7.9.17

PARASHAT KI TAVO 5777- Voces de alegría

BS’D

Llega esta parashá a pocos días de Rosh HaShaná, mientras nos encontramos realizando un balance del año que termina, con el Jeshvon HaNefesh que también nos hace pensar y planear que queremos para el año que va a comenzar.

En la parashá leemos: "y será que si escuchas la voz de Ado-nai, tu Dios..." (Debarim/Deuteronomio 28:1) y sobre ello nos cuenta el midrash: Dijo Rabí Iudán: Todo el que escucha la voz de la Torá en este mundo será merecedor de escuchar aquella "voz" que dice (en Irmiahu/Jeremías 33:11): "Se oirán la voz de alegría y del regocijo, la voz del novio y de la novia..." Kol sason ve-Kol simjá Kol jatan ve-Kol kalá (Este pasaje se canta en cada casamiento judío cómo parte de las bendiciones bajo la Jupá). Moshé le dijo a Israel: Así de grande es la recompensa de esta Mitzva (el estudio de la Torá),  sean cuidadosos y ocúpense de escuchar palabras de Torá. ¿De dónde lo sabemos? Del versículo que dice "y será que si escuchas la voz de Ado-nai, tu Dios..." (Debarim Rabá 7:1).
Entre nuestros deseos permanentes, año tras año, está el de la continuidad de nuestro pueblo.
Muchos ven en una jupá, consumado ese ideal, de la continuidad reflejada en la formación de una nueva familia. Pero ¿Cómo se hace para llegar a que dos personas judias quieran comprometerse bajo la jupá a formar una familia judía? El midrash viene a ofrecernos un consejo: Tener día a día presente nuestra tradición milenaria, llenar nuestros momentos de Divrei Torá, tener siempre a mano la posibilidad de escuchar palabras de Torá.
Quizás así, podamos pensar y proponernos seguir formando y fortaleciendo nuestras comunidades, haciendolas crecer en estudio y practicando las mitzvot, que nos conectan con una voz alegre que nos permite creer en qué día a día podemos seguir abrevando y esperando esa voz alegre para cada uno de nosotros y los nuestros. Una voz de continuidad.
¡SHABAT SHALOM PARA TODOS!
Rab Meir Szames

10.8.17

PARASHAT EKEV 5777 - “No sólo de pan vive el hombre”

BS’D

                Ki lo al lejem levadó ijié ha-adam
                “…para hacerte saber que no sólo de pan vive el hombre, sino de todo lo que emana de la boca del Eterno vive el hombre.” (Devarim-Deuteronomio 8:3).

                Este versículo se ha tornado en parte de nuestra cultura popular, y podemos escuchar decir “no sólo de pan vive el hombre” en cualquier situación cotidiana.
                Se entiende que el pan es un alimento básico, sencillo y accesible. La palabra “lejem” representará tanto al pan como a los alimentos en general.
                Del versículo también entendemos que hay algo más allá del alimento físico, que al emanar de Dios, vendrá a alimentarnos el espíritu.
                Se cuenta en un relato jasídico, que Rabi Shalom Iosef de Ruzhin, acostumbraba a comer muy poco, y en varias ocasiones ocurría que prácticamente no comía nada. Cierta vez, entró a la habitación su hija, de nombre Rajel Lea, y al momento de que le traían su comida, se quedó allí y vio que la comida quedaba servida delante de su padre y él no comía. Ella empezó a llorar. Al ver esto, su padre le dijo: ‘¿Por qué lloras, hija mía? ¿Tu crees que el abstenerme de comer me quita fuerzas?’ En ese momento se paró Rabi Shalom Iosef, tomó una silla grande y pesada que estaba en su cuarto, y la levantó con dos dedos, y la movió por todo el lugar. Devolvió la silla a su lugar, y volvió a decirle a su hija: ‘Tienes que saber, hija mía, que si una persona le da a su alma todo lo que ella necesita, esa persona puede ser fuerte incluso sin comer’.
                Este breve relato, nos habla de una persona extraordinaria, que podía mantenerse fuerte comiendo menos de los que es aconsejable. No es algo que todos podamos realizar. En nuestra época, mucha gente vive con lo justo y necesario (e incluso menos). Bueno sería, que a nadie le falte el pan con dignidad, y que todos podamos ocuparnos con la panza llena de también buscar cómo llenar nuestro espíritu y nuestra vida familiar.
                Para los que tenemos para satisfacer nuestras necesidades físicas básicas, que podamos abrevar de nuestra tradición milenaria, que corre en ríos de abundancia y que nos pide satisfacer nuestro espíritu con su riqueza.
                Para todos, que se cumpla el pedido que hacemos al final del Birkat Ha-Mazon (Bendición para después de las comidas): “Oh Dios misericordioso permítenos ganarnos la vida con dignidad” HaRajaman Hu iefarneseinu be-javod.

¡SHABAT SHALOM PARA TODOS!
Rabino Meir Szames

26.5.17

PARASHAT BEMIDBAR 5777

BS’D
                “Habló Ado-nai a Moshé en el desierto de Sinai…” (Bemidbar-Números 1:1).
                Comenzamos a transitar la lectura y estudio del cuarto libro de la Torá, Sefer Bemidbar, traducido habitualmente como “Números”, pero que literalmente significa “En el desierto”.
                Se pregunta el Midrash ¿Por qué Dios le habla a Moshé en el desierto de Sinai? Así lo explican nuestros sabios: A través de tres cosas fue entregada la Torá: Mediante el fuego, el agua y el desierto. Por el fuego como está dicho “y el Monte Sinai humeaba todo él, porque había descendido sobre él Ado-nai con fuego…” (Shemot-Éxodo 19:18). A través del agua: “…también los cielos se estremecieron y las nubes derramaron agua” (Shoftim-Jueces 5:4). Y el desierto, cómo está escrito en el versículo con el que inicia nuestra parashá: “Habló Ado-nai a Moshé en el desierto de Sinai…”.
                Y se hacen una pregunta más ¿Por qué se entregó la Torá justamente a través de estas tres cosas y no de otras? Fue entregada a través de estos tres elementos que son accesibles para todos los que andan por el mundo, así también las palabras de Torá son ‘accesibles’ para todos, como dice el profeta: “Todos los sedientos, vengan por agua” (Ishaiahu-Isaías 55:1) (Bemidbar Raba 1:7).
                Este midrash, viene a llamarnos la atención sobre una característica fundamental de nuestra Torá: No tiene dueños específicos, pertenece a todo Am Israel. Por esto será importante lo que dice el RaMBaM acerca de ella: “todo el que desee, que venga y la tome”. Los ‘sedientos’ podrán calmar su sed.
                En nuestros días, me cuesta entender si la cantidad de información que llega a nuestras manos en esta época, de todas partes del mundo a través de los distintos elementos tecnológicos con los que contamos, es algo positivo o negativo.
                Me gusta la parte de que es más fácil estar informados, acceder a textos que antes era difícil sin una gran biblioteca de papel a disposición. También será más sencillo encontrar donde leer la sección de Torá que corresponde a esa semana, algún comentario que nos guste, pero hay que entender e intentar apreciar que aquello que nos llega con tanta facilidad es el fruto de mucho trabajo. Valorar y apreciar ese trabajo de generaciones será clave para captar el mensaje hermoso de nuestros textos. Captar las ideas y esencias de lo que leemos, escuchamos y vemos en los medios de comunicación y redes sociales, nos ayudará a distinguir de los que nos sirve y lo que nos hace bien de lo que no es así. También nos ayudará a entender lo que es parte nuestra y lo que no.
                Si logramos identificar lo que nos hace bien, y entendemos que parte importante de eso es la Torá, eso nos ayudará a que podamos saciar nuestra sed de espiritualidad.
                Que podamos seguir andando este camino buscando siempre sus manantiales de aguas vivientes, y compartiendo con amigos y familia en nuestras mesas unas palabras de nuestra Tradición.

¡SHABAT SHALOM PARA TODOS!
Rab Meir Szames

30.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Vaikra

                                                                                                         בס'ד
EL MIDRASH

Vaikrá el Moshé…
            “Llamó El a Moshé…” (Vaikrá - Levítico 1:1).

            Rabí Ieoshua de Sijnín en nombre de Rabí Levi explicó el siguiente versículo de Mishlei – Proverbios 25:7 “Porque mejor es que te digan: ‘Sube aquí’, antes que te pongan más abajo en la presencia del príncipe a quien han visto tus ojos”.
            Rabí Akiva enseñaba lo siguiente en nombre de Rabí Shimón Ben Azai: Aléjate de tu lugar a una distancia considerable, y asiéntate allí hasta que te digan ‘Sube’, y no vayas si te dicen ‘Desciende’. Hilel así mismo dice: mi humillación es mi elevación, y mi elevación es mi humillación, ¿Cuál es el sentido de esto? Como dice Tehilim – Salmos 113:5-6 “¿Quién iguala a Ado-nai nuestro Dios en su Altísima morada? Su providencia rige en los cielos y la tierra”.
            Así encontramos que en el momento que el Kadosh Baruj hú se reveló a Moshé desde la zarza ardiente, Moshé ocultaba su rostro ante Él, como dice en Shemot – Exodo 3:6 “…Empero ocultó Moshé su rostro porque temió mirar hacia Elo-him”, en ese momento le dijo Dios a él (Shemot 3:10): “Y ahora ve (leja לכה) y te enviaré a Paró y saca a Mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto” – Dijo Rabí Eleazar: La forma habitual de decir ‘ve’ es ‘lej’, la letra ‘hei ה’ de más en la orden de Dios tiene un significado específico: Si tú no vas y los liberas, ningún otro lo hará. Lo mismo pasó a orillas del Mar de los Juncos, donde Dios se puso a un lado y le dijo a Moshé (Shemot 14:16): “Empero tú, alza tu vara y extiende tu mano hacia el mar y pártelo y que entren los hijos de Israel en el medio del mar: por lo seco”, diciéndole: Si vos no partís el mar, nadie más lo hará. En el Sinaí, Dios se paró a un lado y le dijo a Moshé (Shemot 24:1): “…Asciende hacia Ado-nai…”, si vos no subís, no sube nadie más. Así también en el Ohel Moed (Tienda de Reunión), Dios se paró a un lado y le dijo a Moshé: ¡¿Hasta cuándo vas a seguir humillándote y despreciándote a ti mismo?! ¡Este es tu momento y no de otro! Tenes que saber que es así, ya que a nadie más llamé y hablé directamente como a vos, como dice el versículo que encabeza este midrash, Vaikrá el Moshé… “Llamó El a Moshé…” (Midrash Vaikrá Rabá 1:5).

EXPLICACION
            Comenzamos a transitar juntos el libro de Vaikrá, junto a su midrash Vaikrá Rabá, que fuera compilado en la tierra de Israel hacia el siglo 5 de la era común.
            El libro de Vaikrá, estará dedicado en una primera parte a las reglas de los korbanot (ofrendas y sacrificios), con muchas leyes que corresponden a los sacerdotes, por eso es llamado también “Torat Cohanim”, el libro de las leyes de los sacerdotes.

            Ya entrando a nuestro midrash de esta semana, Moshé, figura central del libro anterior, Sefer Shemot, entra una vez más en juego, teniendo que ser el que ordene a los sacerdotes todo lo que tendrá que ver con su función (incluso servirá de ‘instructor’ en el período de entrenamiento antes de la asunción de Aharón y sus hijos en el sacerdocio). Eso es lo que referencia el final del midrash, cuando relata la situación al lado del Ohel Moed, Tienda de reunión que funcionaba como centro de la actividad del Pueblo de Israel en el desierto. A pesar de la cantidad de nombres y versículos, me parece que el hilo del midrash es claro.

            Ya entrando al mensaje que nos deja lo que estudiamos esta semana, se ve algo hermoso. Como Dios le va diciendo a Moshé que se haga cargo de lo que le toca hacer, sin “vergüenza” alguna. Moshé, que como una de sus características principales figura la humildad, necesita un empujoncito para entrar en acción. Necesita que Dios le hable claro y firme, y le haga entender que la tarea es suya, que el momento es suyo, y que si él no lo hace, nadie más lo puede hacer. Con mucho amor lo va guiando en su camino. Dios no hace las cosas por él, pero le va mostrando lo que tiene que hacer, lo va alentando de algún modo en cada circunstancia para que Moshé actúe. Moshé logra sus cometidos, una vez que entiende que él es el encargado, él es el responsable, él es el que tiene que dar cada paso.
            En nuestro día a día, vivimos situaciones donde muchos se paralizan, otros simplemente prefieren hacerse los distraídos, y otros, gracias a Dios, intentan actuar. Actuar en consecuencia a nuestras creencias y valores. Cada día nos da una nueva posibilidad de actuar y crecer, de avanzar y ascender. Como dice Hilel en un pasaje del Pirkei Avot (1:14) muy famoso: “Si no estoy para mí, ¿quién estará? Si soy únicamente para mí ¿Qué soy?...Y si no es ahora ¿cuándo?”.


SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

23.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Vaiakhel - Pekudei

                                                                                                                                     בס'ד
  EL MIDRASH

Ele fekudei Ha-Mishkan…
            “Estos son los cómputos del Tabernáculo, el Tabernáculo del Testimonio, lo que fue computado por mandato de Moshé: - obra de los Levitas – a cargo de Itamar, hijo de Aharon, el sacerdote” (Shemot - Éxodo 38:21).

            Así abrió su explicación Rabi Tanjuma Bar Aba, con un versículo de Sefer Mishlei – Proverbios (28:20) “El hombre fiel (ish emunot) tendrá abundantes bendiciones…”. Así encuentras que todo aquel que es fiel, el Kadosh Baruj Hú le trae bendiciones a sus manos, y quien no es fiel continúa el versículo “…pero el que se apresura para ser rico no saldrá sin castigo”. Ish emunot, el hombre fiel, ese es Moshé, que él es fiel a Dios, como está dicho “No es así con Mi servidor Moshé, en todo Mi pueblo, fiel es” (Bemidvar-Números 12:7), esto quiere decir “El hombre fiel tendrá abundantes bendiciones…”, que todas las cosas de las cuales eran el encargado resultaban bendecidas, por cuanto que él era fiel. Y “…pero el que se apresura  para ser rico no saldrá sin castigo” se refiere a Koraj, que era levita y quería tomar sin fundamento el sumo sacerdocio, ¿Cuál fue su final? “Abrió la tierra su boca” (Bemidvar 16:32) –fue tragado por la tierra.
            Otro asunto: “El hombre fiel…”, este es Moshé, que era el encargado (y tesorero) sobre las labores de construcción del Mishkan (Tabernáculo). Sobre un tema similar enseñaron nuestros Maestros: ‘No se hacen recaudaciones de dinero público por menos de dos personas encargadas’, y aquí encontramos que Moshé era encargado ‘único’, ¿Y aquí vienen a decirnos que no se recauda con menos de dos personas encargadas? La explicación es que a pesar de que Moshé era encargado único, al momento de hacer los recuentos de los materiales y dinero, llamaba a otras personas que quedaban a cargo del recuento, cómo dice el versículo que encabeza el midrash “Estos son los cómputos del Tabernáculo…”, no dice que son los cómputos de Moshé, sino “lo que fue computado por mandato de Moshé”, por mano de Itamar (Midrash Shemot Rabá 51:1).

EXPLICACION
            Esta semana se leen dos secciones de la Torá juntas (parashiot mejuvarot). El midrash que estudiamos pertenece a Parashat Pekudei.
            Si fuera poco leer dos secciones de la Torá juntas, el Shabat de esta semana también:
                        *Es Shabat HaJodesh, por ser el Shabat previo al comienzo del mes de Nisan (Rosh Jodesh el lunes 27/3 a la noche hasta el martes 28 a la noche). Se lee un maftir especial.
                        *Es llamado Shabat Mebarjim, porque pedimos brajá frente al Sefer Torá para el mes que comienza la semana que viene.
                        *Es llamado Shabat Jazak –fuerte-, porque se termina la lectura de un nuevo libro de la Torá, Sefer Shemot, y esperamos comenzar con fuerzas renovadas la lectura y estudio del tercer libro de la Torá: Vaikrá – Levítico. Al finalizar la lectura del libro de Shemot que corresponde este shabat, se grita en la sinagoga: “¡Jazak jazak ve-nitzjazek”, deseándonos y pidiendo fuerza para continuar con esta tarea milenaria.
            Ahora sí, nuestro midrash.
            Cerramos este libro de Shemot con un midrash sobre Moshé, donde se lo describe como un ‘ish emunot’ un hombre fiel, fiel a Dios. Un hombre de fe, que recibe bendiciones sobre lo que realiza en mérito de esa fe en la primera parte del midrash. Se ve claro en el midrash como se contraponen el camino de la fe y de lo contrario a ella (una falsa fe, podríamos decir).
            Pero ya en la segunda parte del midrash, ish emunot, se refiere a manejarse con fe (buena fe) en los asuntos administrativos y económicos. Aquí encontramos una riqueza que tiene la Torá toda (con esto me refiero a todos los textos de la tradición judía, y no sólo a los cinco libros de Moshé) que es pedido a las personas que tienen fe, que sean fieles, y que esa fidelidad sea para con Dios y con las personas. En la tradicional división de la mitzvot en ‘bein adam la-Makom’ - entre el ser humano y Dios - y ‘bein adam la-javeró’ - entre el ser humano y su prójimo. En la visión de nuestra fe, uno no podría sentirse como un creyente, si sólo cumple con Dios, o si sólo cumple con las personas. Es una visión integral, donde el hacer el bien tendría que ser el ‘norte’ que dirija nuestra brújula. Habrás de hacer lo recto y lo bueno a ojos de Ado-nai…” (Debarim 6:18) dice la Torá, no sólo habrá que obrar con emuná/fidelidad a Dios, sino que habrá que hacer lo recto y lo bueno a ‘Sus ojos’ con nuestros congéneres. El Otro, ser humano que porta la imagen de Dios, también se merece que actuemos bien con él. Ese pareciera ser el mensaje.
            Sin querer extenderme más, ni citar ejemplos de la vida diaria, cada uno podrá sacar sus conclusiones y realizar sus evaluaciones sobre cada caso, lo que sí, nos deseo a todos la fortaleza para reflejar nuestra fe en nuestro diario vivir. Y que podamos disfrutar de lo que nos dice Sefer Mishlei “El hombre fiel (ish emunot) tendrá abundantes bendiciones…”.

SHABAT JAZAK SHALOM

Rab Meir Szames

16.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Ki Tisá

                                                                                                                                             בס'ד
EL MIDRASH

Va-itén el Moshé…
            “Le entregó a Moshé, al concluir El, de hablar con él, en la montaña de Sinai, las dos Tablas del Pacto. Tablas de piedra escritas por el Poder de Elo-him” (Shemot - Éxodo 31:18).

            Dijo Rabí Abahu: Los cuarenta días que pasó Moshé en lo alto del Monte Sinai, se los pasaba estudiando Torá, pero se olvidaba lo que estudiaba. Al ver que le ocurría esto, le dijo a Dios: ¡Señor del universo! Tengo cuarenta días para aprender esto, y no sé nada. ¿Qué hizo el Kadosh Baruj Hu? Cuándo se completaron los cuarenta días, Dios le regaló la Torá, cómo está escrito “Le entregó a Moshé…”…(Midrash Shemot Rabá 41:6).

EXPLICACION
            En esta parashá tan nutrida de eventos y mensajes, destaca la entrega de las Tablas de la Ley. Luego del evento en el Har Sinaí, donde las leyes de la Torá fueron entregadas de modo oral, Moshé se pasa dos veces 40 días y 40 noches en lo alto del monte, para luego bajar con las tablas.

            ¿Les parece que se puede aprender toda la Torá en 40 días? Pareciera ser una tarea difícil, ya que Moshé Rabeinu no lo logra. Dios entonces, le regala la Torá, para que baje con ella al pueblo. Así Dios le estaría diciendo: La Torá va a estar con ustedes toda la vida, hay tiempo para estudiarla y transmitirla.

            Este midrash parece hablarnos a aquellos ansiosos que queremos saber todo y vivir todo aceleradamente. La vida es un camino, que caminamos día a día, paso a paso. No hay que correr ni volar ni saltar precipicios arriesgados para vivirla.
            Día a día aprendemos lo que necesitamos, y aunque hay algo de cierto en lo que decía la frase atribuida al boxeador argentino Ringo Bonavena "la experiencia es un peine que nos llega cuando ya no tenemos pelo que peinar", también es cierto que la vida es un regalo, que hay que saber disfrutar lo que nos toca cada día. Parafraseando al Pirkei Avot (4:1) “Eizehu ashir... ¿Quién es rico? Aquel que es feliz con lo que posee…”, es rico el que se contenta con su parte, con lo que le toca ese día. Ese día, ya hizo todo lo que pudo, ya tiene todo lo que necesita ese día. Mañana, se seguirá trabajando e insistiendo, con nuevos y mejores desafíos y objetivos.
            En este Shabat, nos deseo que podamos darnos cuenta de lo que ya recorrimos, ser conscientes de lo que nos falta recorrer, y saber apreciar y disfrutar con la alegría cada día de lo que ya se va concretando.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

9.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Tetzave

                                                                                                                                    בס'ד
EL MIDRASH

Ve-ze ha-davar…
            “Y ésta es la cosa que habrás de hacerles, para consagrarlos, para servir ante Mí…” (Shemot - Éxodo 29:1).

            Así está escrito: “Kavod jajamim injalu - Los sabios heredarán el honor” (Mishlei-Proverbios 3:35), el kavod – honor se refiere a la Torá, así como dice al principio del libro de Divrei Ha-iamim (Crónicas): Adam, Shet, Enosh, y así todo el listado de los primeros personajes bíblicos, y no figura sobre ninguno de ellos el honor hasta que menciona a Yabetz, cómo figura en Divrei Ha-iamim Alef 4:9 “Y era Yabetz más honorable que sus hermanos…”, y el motivo de que figure sobre él que era honorable, es porque se dedicaba intensamente a la Torá, a eso se refiere el versículo “Kavod jajamim injalu”. Lo mismo ocurre con Aharón, que dice sobre él “Torat emet, Torá de verdad había en su boca” (Malají 2:6), así le dice Dios a Moshé “Habrás de hacer ropajes sacros para Aharón, tu hermano, para honor, gloria y esplendor” (Shemot 28:2), y todo esto es dado a Aharón por mérito de la Torá, a la cual se dedicaba a estudiar y difundir, este es el significado de “Kavod jajamim injalu” (Midrash Shemot Rabá 38:5).

EXPLICACION
            En esta parashá, se describe las condiciones para nombrar a los cohanim, sacerdotes. Aharon y su descendencia tienen una labor que, en la época bíblica y hasta la destrucción del Beit HaMikdash en el siglo I de la Era Común, será fundamental para el culto del Pueblo de Israel.
            Justamente, luego de la destrucción del Gran Templo de Ierushalaim, se empieza a formar la parte de la tradición del Pueblo Judío que desemboca en cómo somos hoy.
            Es interesante que nuestro midrash de esta semana, basado en versículos del Tanaj, nos describe a Aharon cómo un estudioso de la Torá, y no hace referencia a sus aptitudes y formas sacerdotales. Ya lo relacionado al altar pasa a un segundo plano, y el valor del estudio de la Torá es lo primero, es lo que da honor.
            Luego de un par de milenios, podemos dar fe que aquella destrucción del centro espiritual como lo era el Beit HaMikdash ha traído resultados inesperados. Sobre todo los enemigos de turno deben estar sorprendidos. No sólo el Pueblo de Israel no deja de apegarse al culto en su versión renovada de Tefilá y mitzvot, sino porque siempre crece la llama de la creación y recreación de nuestro pueblo (a eso le podemos llamar ‘midrash’ también). Además, creo que la gran mayoría del pueblo se siente cómodo con que las castas no tengan mayor importancia y que no se ofrezcan sacrificios de animales. Entiendo también, que hace 2000 años no era fácil entrever estos resultados (Necesitaría escribir miles de páginas para intentar explicar lo que significa el moderno Estado de Israel, principio de nuestro renacimiento y redención). Pero los sabios de cada época se las ingenian para mantener bullente el río de nuestra tradición milenaria. Teniendo en cuenta estos motivos y otros, se entiende la razón de que el midrash de esta semana haga referencia a las aptitudes como estudioso (y no como sacerdote) de Aharón.

            La importancia del estudio es simple: El estudio lleva a la práctica. Si no lleva a la práctica, al menos transforma espiritualmente. Y si ninguno de estos dos enunciados te convence, el estudio sincero y comprometido te permite encontrar la luz, para que no haga falta que otros iluminados te impongan ciegamente sus creencias.
            El honor de estudiar pasa por sentirse orgulloso de la tradición del pueblo judío, pueblo que a pesar de que está por muchos lugares, nunca abandona su fuente, su raíz, la sabiduría acumulada desde Moshé Rabeinu (quien no figura en esta parashá, que causalmente se lee siempre en la semana del 7 del mes de Adar, fecha de nacimiento y aniversario de fallecimiento de Moshé), a través de cada generación, y que llega a nosotros con todo ese recorrido, para enriquecernos la vida.
            Qué un poquito del honor de la Torá nos toque a cada uno de nosotros.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

2.3.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Terumá

                                                                                                                     בס'ד
Ve-ikjú li terumá…
            “Habla a los hijos de Israel y que separen (que tomen) en Mi Nombre ofrenda. De toda persona, a quien voluntariosamente mueva su corazón, habréis de tomar ofrenda para Mí” (Shemot - Éxodo 25:2).

            Así está escrito: “La Torá que nos ha prescripto Moshé…”. Explicó Rabí Simlai: 613 mitzvot (preceptos) fueron entregadas a Israel a través de Moshé, ese es el recuento que se hace de la misma Torá. Y si alguien viniera y dijera: ¿Acaso no son solamente 611? (ya que el valor numérico de las letras que componen la palabra ‘Torá’ suma 611= ‘Tav’: 400, ‘vav’: 6, ‘reish’: 200, ‘hei’: 5). ¿Las dos mitzvot que faltarían dónde las encontramos? Eso lo explican los Sabios del Talmud: Los dos primeros de los Diez Mandamientos “Yo soy Ado-nai, tu D's” y “No tendrás otros dioses ante Mí…” (Shemot 20:2-3) el Pueblo de Israel los escuchó de Dios directamente, y las otras 611 mitzvot, se las transmitió Moshé, como dice el versículo: “Torá Tziva Lanu Moshé, Morasha Kehilat Iaacov” “La Torá que nos ha prescripto Moshé es herencia para la congregación de Iaacov” (Devarim – Deuteronomio 33:4), hay que entender de esto que es una heredad eterna para el Pueblo de Israel. …
            “Morashá”, no leas “morashá=herencia” sino “meorasá=prometida”, así como el novio todo el tiempo que aún no está casado con su prometida, él debe esperar del lado de afuera en la casa del suegro, una vez que se casan, el padre de ella empieza a venir a la casa de ellos. Así mientras que la Torá no había sido entregada (esto ocurrió en parashat Itró), se dice “Y Moshé ascendió hacia Elo-him…” (Shemot 19:3), y una vez que la Torá ya fue entregada, en nuestra parashá Dios le dice a Moshé “Harán ellos, en Mi Nombre, un santuario –Mishkán- y Yo residiré entre ellos” (Shemot 25:8) (Midrash Shemot Rabá 33:7).

EXPLICACION
            Nuestro midrash nos trae esta semana dos técnicas de interpretación:
            En su primera parte, se pregunta ¿Por qué la palabra ‘Torá’ equivale al número 611, y se dice que Moshe entregó la Torá con 613 mitzvot? La respuesta es que de las 613 mitzvot, 611 fueron entregadas por Moshé, y dos de estos preceptos fueron dados directamente por Dios al Pueblo de Israel.
            En la segunda parte, cambia la forma de leer este versículo, pasando de ser una herencia a una doncella comprometida antes de casarse. La Torá una vez entregada, ya no pertenece exclusivamente al Cielo, sino que vive en medio del Pueblo, y Dios "baja" a residir entre su Pueblo, para estar cerca de su 'hija' amada, la Torá, dentro del Mishkan/Tabernáculo, templo móvil del desierto que acompañara 40 años al Pueblo de Israel.

            La entrega de las donaciones para la construcción del Mishkan, debía ser voluntaria, desinteresada, o más bien, con el único interés de servir mejor a los propósitos divinos, y darle un lugar físico dentro de la conformación del Pueblo.
            ¿Dios necesita un espacio físico? No, ciertamente no lo necesita. Nosotros necesitamos sentir a Dios cerca de nuestra vida diaria. Para esto, tenemos la opción de darle un lugar, o varios lugares...hay un sin fin de Mitzvot, y la inclusión de ellas en nuestro día a día nos da la posibilidad de sentir esos momentos de divinidad dentro lo cotidiano.
            Allí, en nuestras casas, escuelas, comunidades, está la posibilidad de estudiar nuestras fuentes, de rezar en comunidad, de hacer obras de bien. Un sin fin de opciones, esperando ser concretadas, entregándonos de plena voluntad, a disfrutar de nuestra herencia milenaria.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

23.2.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Mishpatim

                                                            בס'ד
 EL MIDRASH

Ve-ele ha-mishpatim…
            “Y éstas son las leyes…” (Shemot 21:1).

            ¿A qué se refiere la Torá con la expresión "Y estas"? Ven y mira cuánto afecto le tenía el Kadosh Baruj Hu a Moshé, que en el momento en que Datan y Aviram quisieron menospreciar y avergonzar a Moshé en Egipto, le dijeron (Shemot 2:14) "¿Quién te ha designado por hombre jefe y juez sobre nosotros?", en esa ocasión dijo Dios: 'Con esto que han buscado ofender a Moshé, yo voy a darle grandeza', cómo está dicho: "Ve-ele ha-mishpatim".
            Otro asunto:
            "Ve-ele ha-mishpatim", ya que Moshé escuchó de Itró, que le dijera (Shemot 18:21) "y tú deberás ver (buscar) de entre todo el pueblo ", y le dijo en total cuatro características (midot), y Moshé sólo logró conseguir una de ellas, "y eligió Moshé hombres de virtud -anshei jail" (18:25), y a ellos nombró como jueces sobre el Pueblo de Israel, y le dijo Dios a Moshé en esa circunstancia: 'te doy a tí el juicio (mishpat), y tú nombraste a otros y ¡¿ellos no saben cómo llevar adelante el juicio?! Ve tú mismo y enséñales, cómo está escrito "Ve-ele ha-mishpatim" (Midrash Shemot Rabá 30:10).

EXPLICACION
            Parashat Mishpatim es una de las secciones de la Torá más interesantes e intensas, sobre todo por la cantidad de leyes que trata y que derivan de ella. Tratados enteros de Talmud salen de esta parashá.
            El midrash que compartimos esta semana tiene dos partes:
            En la primera, muestra un buen motivo por el cual Moshé será el encargado de impartir justicia para el pueblo. El afecto particular que tiene Dios por el líder, maestro y ahora juez, se ve reflejado en el hecho de que Datan y Aviram quisieron avergonzarlo, e incluso lo delatan con el faraón, el hecho de desdeñarlo diciéndole que él no era juez ni nada parecido, Dios reacciona dándole a Moshé la responsabilidad sobre la justicia de Israel. Lindo relato.

            No menos bella y significativa es la segunda parte del midrash, donde se refleja una idea que popularmente podríamos llamarla 'amigarse con la realidad'.
            Itro, suegro de Moshé, en la parashá anterior le dice que busque hombres con las siguientes características para ser nombrados jueces "Tú deberás ver de entre todo el pueblo, hombres de virtud, temerosos de Elo-him, hombres de verdad (amantes de la verdad) que aborrecen el lucro (malhabido)…". Moshé termina designando 'anshei jail', hombres de bien. Lo que da a entender el midrash es que resultaban ser hombres de valía, pero que quizás carecían de los conocimientos técnicos y la experiencia para afrontar el desafío de la administración de justicia. Es más, pareciera haber una especie de reproche de Dios hacia Moshé, por haber delegado responsabilidades en otras personas, y termina diciéndole que el instruya a estas personas, y las capacite para juzgar al pueblo.

            En definitiva, me gustaría quedarme con la siguiente idea: Imaginemos a Moshé buscando candidatos a jueces. Quizás es difícil encontrar personas con todas las características que le indica Itro, y por esto Moshé buscará la característica que le parece esencial, que estas personas sean ‘anshei jail’, sean buena gente, de valores genuinamente nobles; cómo se dice, sean de buena madera.
            A veces, para tareas difíciles, es mejor rodearse de gente que quizás tenga un título menos del necesario, pero que sean de buena madera, que tengan ganas de empujar al equipo hacia adelante, con real entusiasmo por la tarea.
            Que podamos siempre rodearnos de anshei jail, varones y mujeres virtuosos, para poder llevar nuestras tareas con alegría y éxito.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

16.2.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Itró

                                                                                                                                          בס'ד
EL MIDRASH

U-Moshé halá el Ha-Elo-him...
            Y Moshé ascendió hacia Elo-him… (Shemot-Éxodo 19:3).

            Se toma el versículo de Tehilim-Salmos 68:19 que dice “Ascendiste alto. Llevaste cautivos al cautiverio. Recibiste presentes del hombre…” y se explica lo siguiente: En el caso de que una persona quisiera llegar a un lugar y tomar algo (sin permiso), tomaría algún objeto al que los pobladores del lugar no le presten mucha atención, pero en el caso de Moshé, subió al cielo y tomó la Torá, algo sobre lo que todos tenían sus ojos puestos, a esto se refiere el versículo de Tehilim cuando dice “Ascendiste alto. Llevaste cautivos al cautiverio…”.
            ¿Podríamos pensar que Moshé tomó la Torá del cielo sin más? ¿Gratis? Cómo dice el versículo “Recibiste presentes del hombre”, en adquisición le fue dada la Torá, ¿No debería haber pagado por ella? Por eso dice ‘presentes’, es decir, fue un regalo que recibió.
            En ese momento, los ángeles celestiales quisieron atacar y hacerle daño a Moshé. El Kadosh Baruj Hu al ver la situación, hizo que el rostro de Moshé sea idéntico al de Abraham Avinu, y les dijo Dios a los ángeles: ¡¿No se avergüenzan de lo que quieren hacerle?! ¡¿No es acaso este hombre al que bajaron y lo visitaron y comieron con él en su casa?! En ese momento le dijo Dios a Moshé: ‘No te es entregada la Torá, sino por el mérito de Abraham’, cómo dice el versículo: “Recibiste presentes del hombre”, y al hombre que nos referimos aquí no es otro que Abraham, cómo está escrito en Ieoshua-Josué 14:15 “…fue el hombre más grande entre los grandes” (Midrash Shemot Rabá 28:1).

EXPLICACION
            Cada vez que llega Parashat Itro revivimos el momento de la entrega de la Torá en el Monte Sinaí. Nuestro midrash viene a mostrarnos una de las facetas de ese momento, describiendo el sentir de los ángeles al ver atónitos que el mayor tesoro guardado desde antes de la creación del mundo, era tomado hacia el mundo terrenal por Moshé.
            Un simple mortal llevando en sus manos y en su voz el mayor bien que poseían los seres celestiales.
            Claro que eso habla de la valentía de Moshé, y de cómo nuestros Sabios, de bendita memoria, entienden tan trascendental momento.
            Moshé es resguardado por Dios del celo de los ángeles, haciendo algo distinto a lo que podríamos imaginar: por ejemplo, ponerle un escudo, hacerlo invisible...cualquier cosa o fantasía que podríamos pensar. Sin embargo, lo protege de un modo muy original, lo hace verse parecido a su antepasado, nuestro patriarca Abraham. Y haciendo alusión a la famosa visita que realizan los ángeles vestidos de hombres en Parashat Lej Lejá, los reprende y les dice si "esos eran modales" adecuados hacia quien los había recibido con tan pura hospitalidad, abriendo las puertas de su casa de par en par.
            Acto seguido, le hace saber a Moshé que recibe la Torá de ese modo y la puede recibir no por mérito propio, sino en virtud y cómo recompensa para Abraham. El caballero de la fe, una vez más, recibiendo los frutos de una elección y una forma de vida que ilumina a sus sucesores.

            ¿Cuántas veces nos ocurre que nos cruzamos en la vida con situaciones donde algún pariente, cercano o lejano, algún conocido o desconocido, en virtud de ser hijos, nietos de nuestros padres y abuelos, nos dan una mano inesperada?
            A muchos les parece inapropiado, hasta puede molestarles tener esa "herencia", ese peso de ser "el hijo de Fulanito".
            A veces, parece que podríamos ‘hacer las paces’ con la idea de que antes de nosotros hubo un mundo, una sociedad, y que muy posiblemente nuestros antecesores hicieron las cosas bien, y dejaron una buena impresión, una buena imagen en los demás.
            Cómo dice el Talmud, en el tratado de Kidushin 31b, si uno tiene la posibilidad de que le hagan un favor (o una gauchada) por mérito propio o por el mérito de sus padres, es preferible que pida la mano en nombre de sus padres, para que de ese modo el favor recibido sea una forma de kivud av va-em, respeto al padre y a la madre, que justamente ocupa un lugar dentro de los Díez Mandamientos que leemos en esta parashá.

            En nuestra tradición, siempre tenemos presente quién vino antes. Y ese mérito hay que vivirlo con alegría, disfrutando de la recompensa de ser descendiente, hijo, nieto, padre, amigo de buena gente.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

9.2.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Beshalaj

                                                                                                                                                     בס'ד
EL MIDRASH

Az iashir Moshé...
            Entonces cantó Moshé…
            “Entonces entonó Moshé y los hijos de Israel este cántico para Ado-nai y se expresaron diciendo: He de cantar para Ado-nai, ya que El ha manifestado Su glorioso triunfo; al caballo y a su jinete El arrojó a la mar(Shemot-Éxodo 15:1).

            Está escrito en Tehilim-Salmos 106:12 “Entonces ellos creyeron en Sus palabras y Le cantaron alabanzas”. Dijo Rabi Abahu: Anteriormente, ya fue dicho que ellos creyeron (los hijos de Israel) cuando estaban en Egipto, como figura en Shemot 4:31 “Y creyó el pueblo…”, se volvieron atrás y dejaron de creer, como está dicho “Nuestros padres en Egipto no prestaron atención a Tus maravillas…” (Tehilim 106:7), sólo cuando llegaron al mar y vieron la valentía del Kadosh Baruj Hu reflejada en la forma que realiza el juicio a los malvados, cumpliendo lo escrito de que “va a empuñar la justicia, Mi mano…” (Debarim-Deuteronomio 32:41), y hundiendo a Mitzraim en el mar, en ese momento “Presenció Israel el Poder grande que ejerció Ado-nai en Egipto. Veneró el pueblo a Ado-nai y tuvieron fe en Ado-nai y en Moshé, Su servidor.” (Shemot 14:31), y en mérito de esa fe, se posó sobre ellos el espíritu de santidad y dijeron este cántico (shirá), como está escrito “Entonces (az) entonó Mosheh y los hijos de Israel”. Esa palabra con la que se expresa el versículo ‘entonces’ (az) es una forma de expresar fe, y se puede comparar con otras veces que la misma expresión es usada “Y fue entonces (az) que lo puso a cargo de su casa…” (Bereshit-Génesis 39:5) y dice “…y todo lo que él tenía lo entregó en su mano” (39:4), por eso dice el salmo que encabeza este midrash Entonces ellos creyeron en Sus palabras y Le cantaron alabanzas” (Midrash Shemot Rabá 23:2).

EXPLICACION
            Al Shabat en que se lee esta parashá, Beshalaj, que contiene el ‘cántico del mar/Shirat Ha-iam’, se lo llama Shabat Shirá, el Shabat de la canción.
            Ese cántico es entonado por el Pueblo de Israel al unísono, al ver finalmente concretada su liberación de la esclavitud de Egipto.
            Nuestro midrash nos viene a reflejar un sentir de ese momento, donde el pueblo dudó, al ver tanta dificultad en su camino, y donde luego creyó en la posibilidad de la liberación divina.
            Al lograr creer y tener fe en esa liberación, al confiar en Dios, el pueblo recibe sobre sí la Presencia Divina, y “sin ensayo previo” cantará una canción de victoria y libertad que se ve reflejada en Shirat Ha-iam (la encontramos en Shemot 15:1-18).

            Es interesante cómo es posible que haya duda en la situación de la salida de Mitzraim. Dios se le aparece a Moshé, envía las diez plagas, los sucesos milagrosos acontecen uno tras otro. Sin embargo, tanto en esta parte como en todo el camino en el desierto, aparecerán dudas sobre el futuro. Surgirán varias oportunidades donde alguna parte del pueblo, mayor o menor, quieren volver a Egipto, se quejarán ante Moshé, llorarán por ‘todo lo bueno’ que tenían en Egipto y más. A mí siempre me llamaron la atención estos relatos. En momentos cúlmines, aparece la duda.
            ¿Es mala la duda? ¿Lo correcto es una fe sin dudas? No lo creo. Creo en que la duda no es mala per sé. Momentos de duda aparecen siempre en nuestras vidas. La cuestión, según mi parecer, es en cuánto tiempo nos quedamos sumidos en la duda, y si es una duda que nos paraliza o no.
            Creo que una fe que se permita de vez en cuándo dudar y preguntarse, nos permite tener una fe más profunda y sincera, más fiel a nosotros mismos, más acorde a lo que reside en nuestros corazones.
            Luego de la duda y la pregunta, vendrán la creencia y la fe, la acción positiva, y quizás tengamos la oportunidad de cantar victoria, de tener en nuestras vidas un poco de ese espíritu de santidad que suena tan bien para nuestros corazones.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

2.2.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Bó

                                                                       בס'ד

EL MIDRASH

Ha-jodesh ha-ze lajem...
            “Este mes es para vosotros…
            Dijo Ado-nai a Moshé y a Aharon en la tierra de Egipto diciendo: Este mes es para vosotros el comienzo de los meses: Primero es, para vosotros, de los meses del año” (Shemot-Éxodo 12:1-2).

            Dijeron los ángeles celestiales delante del Kadosh Baruj Hu: Amo del mundo ¿Cuándo vas a hacer las festividades? Porque así está escrito “Es la sentencia dictada por los ángeles…” (Daniel 4:14). Les respondió: Tanto yo como ustedes, vamos a recibir lo que Israel dictamine respecto a cuándo un año termina y cuando empieza, ya que está dicho “Invoco al Dios Altísimo, al Dios que tanto hace por mí.” (Tehilim – Salmos 57:3), y también dice la Torá: “Estos son los plazos señalados por Ado-nai, los (otam) que habréis de proclamar, días de convocaciones sagradas…” (Vaikrá-Levítico 23:37). Dónde dice ‘otam’ hay que entender ‘atem’ ⁼ ustedes, dice Dios: Ya sea en su momento adecuado o no, Yo no tengo otras ‘moadot’, fechas de sagrada convocación, más que estas que ustedes declaran.
            Les dijo el Kadosh Baruj Hu a Israel: En el pasado, esto estaba en mis manos, como dice en Tehilim 104:19 “Hizo la luna para marcar los tiempos…”, pero desde ahora en adelante esto pasa a estar en vuestras manos, bajo vuestro dominio, si dicen que ‘sí’ es ‘sí’, si dicen ‘no’ es ‘no’, de todos modos será “Este mes es para vosotros”. No sólo eso, sino que si deciden agregarle un mes más al año (haciéndolo ‘embolismal’, bisiesto), yo voy con ustedes, por eso es que está escrito “Este mes es para vosotros” (Midrash Shemot Rabá 15:2).

EXPLICACION
            Al comenzar la Torá, se discute por qué comienza con la creación del mundo en Bereshit, y no comenzaba en este versículo, del capítulo 12 de Shemot, ya que siendo la Torá un libro de leyes, esta ley, de la consagración de los meses (Rosh Jodesh), es la primera ley dictada por Dios al pueblo de Israel como conjunto. Existen diversas mitzvot previas en el relato bíblico, pero esta ley, dada todavía en la tierra de Egipto, es la primera que el pueblo recibe como conjunto de personas libres.
            El midrash nos trae una explicación hermosa y sencilla.
            La corte celestial le pregunta a Dios, cómo sería el sistema de los acontecimientos importantes y festividades del calendario. A lo que Dios responde, a pesar de que Yo creé el mundo, e hice las reglas de la naturaleza, dejo este asunto del calendario en manos del Pueblo de Israel, el cual deberá saber hacer los cálculos que hagan coincidir a cada fiesta con su momento exacto, por ejemplo, Pesaj, también llamada Jag Ha-Aviv, la fiesta de la primavera, deberá celebrarse siempre en primavera. Esta responsabilidad recae a partir de la salida de Mitzraim en el Pueblo de Israel.

            El mensaje del midrash pareciera ser: Para ser libres, verdadera y plenamente libres, hay que poder dominar sobre el tiempo. La mitzvá que se dicta para nuestro pueblo, la primera es, nada más y nada menos, que adueñarnos del tiempo.
            Dios hizo la noche y el día, los astros luminosos, las reglas de la naturaleza que hacen que tengamos distintas estaciones, inviernos y veranos, otoños y primaveras. Somos nosotros quienes tenemos la obligación de hacer que los acontecimientos de nuestro año lleguen cuando tienen que llegar.
            Para un mundo como el que vivimos, alienado por tiempos impuestos desde el afuera, donde poco lugar queda en nuestras agendas para lo realmente importante, lo que realmente nos hace felices y nos gusta, este midrash viene a decirnos “vos sos el dueño de tu tiempo, disfrútalo con tu familia, con tus amigos, con tu comunidad”.
            A hacer lo mejor posible con todo el tiempo del que podamos adueñarnos.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ
Rab Meir Szames


26.1.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Vaerá

                                                                                     בס'ד
 EL MIDRASH

Ve-hashlej lifnei Paró iehí le-tanín...
            “…toma tu vara y arrójala delante de Paró, se convertirá en serpiente” (Shemot-Éxodo 7:9).

            Es enseñado en el Talmud (Brajot 30b): ‘El que está rezando la amidá, incluso si el rey lo saluda no debe responderle, incluso si tiene una serpiente enroscada sobre su pierna no debe interrumpir su tefilá’. ¿Qué vieron los sabios para comparar el enrosque de una serpiente con el reino de Mitzraim (Egipto)? Dijo Rabi Shimon Ben Pazi: Es aquello que dice el versículo en Irmiahu-Jeremías 46:22 “Una voz emite como de serpiente que silba…”, así como la serpiente silba antes de su ataque y luego mata, así el reino (el de Mitzraim o cualquier otro) ‘silba y mata’, ya que el reino primero te detiene, luego te acusa y finalmente te mata.
            Otra opinión: ¿Qué vio Dios para comparar el reino de Mitzraim con la serpiente? Así como la serpiente se tuerce, así también el reino egipcio tuerce sus caminos, por esto dijo el Kadosh Baruj Hu a Moshé: Así como la serpiente se tuerce, así también el faraón se tuerce; cuando venga a retorcerse, tergiversar y curvar su modo de actuar hacia ustedes, dile a Aharon que tome la vara frente a él, demostrando y sugiriéndole ‘con esta vara serás castigado’ (Midrash Shemot Rabá 9:3).

EXPLICACION
            Avanzando en Sefer Shemot, vamos encontrando opiniones dentro del midrash de lo que significa Egipto.
            Inicia el midrash con un versículo donde Dios le ordena a Moshé y a Aharon, que cuando el faraón les pida la realización de algún portento o una prueba de que lo que dicen es cierto (que vienen en nombre de Ado-nai a liberar a los hebreos), la respuesta será que Aharon tome su vara y la arroje delante de Paró. La vara se convertiría en serpiente. Este es un pasaje conocido de la Torá.
            Se nos dice una halajá sobre cuál debe ser la concentración al momento de hacer Tefilá, el rezo que se realiza de modo silencioso, que no debiéramos interrumpir aunque un destacado personaje entrara al lugar, ni siquiera ante un peligro tan grande como el inminente ataque de una serpiente.
            ¿Por qué se comparan un rey con una serpiente? Ya sea el faraón o cualquier otro, parece haber un mensaje detrás de las palabras que se están usando en esta descripción. En el momento de la tefilá, donde nos concentramos en nuestros rezos y pedidos, susurramos, hablamos con voz muy bajita, de modo que apenas nos oímos nosotros, ya que Dios no necesita que gritemos para oírnos. Hacemos tefilá y buscamos, idealmente, mejorarnos a nosotros mismos, sacar nuestros mejores pensamientos y sentimientos. Todo esto es comparado con el otro “susurro”, que describe el midrash como el que silba la serpiente antes de atacar.
            Nuestros mitzarim, Egiptos que cada uno de nosotros tiene, nos susurran, parecen dulces, y quieren confundirse con nuestras tefilot. Así el Egipto personal de cada uno parece querer enroscarse sobre nosotros, susurrando, dulcemente, pero falsamente, como un rey falso que quiere atraparnos y oprimirnos, como una serpiente que parece tranquila, pero nos va a atacar en breves instantes.
            Angustia pensar que muchas veces caemos en sus susurros, pero ¿Cómo nos enfrentamos a situaciones que, muchas veces, nosotros mismos provocamos? Otras veces los Egiptos vienen de afuera, pero nosotros vemos como se enroscan a nuestra pierna, y no reaccionamos a tiempo. La respuesta parece estar contenida en la segunda parte del midrash: Cuando este mitzraim, representado por su faraón, viene a querer probarnos, habrá que mostrarse seguro y firme, vara en mano, haciéndole entender que nosotros mismos tenemos con qué defendernos. Nosotros tenemos que estar seguros de que podemos. Esa seguridad y firmeza en nosotros mismos, que tenemos que alimentar en el amor de nuestras familias y amigos, en nuestras pertenencias espirituales, es la que tendrá que salir a relucir cuando venga el ‘faraón’ a exigir pruebas, nosotros tenemos con qué enfrentar esas situaciones. El comienzo de nuestra liberación, comenzará en esa seguridad.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ
Rab Meir Szames


19.1.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Shemot

                                                                                                                                               בס'ד
 EL MIDRASH

Moshé haiá rohé...
            “Moshé era pastor
            En cuanto a Moshé, pastoreaba las ovejas de Itro, su suegro, sacerdote de Midian. El condujo a las ovejas en pos de pasturas. Y llegó hasta el Monte de Elo-him: a Joreb” (Shemot-Éxodo 3:1).
            Así está escrito Tehilim – Salmos 11:4: “Ado-nai en su Templo Santo, Ado-nai, su trono está en los cielos; ven sus ojos el mundo, sus párpados juzgan a los seres humanos”.
            … ¿A quién en particular juzga? Al tzadik (justo), cómo dice en el versículo siguiente de Tehilim (11:5) “Ado-nai juzgará al justo”.
            ¿Y de qué modo lo pone a prueba? Cuando pastorea un rebaño.
            A David lo puso a prueba y supo que era un excelente pastor, así dice en Tehilim 78:70 “Y eligió a David su servidor, lo tomó de los cuidados del rebaño” … David hacía lo siguiente: sacaba primero a pastar a los animales más pequeños, para que puedan comer el pastaje más tierno. Luego sacaba al ganado más anciano para que se alimentes de los pastos intermedios. Y por último al ganado más fuerte para que se alimenten de los pastos más duros. Al ver esto, el Kadosh Baruj Hu dijo: Aquél que sabe pastorear el rebaño cada persona según su fuerza, va a ser quien va a venir y tener a cargo pastorear a mi pueblo, y “le trajo de detrás de las ovejas, para pastorear a su pueblo Iaacov, y a Israel, su heredad” (Tehilim 78:71).
            Así también, Dios probó a Moshé a través del rebaño de ovejas, como cuentan nuestros Maestros: Cuando se encontraba Moshé Rabeinu, la paz sea con él, pastoreando el rebaño de su suegro Itró en el desierto, se escapó un cabrito, y corrió tras de él hasta que llegó a un lugar cubierto de arbustos y sombra, cuando llegó a este lugar, encontró una fuente de agua y se detuvo el cabrito a beber agua. Al llegar Moshé a su lado dijo: ‘Yo no sabía que estabas corriendo en busca de agua para calmar tu sed. ¡Estás cansado!’. Subió al cabrito sobre sus hombros y lo llevó de este modo de regreso junto al resto del rebaño. Le dijo el Kadosh Baruj Hu: Tu tienes misericordia para conducir de este modo al rebaño de una persona de carne y hueso, ¡Por tu vida! Tu conducirás a Mi rebaño Israel, por esto dice el versículo “Moshé era pastor” (Midrash Shemot Rabá 2:2).

EXPLICACION
            Comenzamos a transitar el segundo libro de la Torá, Sefer Shemot. Su contenido principal rondará acerca de la salida del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto y la entrega de la Torá en el monte Sinaí.
            El midrash que estudiamos esta semana, nos hablará de una característica de Moshé Rabeinu, nuestro maestro, para que merezca ser quien transmita la Voluntad Divina y conduzca al pueblo de Israel.
            Tanto así, que en los versículos siguientes al que nos describe a Moshé pastoreando las ovejas de su suegro, aparece el relato de la zarza ardiente, “Se le apareció el Enviado de Ado-nai a él, en el corazón de un fuego, en medio de la zarza. Vio él y he aquí que la zarza ardía en fuego, mas la zarza no se consumía” (3:2). Creo que esta sucesión en los versículos, es lo que hace que nuestros Sabios expliquen que motivó a Dios a aparecerse en ese momento a Moshé a través de algo tan simple y maravilloso como la zarza ardiente. Un arbusto simple, que podría haber sido un arbusto más de los dispersos en el enorme desierto.
            Y se nos describe con absoluta simpleza una característica que comparten tanto el Rey David como Moshé: El ocuparse de todos en el rebaño, de los pequeños, de los medianos y grandes, de los jóvenes y ancianos, de los que van con el rebaño y los que se corren de sus caminos.
            Moshé tiene la sensibilidad de correr detrás de un cabrito que se escapa, y al llegar al lugar donde se encuentra, nota el motivo de su escape: tenía sed.
            Esta sensibilidad es la que permite a Dios elegir al líder de su rebaño, de su pueblo.

            En nuestros días, donde muchos parecen correrse y escaparse de los caminos de nuestro “rebaño”, se nos pedirá tener la sensibilidad de entender qué los hace querer escaparse, y buscar el modo de apaciguarlos, calmar su sed y hacerlos volver al camino de su pueblo.
            Nos tocará ser responsables por la parte de rebaño que esté a nuestro cargo, nuestros hijos, nuestras familias, nuestras comunidades y/o nuestras sociedades y darle a cada uno lo que necesita según sus características personales.
            Darles de beber de las aguas frescas y vivientes de nuestra Tradición, y traerlos de regreso con el rebaño.

SHABAT SHALOM UMEVORAJ

Rab Meir Szames

12.1.17

UN MIDRASH POR SEMANA - Parashat Vaiejí

                                                                                                                             בס'ד
 Vaikrá li-bnó, le-Iosef...
            “Y llamó a su hijo, a Iosef…”
            Dice el versículo completo: “Se acercaron los días de Israel (Iaacov) para morir y llamó a su hijo — a Iosef— y le dijo: Si ahora he hallado gracia en tus ojos, pon ahora tu mano bajo mi muslo y habrás de hacer para conmigo bondad y verdad: No me sepultes, por favor, en Egipto.” (Bereshit-Génesis 47:29).
            ¿Por qué no llamó a Reuben? ¿O a Iehuda? Ya que Reuben era su primogénito, y Iehuda era el rey (explicación a continuación). Y así y todo, los dejó de lado y llamó a Iosef ¿Por qué nuestro patriarca Iaacov hizo esto? Porque Iosef era el que tenía el poder suficiente en sus manos para hacerlo. Por esto “Y llamó a su hijo, a Iosef...”, porque era el que mandaba.
            “No me sepultes, por favor, en Egipto” Por ti he bajado a Mitzraim (Egipto), por ti dije “Puedo morir esta vez después de ver tu rostro, pues tú vives aún” (Bereshit 46:30).
            “…habrás de hacer para conmigo bondad y verdad (jesed ve-emet)” ¿Y es que acaso existe un jesed shel sheker (bondad de mentira) que Iaacov tiene que decirle ‘jesed ve-emet’? ¿Por qué se expresa así? Esto se explica con el siguiente ejemplo: Cuando un allegado fallece, se tiene la mitzvá de acercarse a los deudos, a ayudar en lo que se necesita y, sobre todo, a portar el cajón. Pero cuando fallece un familiar, se le dice a los familiares directos que no porten el cajón. Por esto Iaacov le dice a Iosef: Si hicieras conmigo jesed después de mi muerte, sería un jesed shel emet (Midrash Bereshit Rabá 96:5).

EXPLICACION
            Los relatos familiares de Iaacov/Israel y sus hijos se cierran esta semana, junto con el primer libro de la Torá, Sefer Bereshit.
            Y se verá como Iaacov se despide de sus hijos y nietos, arregla algunos detalles para cuando ya no esté físicamente, y luego bendice a su descedencia.
            Dentro de los ‘detalles’ que intenta solucionar, está el tema sensible (luego de varios milenios sigue siendo un tema que sensibiliza, pero lo dejo para otra ocasión…) de su sepultura.
            El pedido específico es a su hijo Iosef, de que lo entierre en la tierra de Israel, junto con sus padres.
            Así el midrash se empieza a hacer algunas preguntas.
            La primera, por qué se lo pide a Iosef, siendo que podía habérselo ordenado/pedido a su primogénito Reuben, o a Iehuda, que llevaba la voz cantante entre los hermanos (y el midrash hace referencia a que en las generaciones futuras de Iehuda vendrían los reyes). El midrash parece responder: Una vez más, Iaacov Avinu, en su comportamiento práctico y natural pragmatismo, entiende que Iosef, visir, mano derecha del faraón, es quien va a tener la posibilidad material de hacerlo. Lo que él ordene, será cumplido.
            La segunda pregunta hace referencia a un término llamativo en el texto de la Torá: “…habrás de hacer para conmigo bondad y verdad (jesed ve-emet)” ¿Qué es lo que entiende Iaacov que tiene que decir que se haga con él un ‘jesed ve-emet’?
            ¿Hay acaso una falsa bondad? Lo que el midrash nos trae es un concepto que se repite en varias oportunidades en la Torá, y en toda la literatura rabínica, que es el ‘jesed shel emet’, la verdadera bondad, que es aquella que se hace hacia alguien que ya no puede devolverle el favor. El caso más clásico es darle sepultura a un fallecido, ya que él no podrá devolverle la bondad. Esta mitzvá, levaiat ha-met, acompañar al fallecido y a sus deudos, está clasificada como una de las mitzvot que tiene una recompensa eterna.
            En nuestro caso en particular, Iaacov pide a su amado hijo que haga un jesed shel emet con él, que no lo sepulte en Egipto, sino que haga todo lo posible por llevarlo a la tierra de sus ancestros, y lo entierre en Kiriat HaMajpelá (hay midrashim que explican el pedido, entendiendo que Iaacov no llevó a su esposa Rajel –madre de Iosef- a este lugar porque el dolor de la pérdida de su mujer amada se lo había hecho imposible). Por eso se acentúa en este caso que sería un jesed pedido por Iaacov a su hijo, ya que su padre no lo hizo por su amada esposa.

            Iosef no sólo tendrá la posibilidad de hacer esto desde lo físico y político, sino que tendrá que tener la fuerza de hacer lo que su padre no pudo. Superar todo y ser fuerte para seguir con la vida, cumpliendo su promesa que realiza en esta parashá.

            El mundo del estudio de la Torá y las mitzvot es complejo. Hay una cantidad ilimitada de fuentes y textos dentro de nuestra Tradición. Cuesta avanzar, cuesta entender los fundamentos y los por qué de tantas reglas y halajot que parecen no tener fin y que no alcanza esta vida para terminar de conocer y aplicar a nuestro día a día.
            Terminamos de estudiar un midrash cada semana de este primero de los cinco libros de la Torá. Cuando se termina de leer cada uno de estos libros en la sinagoga, se grita al unísono “¡Jazak jazak ve-nitzjazek”, algo así como ‘¡fuerza!¡Seamos fuertes y fortalezcámonos!’, para seguir teniendo la fuerza y la constancia de terminar un libro de la Torá e inmediatamente la semana siguiente retomar el estudio de un nuevo libro.
            Que así también sea en nuestras vidas, que siempre tengamos la fuerza para seguir creciendo y seguir disfrutando cada día.
            Como saluda mi Rab en estos shabatot, que son llamados ‘Shabat Jazak’,
SHABAT JAZAK SHALOM

Rab Meir Szames