BS’D
Segundo de los
cuatro Shabatot especiales previos a Pesaj (Arba Parashiot)
Una frase que
siempre repito es: “Este Shabat es especial”, porque, al fin y al cabo,
todos los shabatot son especiales. Pero este Shabat que antecede la llegada de
la festividad de Purim, tiene una particularidad que le da su nombre: se lee un
Maftir especial (una porción extra de texto de la Torá leído de un segundo
rollo/Sefer Torá extraído especialmente a este efecto). Y la lectura de este
Maftir tiene la categoría de ser un precepto obligatorio de origen bíblico
(Mitzvá mideOraita). Y de ahí, así como todos los shabatot son especiales,
podemos entender, que toda vez que se lee de la Torá, es un momento especial
donde hay que estar atentos y evitar las distracciones. Pero, esta vez, se
necesita de una intención especial (kavaná), tanto de parte de quien lee de la
Torá, como de quienes escuchan. Es de esos días que hay que ir sí o sí a
escuchar la Torá.
Veamos que se
lee, y entendamos que tiene de especial.
Debarim
(Deuteronomio) 25:17-19
Recordar (Zajor)
has lo que te hizo Amalek, en el camino en vuestro salir de Egipto. Que te
había sorprendido en el camino y aniquiló a todos los débiles en tu
retaguardia; cuando tú estabas cansado y extenuado. Y no
temió a Elohím. Y será que al conceder reposo Adonai tu D’s., a ti, de
todos tus enemigos de en derredor, en la tierra que Adonai tu D’s., te concede
a ti por heredad para poseerla: habrás de borrar la mención de Amalek de bajo
los cielos; no olvides.
Así descubrimos
el detalle, de que este Shabat especial, se llama Shabat Zajor, por ser la
primera palabra de la porción especial extra de Torá (maftir) que se lee.
¿Qué hizo
Amalek para que en Shabat Zajor se nos pida que recordemos su accionar y
borremos su recuerdo? Podemos buscar lo relatado en Shemot (Éxodo) 17:8-16, en
donde luego de una contienda interna a la salida de Egipto, se nos cuenta que,
sin mediar ataque o provocación de Israel, “Vino Amalek y combatió contra
Israel…”. Inmediatamente, Moshé le ordena a Ieoshua salir a combatir
militarmente a Amalek y su ejército, y Moshé apoya espiritualmente al pueblo
desde arriba de la montaña. Esa contienda militar termina con un Amalek
quebrado y derrotado por Israel. Y a continuación se pronuncia la base para la
mitzvá que intentamos cumplir este Shabat: “Dijo Adonai a Moshé: Escribe
esto como recuerdo en el Libro y ponlo en los oídos de Ieoshua. Pues borrar
habré de borrar la mención de Amalek de bajo los cielos. .... Dijo: Pues la
Mano se alza en juramento sobre el trono de D's: Guerra tendrá Adonai contra Amalek,
de generación en generación” (14-16).
El texto
especial de Shabat Zajor, es dicho por Moshé a la nueva generación 40 años
después de sucedida la guerra entre Amalek e Israel. Y llama la atención la
forma en que está expresado el mandamiento de Zajor/Recordar. Analizando el
texto en hebreo, es posible una lectura distinta a la traducción que propongo
(del Rab Edery Z”L) más arriba respecto al versículo 25:18: “Que te había
sorprendido en el camino y aniquiló a todos los débiles en tu retaguardia;
cuando tú estabas cansado y extenuado. Y no temió a Elohím.”
Para la mayoría
de los comentaristas, la actitud de Amalek (Amalekiut/Amalequismo según el
Prof. Yeshayahu Leibowitz), es reprochable y digna de no ser repetida y de ser
borrada de la faz de la tierra, es la forma en que nos ataca a traición, sin
provocación previa, y su ataque está dirigido a los más débiles (los cansados y
extenuados por el trajín de la salida de la esclavitud de Egipto). Esa es la
opción mayoritaria dentro de los intérpretes clásicos de la Torá.
Lo que sí
genera debate entre nuestros estudiosos, es saber quién era el que no
temió/temía a Dios. De la traducción propuesta, entendemos que Amalek no temía
a Dios, y por eso atacó a Israel en el momento posterior de la maravillosa
salida de Egipto y el cruce del Mar de los Juncos (Iam Suf). Este es el midrash
clásico que se utiliza para explicar la actitud de Amalek.
Pero, en
hebreo, no está tan claro que sea Amalek el que no tenía temor reverencial,
sino que sería posible leer que la parte del pueblo de Israel atacada, eran
personas que estaban “carentes de fe”, y entonces las palabras “וְלֹא יָרֵא אֱלֹהִים y no temieron a Dios”, sería
expresado no sobre Amalek, sino sobre quienes resultaron víctimas del ataque de
Amalek. Es decir, Amalek pudo atacar porque había una parte del pueblo que no
estaba convencida en su relación con la divinidad. Se leería algo así: “cuando
estaban cansados y extenuados y no temían a Dios”. Sorprende esta postura, pero
es eso, una postura.
Y más allá de
la división en las interpretaciones del versículo que estudiamos, creo que hay
algo que podemos aprender: El “amalequismo”, eterna representación de la
maldad, y del enemigo espiritual por excelencia, puede atacar ante dos
circunstancias, que al final de cuentas, son muy parecidas: Al estar cansados,
agotados, o al flaquear nuestras convicciones y nuestra fe. Amalek solamente
tiene chance de atacar, si flaqueamos en nuestra fuerza, entonces allí, llega
para “enfriarnos”, para decirnos que no podemos, que mejor no intentarlo. Esta
representación de un enemigo que viene a quitarnos el entusiasmo, tiene que
permitirnos entender, que muchas veces, nosotros mismos somos nuestro propio
enemigo, nuestra propia limitación. A veces cuando es un extraño, un otro quien
lo intenta, lo podemos percibir, y evitar a ese “Amalek”, e incluso a veces nos
podemos dar cuenta cuando somos nosotros mismos, y entonces será momento de
salir a luchar contra ese eterno enemigo, que maneja tan bien las herramientas
para enfriarnos y desanimarnos. Quizás eso sea parte de la kavaná-intención
especial que nos pide este Shabat. Recordar.
ZAJOR: El
cambio está en nosotros. La “batalla” del día a día se trata de eso. Eso es lo
que hay que recordar.
לא עליך המלאכה לגמור, ולא אתה בן חורין ליבטל
ממנה.
Rabi Tarfón
solía decir: no estás obligado a concluir toda la obra, pero no eres libre de
renunciar a ella (Pirkei Avot 2:16).
¡Shabat Shalom!
Rab Meir Szames