“Rab Zushe pasó una vez por un prado donde un
pastor, en medio de su rebaño de ovejas, tocaba una melodía con su flauta de
sauce. Se acercó y escuchó hasta que la aprendió y pudo llevársela consigo. Así
fue cómo la canción de David, el pastorcillo, fue liberada de su largo
cautiverio.”
Hoy
nos encontraremos todos en el Beit HaKneset, en la Sinagoga , dando inicio a
un nuevo año.
Y
yo, por mi parte, llevo todo este año con una palabra dando vueltas en mi mente:
INTERESANTE.
Este
pensamiento tiene que ver con los que a muchos de nosotros nos pasa, que la
tradición del Pueblo Judío se nos escapa, o la dejamos escapar, ya que no nos
resulta interesante.
Pero
si fuera así, ¿Qué hacemos todos nosotros hoy acá? Algo estamos buscando.
Si
revisamos el recorrido de nuestro pueblo, nos daremos cuenta que siempre hubo
personas dispuestas a seguir adelante, a darle una vuelta de tuerca más a lo
nuestro.
Y
si, si nos quedamos esperando que los demás lo hagan por nosotros, es probable
que nos cansemos de quedarnos quietitos esperando, en lugar de salir a hacerle
frente.
¿No
se entiende aún lo que vengo a decir?
Abraham
Avinu siente que la forma de actuar de sus mayores no era adecuada, y se
convirtió en un IVRÍ, un hebreo, una persona dispuesta a romper con los moldes
de su época. Destruyó los ídolos del padre, y salió en búsqueda de su propio
camino, guiado por la
Voluntad Divina.
Lo
mismo pasa con Moshé Rabeinu, quien sale de la comodidad de ser príncipe en
Egipto, y se decide a ser libre, libre de decidir en qué creer, cómo hacer. ¡Y
vaya revolución que logra Moshé…! Hace más de 3000 años que venimos siguiendo
su línea.
Aun
más, los judíos no vivimos en base a los cinco Libros de Moshé, sino que leemos
esa Torá con los ojos del Talmud, nuestra Ley Oral. Hace poco menos de 2000
años, Nuestros Jajamim, de Bendita Memoria, quienes venían transmitiendo de
modo oral la Ley
entregada por Dios a Moshé en el Sinaí, se vieron obligados, por las
persecuciones, a tener que escribirlas. Ya sin Beit HaMikdash - Templo de
Ierushalaim -, sin korbanot (ofrendas), se vieron obligados por la situación e
hicieron que el pueblo judío siga viviendo, haciendo interesante cada una de
las leyes y costumbres, teniendo en cuenta las condiciones que inevitablemente
nos traía aparejadas el exilio.
Lo mismo que el famoso RaMBaM -
Maimónides, Iosef Karo con su obra legal y cuantos más.
En
la misma línea, a través del movimiento sionista, tomamos una vez más nuestro
destino en nuestras manos y vivimos una de las etapas de mayor florecimiento de
nuestra vida como pueblo, y ya son más de 66 años de Medinat Israel.
Esperemos
un poco… ¿Qué tiene que ver todo esto con la fecha que nos reúne hoy?
Hoy es IOM HADIN,
el “Día del Juicio”, el mundo viene a ser juzgado. Todos los seres humanos nos
presentamos ante Dios. Como pueblo judío venimos a revisar y rectificar nuestro
andar, si hubiera necesidad, mediante la Teshuvá.
¿Qué es esto de que el mundo viene a ser
juzgado?
En
el tercer día de la Creación
del mundo según relata la Torá
en Bereshit (Génesis) 1:11: “Dijo Elo-him:
Germine la tierra césped / vegetación ... Y fue así”. En hebreo דשא הארץ תדשא “tadshé ha-aretz deshe”.
“DESHE
דשא”, significa
en hebreo césped, hierba, pasto. Como el que encontramos en un campo, en un
prado. Como bien sabemos, Nuestros Patriarcas, el Rey David, y muchos otros
dentro de nuestra tradición, eran pastores.
Imagínense
a aquél pastor del campo del cuento de Rab Zushe, רועה rohé, con su canción. Imaginemos, también, que cada
persona tiene una melodía. Podrá ser una canción de nostalgia, quizás una
canción de amor. Las hay tristes y alegres. Ensayadas e inéditas.
Imagínate
a ese pastor caminando por el verde prado.
A
nosotros mismos nos va a tocar ser “eseb”
עשב pasto, y no un “etz” עץ árbol. El árbol es firme, pero si viniera una tempestad, lo
arrancaría.
Nos
toca ser עשב pasto, hierba, ya que el ser עשב “eseb”
permite a la historia seguir. Viene el viento, nos despeina y nos volvemos a
enderezar. Pero esta significación del DESHE, del pasto, tiene una
significación simple y no visible a primera vista.
El
mundo viene a ser juzgado. A nosotros nos toca la tarea de hacer brotar el
“DESHE דשא”, cuyas iniciales contienen tres palabras claves. DIN דין, SHALOM שלום, EMET אמת. Justicia,
Paz y Verdad.
Con
esto respondemos hoy en Rosh HaShaná, con justicia, con paz y con la verdad.
Sabiendo que no vamos a renunciar a nuestra tarea milenaria de continuar con la
cadena de seguir proponiéndonos interesarnos y hacer interesante nuestra
tradición como Pueblo de Israel.
Nuestra
respuesta será una canción del DESHE, siempre realizando acciones concretas: Buscando
y persiguiendo justicia, anhelando y haciendo la paz y siempre respondiendo de
corazón, con la verdad.
Será
una canción de amor por lo nuestro y los nuestros.
Que
este 5775 nos traiga JUSTICIA, PAZ y VERDAD, que nos traiga un año de cosas
dulces y mucha alegría, y la posibilidad y concreción de seguir haciendo crecer
a nuestra Kehilá.
שנה
טובה ומתוקה
SHANÁ TOVA UMETUKA
Meir Szames