer dos enseñanzas que da en su Moré Nebujim, y sabrán disculpar que sintetice:
            1) Que todas las facultades son “ángeles” (Guía de los Descarriados, segunda parte, capítulo 6).
            2) Que “toda vez que encuentres en el desenlace que aquel a quien se vio y que habló, fue un ángel, sabrás y estarás cierto que era desde el comienzo una visión profética o un sueño profético” y expresamente nos trae el relato de esta parashá “…todo lo que pasó con Bileam en el camino… como el discurso de la asna… tuvo lugar en una visión profética, pues dice expresamente al final (versículo 32), que el ángel del Eterno le habló” (Guía de los Descarriados, segunda parte, capítulo 42).

            Veamos entonces, que nos encontramos frente a una enseñanza compleja, la cual nos marca muchas pautas para nuestra vida “moderna”.
            Bilhám, brujo y malvado, no es tildado así caprichosamente porque se puso en contra de Israel, sino que en el mismo relato podemos ver sus inconductas, las cuales, con las anteojeras que tenemos por estos días podrían pasar desapercibidas.
            Recordando la cita de Pirkei Avot que traje veamos las conductas negativas que se le endilgan:
            -Envidia:Se levantó Bilhám por la mañana, y aparejó su asna…” (Bemidbar 22:21). La Torá usa un lenguaje similar respecto a Abraham en Bereshit 22:3, pero en ese caso, Abraham Avinu madrugó y preparó el mismo su asno por su amor a Hashem. Bilham, sin embargo, en honor al odio gratuito,.-
            -Altivez: “…Pues te has mofado de mí; ojalá tuviera una espada en mi mano…” (Bemidbar 22:29). Como explica Rashi: “esto era una gran vergüenza para Bilhám, frente a los príncipes que lo acompañaban: pues él se estaba encaminando a matar a toda una nación con las palabras de su boca, y para matar a este animal: ¡necesita un arma!
            -Ambición:…aun si me diere Balak su casa llena de plata y oro…” (Bemidbar 22:18). En lugar de servir fines acordes a sus dones, él se dedicaba a vender sus “servicios” al mejor postor. Ya se desprende de este versículo que Bilhám especula con una gran recompensa monetaria, y quizás, piensa pueda revertir la voluntad divina.

            La burra y el ángel / emisario: el ángel viene a representar la facultad / potestad que se le da a Bilhám de frenar su comportamiento y tener una oportunidad de volver al camino. El hecho de que la burra sea la que tenga que llamar la atención de su amo sería para demostrar lo burdo del comportamiento humano cuando obstinado se encamina hacia donde no debe.
            Un animalito tiene que demostrar a su ilustre amo que se equivoca. Y del peligro que representa si avanza por esa senda.

            Quiero finalizar diciendo que no podemos encausarnos a objetivos guiados por la envidia, la altivez y la ambicion. El fin último no pueden ser los beneficios materiales y personales. Hay que saber a quién se sirve cuando se anda por la vida.
            Mi maestro el Rab Karo recibió de sus maestros la ensenanza de que al fin y al cabo uno tiene que elegir entre servir a un patrón de carne y hueso (basar vadam) o al Jefe que debe guiar nuestras conductas. De este modo, ni cuando la situación parezca desfavorable, deberíamos torcer nuestro comportamiento.
            Prefiramos lo enseñado por Abraham Avinu. Seamos realmente sus alumnos, siendo capaces de no celar lo ajeno, manteniéndonos humildes, sabiendo cuál es el lugar que nos corresponde ocupar y teniendo presente ante quién vamos a rendir cuentas.

Ben Zomá dice: ¿quién es sabio? Sólo aquel que aprende de todos sus semejantes...
¿Quién es rico? Aquél que es feliz con lo que posee...
¿Quién es respetable? Aquél que respeta a sus semejantes” Pirkei Avot 4:1


Meir Szames

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